Papaver Rhoeas

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Papaver Rhoeas

Margarita Lizcano Prestel Papaver Rhoeas by Margarita Lizcano Prestel is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.


Algunos deseos Avanzar. Buscar caminos, sendas nuevas que me hagan crecer.

Colorear la vida, sonreir a cada instante y agradecer.

Dormir con la conciencia tranquila y el alma viajera.


Estoy entrando en una espiral sin fin, un bucle infinito que se repite hasta la saciedad y no se decir "basta".

Siento que voy en caida libre y no encuentro la anilla que abriría el paracaidas y volvería a elevarme.

¿Como frenarme? El final se va acercando y el golpe es inevitable. ¿Quien recogerá mis pedazos?


No hay nada que hacer. Desterrados están los recuerdos que hacían latir este débil corazón.

Olvidadas están las caricias que hacían vibrar cada poro de este desdichado ser.

Marchitos murieron los besos que no encontraron tu boca.

Nada hay que se pueda hacer, solo llorar por aquello que fue.


Morir en el intento Como cambiar sin morir en el intento? Es lo que llevo procurando años y y aún no he encontrado la manera.

A veces decido ser un camaleón y no funciona bien; otras me revuelvo furiosa como el mar embravecido y la cosa va a peor.

No se como hacerlo sin perjudicar; lo mejor es ser yo y ser feliz viviendo. Que no es poco!


Redención Pensaste que podías comenzar de nuevo y arrastras los mismos miedos y errores.

Y hoy, aquí, sola frente al espejo, buscas la forma de redimirte y ser feliz.


Curación en verso Eran para ti, mis versos eran para tí. Como eran mis sonrisas, mis caricias, mis sueños y también mis lágrimas.

Eran para tí. Y no supiste apreciarlo.

Ahora mis versos son para mí, mis versos son por mí.


Oración al atardecer Esperé al atardecer, para susurrarle tu nombre al Mar como una oración.

La marea te trajo a mí, cuando no esperaba ya nada en mi vida.

Hombre de espuma y sal.


Ama lo que tienes ¿Has contado algún amanecer las gotas de rocio? ¿Te has detenido a escuchar el sonido del viento? ¿Has sentido la lluvia caer por tu rostro y sentir como te libera? Disfruta de lo que te roda! Ama lo que tienes!


Eres libre He dejado ir, todo lo que a ti me ataba.

Hoy, Comienza mi libertad.


A veces… A veces me da miedo soñar, no por el sueño en si, sino porque tal vez espere demasiado de la noche.

Cobija mi más oscuros deseos, los más íntimos secretos, las caricias más deseadas. Y todo se desvanece al despertar.

A veces, sólo a veces, me da miedo a soñar.


Parece mentira… Tantos años después y aún sigo rememorando aquel viaje, aquellos días, tantos momentos.

No escarmiento.

Me pasa lo que me tiene que pasar y me regodeo en recuerdos que a nada me llevan.

Solo a mi destrucción.

¡Basta ya! vuelvo a decirme... Y por un momento, el fantasma del ayer se esfuma.


Arcoiris Patchwork Paso mi vida poniendo tiritas. Cada decepción sufrida, la he cubierto con una tira de color.

A día de hoy, no se si parezco un Arcoiris o una manta patchwork.

La tormenta ha pasado y brilla el sol en mi interior. Buen momento para un inicio.


¿Egoismo o descuido? Que tienes que decir tú, si apenas recuerdas, el estallido de las olas al chocar contra las rocas.

Que vas a pensar tú, si en los momentos decisivos, te quedaste cruzado de brazos dejando que todo se desmoronase.

Que vas a hacer tú, cuando lo único que has hecho ha sido no decir en su momento, y no pensar nada más que en tí.


Últimamente, una actitud pesimista e irascible están ganando posiciones en mi proceder.

no me apetece, no me ilusiona, nada más allá tras la puerta de casa.

Mi conexión con el exterior, poco a poco se va perdiendo.

Las RRSS no son mi fuerte, en este mundo cada vez más cibernético.

Torbellino de ideas: Viajar, familia, recuerdos, amistad, lazos, reencuentro, unión, felicidad, sonrisas, compartir, amor, paz, abrazos, besos, historias.

Quiero, me apetece, me ilusiona!!!


Lloras, pataleas berreas y discutes tienes un berrinche de narices, pero consigues salirte con la tuya.

Consigues, ni más ni menos que tirar por la borda lo que tanto os costó construir.

Ahora, cuando has conseguido lo que querías, ¿que haces llorando? No sirve de nada llorar, deberías estar contenta.

Si no lo estás, solo te queda una opción. Pedirte perdón a ti y a la otra persona. ¡No me vengas con remilgos de orgullo! Llámalo! Pero con el corazón.

Deja a un lado viejas historias. Se trata de construir. Llàmalo!

Eres más inteligente que quedarte ahí, tumbada en el sillón. Marca despacio, que tu corazón se acompase con su voz. El resto llegarà solo.


Debería olvidarme de tí. Cada instante es un doloroso y gratificante placer.

Aquellas tardes dulzonas, el mar, tus besos, tus manos, tu cuerpo y el mio, arena y espuma.

Sí, debería olvidarme de ti.


Y quien te dice a ti que no, cuando puede ser que sí.

O quien te dice negro, cuando puede contener los colores del arcoiris.

Quien te dice mañana, cuando puede ser en un instante.

Quien te dice de pesares, cuando se puede hablar de amor.

Quien te dice a tí, quien!!!


De alguna u otra forma, todos buscamos complementarnos y transformar nuestra aparente y organizada existencia, en un caótico y desequilibrado desorden hormonal.

Nos perdemos así en miradas, suspiros y triquiñuelas de enamorados, provocándonos un desconcierto generalizado.

Y es ese Amor, el que nos hace ser capaces de enfrentarnos a nuestra propia muerte.

Tendemos al caos por amor y solo el amor puede salvarnos.


Cuando me faltó tu mirada miré hacia mi interior.

Cuando me faltaron tus besos empecé a quererme de nuevo.

Cuando me faltó tu sonrisa aprendí a reírme de mi misma.

Cuando faltaron tus palabras escuché mi voz interior.

Cuando faltaron tus caricias nadé y nadé y el agua me abrazó.

Cuando creí morir por tu ausencia comencé a vivir de nuevo.


Un café, una tostada, una llamada y todo terminó.

Dos meses de espera y ahora, ¿cómo te sientes?

Ayer lo presentías, verdad?

Un café, un papel, un bolígrafo y un alma al desnudo.


Ante el espejo Tras una mañana en la que no encontró nada que realmente hubiera merecido la pena hacer, aquella tarde, después de descabezar un sueño, se levantó de la cama y despacio, avanzó hacia al espejo. No le gustó la imagen que le devolvía. Apenas se reconocía en aquel reflejo. ¿Dónde estaba su verdadero yo? Lo había ocultado tanto tiempo, que no era capaz de vislumbrarlo. Debía actuar y rápido, antes de desaparecer totalmente bajo esa máscara. Y entonces lloró, lloró como un niño al nacer, dejando que las lágrimas a su paso arrastrasen todo resquicio de máscara, implorando tal vez, una vida feliz.