El camino del artista julia cameron

Page 115

Recuerda, desde un punto de vista creativo, tu artista es un niño. Se enfurruña, coge berrinches, alberga resentimientos y miedos irracionales. Como la mayoría de los niños, tiene miedo a la oscuridad, al hombre del saco y a cualquier aventura que no dé un miedo que pueda controlar. Como progenitor y guardián de tu artista niño, como su hermano mayor, defensor y compañero, tu labor consiste en convencer a tu artista de que es seguro salir a jugar (a trabajar). Al comenzar cualquier proyecto nuevo, es buena idea hacerle a tu artista unas pocas y sencillas preguntas. Estas preguntas te ayudarán a eliminar los espantajos habituales que se sitúan entre tu artista y el trabajo. Estas mismas preguntas, hechas cuando agobia el trabajo o cuando se hace difícil, suelen actuar desatascando el flujo obstruido. 1. Haz una lista de cualquier resentimiento (ira) que puedas tener en relación con este proyecto. No importa lo ínfimo, lo melindroso o lo irracional que puedan parecer estos resentimientos para tu ser adulto. Para tu artista niño son importantes: son rabias. «La música es tu propia experiencia, tus pensamientos, tu sabiduría. Si no lo vives, no saldrá de tu trombón». CHARLIE PARKERPor ejemplo: Me da rabia haber sido el segundo artista al que llamaron, no el primero (siendo yo «el mejor»...). Le tengo rabia a este editor, sus correcciones son sólo menudencias. Nunca dice nada agradable. Me da rabia trabajar para este idiota; nunca me paga a tiempo. 2. Pide a tu artista que haga una lista de todos los miedos sobre el proyecto o sobre cualquiera involucrado en él. De nuevo estos miedos pueden ser igual de tontos que los de un niño de 2 años. No importa que no tengan base para el ojo adulto. Lo que importa es que son monstruos aterradores para tu artista. Por ejemplo: Tengo miedo de que el trabajo me salga una porquería y que no sepa hacerlo... Tengo miedo de que el trabajo salga bien y ellos no sepan verlo... Tengo miedo de que todas mis ideas sean tópicas y pasadas de moda... Tengo miedo de que mis ideas sean adelantadas a su tiempo... Tengo miedo de morirme de hambre... Tengo miedo de no terminar nunca... Tengo miedo de no empezar nunca... Tengo miedo de que me dé vergüenza (ya tengo vergüenza)... Y la lista continúa. 3. Pregúntate si eso es todo. ¿Has dejado fuera algún miedito? ¿Has suprimido alguna ira «estúpida»? Ponla sobre el papel. 4. Pregúntate qué ganas si no haces este trabajo. Por ejemplo: Si no escribo esta pieza, nadie la detestará... Si no escribo esta pieza el imbécil de mi editor se preocupará... Si no pinto ni esculpo ni canto ni bailo, puedo criticar a otros, sabiendo que yo podría hacerlo mejor. 5. Haz tu trato. El trato es: «Vale, Fuerza creativa, tú ocúpate de la calidad, yo me ocuparé de la cantidad». Fírmalo y cuélgalo en la pared. Unas palabras de advertencia: este ejercicio es muy poderoso; puede hacerle un daño mortal al bloqueo creativo. «Sé realmente completo Y todas las cosas vendrán a ti». LAO-TSÉ TAREAS 1. ¡Lee tus páginas matutinas! Este proceso se emprende mejor con dos rotuladores fluorescentes, uno para subrayar aciertos y otro para subrayar acciones a tomar. No juzgues las páginas, ni a ti mismo. Esto es muy importante. Sí, serán aburridas. Sí, tal vez sean


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.