

me levanto con ganas de tí y te busco en los recuerdos gratos que hemos vivido.
Cuento las cenas bajo las estrellas, cuento las caricias al amanecer que se conviertieron en fuego.
A veces, en la tarde, sigo pensando en ti.
Y en la noche, cuento emociones.
Dejo caer los días y veo acercarse lentamente mi cumpleaños.
Y con el, volverán los fantasmas del pasado.
Debería cerrar el viejo libro y comenzar a escribir uno basado en hechos actuales y alegres.
¿Porqué sigo llamando a una puerta que cerré, yo misma, tirando la llave a las profundidades?
¿Porqué me cuesta tanto olvidar los buenas momentos que hemos vivido juntos?
¿Porqué mi memoria ha difuminado las situaciones tensas por las que hemos pasado?
Busco respuestas y por ahora, todas me llevan a ti.
Desde aquel día, tomo té y te espero.
Me he quemado la lengua por impaciente, sabes que siempre he sido un poco así.
Antes, mordisqueaba tus labios y jugaba con tu lengua...
Desde aquel día, tomo té y te espero.
Y el té siempre queda helado, no aporta el calor de tu cuerpo, ni desprende tu aroma a hogar.
Desde aquel día, tomo té y te espero.
Perderme entre tus brazos y surgir como onda expansiva de tus más anhelado deseos.
Perderme en tus ojos tras un intenso orgasmo y encontrarnos dormidos a la mañana siguiente.
Y lo que más me gusta de ti eres tu, que todo lo contienes. Besos, abrazos, caricias y una mirada que desarma.
adiós así sin más; no puedo dejar atrás historias y recuerdos vividos.
N puedo acostumbrarme a añorarte cada día y a llorarte cada noche.
¡No, no puedes!, me dicta el corazón.
Mi cerebro lleva tiempo enviándome tablas de salvación.
Es hora de coger una y aprovechar la próxima ola.
Me rodea su ausencia que todo lo ocupa; no hay rincón de la casa donde, por más profundo que sea, no se deje sentir su presencia.
Me rodea sus libros, sus poemas, su cenicero ya sin tabaco y las paredes impregnadas en su olor.
Toda la casa es él; vaya donde vaya, mis pasos vuelven aquí.
Al igual, tu recuerdo comienza a deshilacharse, evanesciendose entre los dedos, como una sombra.
Pronto, todo será del Olvido, Todo será Nada.
dónde esconderme. Sus ojos eran el escondite perfecto; detrás de su mirada, agazapada. Allí esperaba hasta que pasaba la tormenta.
qué ha motivado esta desidia en mí. Necesito viajar, perderme, conocer gente y extrañar a otras. Estoy cansada de ver pasar los días sin más.
aún me sorprende la gente. Inocente? Confiada?
Sea como fuere, han vuelto a dañarme y como única opción, vuelvo a replegarme sobre mi mismo.
Allí, donde sólo yo accedo.
Allí, donde el mundo no llega y estoy a salvo.
Allí, donde el silencio no mancilla los recuerdos.
me pregunto ¿Que estás haciendo con tu vida?
Y no consigo responderme.
Días como hoy, y en la medida de lo posible, agobo mis pensamientos en el vaso de la piscina.
No sé si encontraré respuesta, pero sí una mente más clara.
Es el cartel que reza a las puertas de mi gelido corazón.
No se permite la entrada a gente como tú: de amplia sonrisa, grandes ojos claros y sin sentimientos.
Nos pasamos media vida buscando la felicidad sin darnos cuenta de que la hemos dejado marchar en momentos que no hemos sabido apreciar.
Un reencuentro tras meses de separación. Un atardecer frente al mar; un café y una charla...
No dejes pasar el tiempo, es lo único que no vuelve.