Revista Aldamir Abril 2013

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diplomacia

Brigitta O’Jeil, Encargada de Negocios libanesa

“MI VIDA HA ESTADO LLENA DE DESAFIOS” Dada la violenta situación política imperante en Beirut cuando egresó del colegio, en lugar de estudiar medicina Brigitta O’Jeil optó por ciencias políticas, área que en la que se ha destacado como en todo proyecto que ella se haya propuesto alcanzar. Con clara conciencia de que Dios envía mensajes a los hombres a través de ángeles con que uno se encuentra en la tierra, la nueva Encargada de Negocios del Líbano en Santiago sostiene que las coincidencias no existen. Quizás la prueba más fehaciente fue la insistencia de una de sus mejores amigas para que postulara al gobierno, tras finalizar sus estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Administrativas. “A último momento supe de esta convocatoria, a la que postulaban muchísimas personas, por lo que llegué atrasada a presentarme. Pero, sucedió que la puerta permaneció por un momento abierta, en espera de otra persona que había salido a sacar una fotocopia”. Resultado: salió primera. “Tengo un poco de ego. Pero, no mucho. Normalmente pienso que desafiarse a sí misma es el mayor desafío. En el colegio, fui la primera de mi clase y siempre estuve en la lista de honor. Pero, me advirtieron: Diplomacia no es una alfombra roja, sino un camino lleno de desafíos”. Los que ella asume. Como primera opción diplomática, en 1998 eligió la más exótica entre las disponibles. Porque a pesar de los ofrecimientos que le efectuaron sus superiores a misiones más cercanas a Beirut, donde nació y residen sus padres, ella optó por China, convirtiéndose en la primera mujer

libanesa asignada en este país asiático. En lugar de dos años, estuvo cuatro. Y aunque reconoce que al comienzo fue difícil, a los tres meses ya asumía en el cargo máximo de su embajada. “Con 14 años de vida diplomática, ahora soy más práctica”, asegura. “Yo digo: ‘If you have the will, you have the way’ (si tienes voluntad, encontrarás el camino para alcanzar tu meta)”. En un Líbano con numerosos partidos políticos y tendencias religiosas, el mayor esfuerzo de Brigitta hoy está centrado en representar a su país en toda su diversidad. “En Chile, contamos con más de 50.0000 descendientes de libaneses. Estamos en la cuarta generación. Y aunque hay cifras que nos hablan de más de 200.000, yo estoy dispuesta a trabajar con todos ellos”. Y no tiene dudas. Si en su adolescencia no pudo lograr el sueño de estudiar medicina, se puede obtener un grado de doctorado en cualquier otra especialidad. Es todo cuestión de buscar siempre lo máximo en procura de ayudar a los demás. Carmen Schmitt Yoma

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