Caligrafía de una despedida

Page 1


Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor. San Agustín (354-430) Obispo y filósofo.

Caligrafía de una despedida por Margarita Lizcano Prestel se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.


Voy de vuelta a casa y el corazón quiere salírseme de su sitio. Estoy nerviosa. No se cómo reaccionar ante ti cuando te vea, ni se cuál será tu reacción. El autobús se va aproximando y las manos empiezan a sudarme. Estoy nerviosa. Lo había dicho antes, verdad? Voy de vuelta a casa, mi corazón no me traiciona. Solo unos metros... Estoy nerviosa.


El ya está preparado. Lo veo recoger sus cosas, ir de acá para allá Introduciendo en esa caja que todo se lo traga, mi alma. No digo nada, solo observo. Debería aprehender su tranquilidad, su calma. El ya está preparado y yo... Yo sigo fingiendo que soy feliz.


Solo nadar me hace olvidar la tormenta que he desatado. Consigo calmar mis voces interiores. Las lágrimas siguen traicionándome y se abren paso al vaso de la piscina. Solo nadar me hacía olvidar... Ahora, parece que el agua tiene memoria y oigo su voz en cada brazada. Noto su cuerpo en cada oleada. Solo nadar me hace olvidar lo que quiero olvidar.


No se cómo llegar a él. Cualquier intento de aproximación es tomada como una invasión. Cualquier oferta de ayuda, como un menoscabo a su capacidad. No se cómo obrar. Estoy mostrando una gran entereza y no se de donde logro sacarla. No se cómo llegar a él. La que está perdida soy yo y no encuentro el camino. Y mañana será tarde.


Acaba de marcharse y yo lo he dejado ir. Con él se marchan mis esperanzas, mis anhelos de un futuro en común. Yo lo he dejado ir. Y ahora solo me queda llorar por mi torpe gestión o pintarme una sonrisa y vivir. Acaba de marcharse. Yo lo he dejado ir.


No quiero ser negativa y pensar que esta separación es definitiva. Quiero creer que es un tiempo, un espacio concedido para reflexionar sobre nosotros. No quiero ser negativa, no voy a pensar en rupturas. Este tiempo es también mi tiempo, es también mi espacio y voy a crecer a como persona. No voy a ser negativa.


He llegado a casa y la he encontrado vacía. El silencio se ha instalado en ella y hace frío. Hace frío a casi 40° en el exterior. Doy vueltas buscando un atisbo de tu presencia y solo veo mi imagen en un espejo. He llegado a casa, y no estás aquí conmigo. Te echo de menos.


¿Que hago mirando el móvil? no va a sonar, lo sé bien. Es el acuerdo al que llegamos. Te echo de menos y casi no te has marchado. Debo buscarme a mi misma, centrarme en mí como persona y recuperarnos. Se que todo pasará, solo quiero oírte, verte, tenerte. Pronto, muy pronto.


Me he despertado llorando. Las lágrimas eran reales, he tratado de recordar el sueño y no lo he conseguido. Me he despertado llorando, te he buscado y no estabas a mi lado. Te busco en los recuerdos, en lugares conocidos y no consigo dar contigo. Hace días que no estás. Los mismos que yo me siento morir.


Esto no puede terminar así. Los años que hemos pasado juntos, no pueden desvanecerse en un instante. Los lugares que hemos conocido, permanecerán en nuestra memoria. Esto no puede terminar así. Cada momento es un constante recuerdo. Cada paso es volver a hacer nuestro camino. Cada recuerdo es contigo. Esto no puede, no va a terminar así.


No se cómo actuar. Me pregunto que haría él en mi lugar. Qué decisión tomaría si él fuese yo. Y hay veces que me da miedo la respuesta. No se cómo actuar. Y lo peor que he llevado siempre es no saber que hacer.


No se porqué me esfuerzo en recordar está fecha. No la fecha en sí. Recuerdo el día y vivo cada momento. Vivo el momento en que uní mi vida a la tuya. Vivo la celebración junto a los amigos. No se porqué me esfuerzo. Cuando tú parece que todo lo has olvidado.


Esta tarde he nadado, he nadado hasta agotarme, hasta que mi cuerpo, extenuado, solo pedía descansar. He desconectado mi mente, durante casi una hora era solo yo. Esta tarde he nadado, he sentido el agua abrazarme, cada brazada, una caricia. Solo el agua y yo.


Tengo miedo a desaparecer, a evaporarme de tu memoria. Tengo miedo a ser una sombra en tu vida. Vivir olvidada, vivir sin vivir. Tengo miedo. Miedo a la locura de los días sin ti. Miedo al miedo de sentir miedo. Miedo a perderte, sino te he perdido ya. Miedo, miedo al dolor de las lágrimas. Miedo a las noches vacías. Miedo a mi. Miedo.


Los momentos, las horas interminables, acaban pasando. Los días aciagos, acaban pasando. Todo pasará. Nada permanecerá aquí eternamente. Solo tú y yo.


Ocupar el tiempo, esa es la prioridad en este momento. Sentirme activa en todo momento, mantener la mente y cuerpo ocupados. Cualquier cosa es buena si consigo olvidarte. Ocupar el tiempo. Mantenerte fuera de mi mente.


He descubierto tu juego. No vas de conciliador, ni vas a cerrar viejas heridas. Tu intención es castigarme. Ese es tu único objetivo. Castigarme, por los malos momentos pasados, por tu baja autoestima, por tu falta de independencia. Y te escudas en ese juego, el juego de alargar la cuarentena, como lo has llamado. He descubierto tu juego. Y es patético. Abandono la partida.


Nuestro amor, es nuestro. Quizá no sea perfecto, pero somos un equilibrio. Tu eres la paz en la tormenta, yo soy el orden en el desconcierto. Tu das vida a mis días, yo me cuelo en tus noches. Si me faltas tú, ¿se perderá el recuerdo del primer café? ¿se olvidarán los primeros besos en la piscina? ¿las caricias hasta el amanecer? ¿las apasionadas noches interminables? Aviva mi fuego, enciéndeme de nuevo y arrasaremos el mundo. Nuestro amor, es nuestro. Ayer, hoy, siempre.


Me he zambullido esta mañana, en la piscina de los recuerdos. Un largo viaje y un café con churros, un taxi, una casa de campo y una apuesta, un baño al amanecer, el primer beso, vueltas y vueltas, besos, más besos, tu cuerpo y mi cuerpo conociéndose, amoldándose, despertar, miradas cómplices y volver a amarnos. Desayunar, amar, comer, amar. Me he zambullido en la piscina de los recuerdos, y aún estoy haciendo largos.


He vuelto a la vida. Dibujaste cada trazo de mi anatomía como un maestro de la pintura. Como maestro escultor moldeaste mi cuerpo. Insuflaste vida a tu creación como un maestro del vidrio. Y yo te regalé una explosión orgásmica llena de vida. Una explosión liberadora, como una canción. Dibuja, esculpe, insufla en mi y no faltarán canciones en nuestra vida.


Parezco una adolescente cogida en falta. Sometida a un exhaustivo control disciplinario. Respondiendo a una batería de preguntas sinfín. Escondiendo lo que es visible con solo mirarme a los ojos. Mintiendo sobre verdades que son mentiras a medias. Parezco una adolescente cogida en falta.


Todo era una ilusión. Nada ha cambiado. Quizás todo haya empeorado aún más entre nosotros. La distancia nos ha hecho individuales egoístas, somos incapaces de escuchar el latido de un corazón, sofocado bajo los gritos de uno y otro. Todo era una ilusión y las ilusiones se desvanecen al atardecer.


Todos esos momentos se perderán en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Rutger Hauer. Blade Runner