Continuamos 7 kms. río abajo y los días se convirtieron en una rutina. SUP, disfrutar del paisaje, remar, acampada, maravillarse con la belleza del cañón del río Tara que con sus aguas de color turquesa son perfectas para la práctica de este deporte. Incluso la corriente más suave era todavía bastante fuerte. La mayoría de los rápidos eran bastante cortos y fáciles, aunque algunos necesitaron ser explorados con anterioridad. El moverse suavemente en las secciones más empinadas con algunos rápidos de la clase IV fue un buen trabajo de equilibrio para todos.
Llegamos antes de lo esperado a nuestro objetivo: ‘Camp Grab’ en cuatro días, donde una deliciosa comida nos esperaba. Lo disfrutamos mucho. La frontera entre Montenegro y Bosnia-Herzegovina estaba todavía a pocos kilómetros de distancia. Si todo salía bien, a la mañana siguiente regresaríamos río abajo y caminaríamos por la sección de rafting hasta llegar a la frontera. Después de dormir en una cabaña típica montenegrina nos despertamos en gran estado de forma. Desayunamos y luego 45 minutos en coche de regreso al inicio de la sección de rafting para volver al agua. Una hora más tarde llegamos a Camp Grab. Era la hora del almuerzo y seis chupitos vodka nos esperaban. Una tormenta rugió por encima de nuestras cabezas rompiendo los cielos soleados. Era hora de volver al agua. Una hora más tarde, remamos por el puente donde el Tara continúa su camino de Montenegro a Bosnia.