Revista UCO 22 Contenido

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Editorial y éticamente a las transformaciones que requieren el país y la región. Es un honor y una responsabilidad de la universidad católica consagrarse sin reservas a la causa de la verdad. Es ésta su manera de servir, al mismo tiempo, a la dignidad del hombre y a la causa de la Iglesia, que tiene “la íntima convicción de que la verdad es su verdadera aliada… y que el saber y la razón son fieles servidores de la fe”. Sin descuidar en modo alguno la adquisición de conocimientos útiles, la universidad católica se distingue por su libre búsqueda de toda verdad acerca de la naturaleza del hombre, del mundo y de Dios. Nuestra época, en efecto, tiene necesidad urgente de esta forma de servicio desinteresado que es proclamar el sentido de la verdad, valor fundamental sin el cual desaparecen la libertad, la justicia y la dignidad de la persona humana. Por una especie de humanismo universal, la universidad católica se dedica por entero a la búsqueda de todos los aspectos de la verdad en sus relaciones esenciales con la verdad suprema que es Dios6.

Sexto principio: En la elección ética, dar primacía al otro como persona. Alteridad es respeto por el otro; es responsabilidad por el otro. Alteridad es hacerme en el otro, en donde tengo la capacidad de asumir las responsabilidades desde la autonomía y desde la comunión con él. La elección ética por el otro es una elección a favor del bien común de la sociedad, de la familia y del medio ambiente. Si algo tiene el tema de las relaciones y de la convivencia humana es su impronta ética. Y en éste tema lo que se impone es una reflexión que permita identificar que ella no rompe con la moral sino que se convierte en su hermana

siamesa, toda vez que lo que ella convierte como materia de su reflexión filosófica es la moral. Un asunto que no es de poca monta porque desde él y desde las opciones que se asumen, lo que queda claro es que según el tipo de valoración y de escala de principios orientadores de la vida es que se definen las existencias en el mundo. Por lo demás, no es gratuito que una de las tareas que con más urgencia se tiene es la de poder discernir lo que se nos ofrece, no vaya a ser que en nuestro afán de quedar bien o de figurar en los diversos ambientes en los que interactuamos quedemos sin referente ni brújula de orientación existencial.

Séptimo principio: Mantener la fe en la vida como lo testifica Cristo resucitado. En un mundo como el de hoy, afligido por las tragedias humanitarias, causadas por la violencia, el egoísmo, y la injusticia humana, la Resurrección de Jesús es el gran motivo de esperanza. El gran desafío para los cristianos consiste en testimoniar que Cristo ha resucitado y vive para siempre, que nos salva hoy en la Iglesia por la fuerza y el poder del Espíritu Santo. La humanidad actual necesita y espera de los cristianos un renovado testimonio de la Resurrección de Cristo; necesita encontrarlo como verdadero Dios y verdadero hombre. La universidad católica, en su acción pastoral, debe facilitar la ruta para que su comunidad viva la experiencia de la Resurrección del Señor y sus miembros puedan testimoniar, en los espacios donde interactúan y cumplen una misión histórica, que Cristo ha resucitado. El Papa Benedicto XVI en su mensaje pascual 2007 invita a los jóvenes a ser amigos de Jesús para sembrar esperanza en el mundo: “Como a los primeros discípulos, Jesús os dirige también a

Cfr. Constitución Apostólica del Sumo Pontífice Juan Pablo II sobre las Universidades Católicas.

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Revista Universidad Católica de Oriente l No. 22 l Año 2006

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