aECONOMÍA GESTIÓN
la aplicación de este último colegio que ejerce una importante función comunicativa hacia el ciudadano pero también de gestión ofreciendo una ventanilla única online para sus miembros.
ESPACIO DIRCOM
Comunicar en mar abierto Isabel Alba
No obstante, si una es cosa evidente es que todos los casos requieren de una estrategia compartida por toda la organización. Una estrategia que no hace un consejo directivo de la noche a la mañana de forma unilateral, sino que hace obligado un proceso de pensamiento lateral en los entornos organizativamente complejos de sociedades profesionales. Cada vez más, más organizaciones emplean técnicas de cocreación entre sus principales socios para poder tener mayores garantías de éxito en la implementación de un proceso de cambio. Estos procesos suelen ser conducidos por prácticas dinámicas de design thinking que ponen el usuario final en el centro y obligan a empatizar con aquellos actores que pueden pasar de ser los principales reticentes al cambio a sus principales propulsores. Porque, si una cosa define la transformación digital es la complejidad de un universo tecnológico que con un sinfín de tecnicismos de difícil comprensión y un entorno organizativo que no avanza si no se es capaz de caminar conjuntamente. La clave se encuentra en la colaboración. Colaboración entre todos los actores presentes en el proceso y también con aquellos expertos que son capaces de guiarnos en este complicado viaje. Solo con esta colaboración se llega a la simbiosis perfecta que convierte un proceso de adaptación a uno de superación. La unión de fuerzas conduce a un objetivo que pocos consiguen pero que muchos ansían: el de generar una disrupción en el sector. Cuando se aplica un proceso de transformación rompiendo las reglas del juego se genera un precedente del que nunca se vuelve. Se consigue hacer expresa una necesidad que era latente y eso no hace sino crear un vínculo con una generación entera, los millenials. Conclusión La transformación digital es hoy un verdadero reto para organizaciones profesionales. Un reto que a menudo es banalizado por miedos a sus costes y dudas sobre su eficacia, pero del que nadie de los que ha empezado este viaje a vuelto. Es un trayecto que atribuimos a elefantes, pero que es conducido por hormigas con la única fuerza de una buena idea. La transformación digital no es la panacea, ni el destino final, pero sí un buen vehículo que nos acerca allá donde nuestros anhelos se funden con el horizonte. nº 160 g marzo-abril 2016
«Cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables», Séneca. Algo así ocurre con la comunicación del sector náutico. Después de más de 7 años asesorando a Marinas de Andalucía (asociación de puertos deportivos de gestión privada) en su comunicación con los diferentes grupos de interés, no descubro nada nuevo si digo que este sector, al igual que otros, exige una planificación eficaz del conjunto de acciones que llevará a cabo en el medio/ largo plazo, estableciendo así estrategias diferenciadas para sus audiencias. A pesar de su imagen elitista (declaraciones recientes nos llegan de Dani Rovira en los Premios Goya), en España es un colectivo castigado por normativas y elevados impuestos que hacen peligrar su viabilidad. Y si esto ocurre, hablamos de la caída de un sector que genera 7.800 empleos directos y 85.800 empleos indirectos cualificados. Solo hay que acudir a una de las ferias internacionales de náutica y comprobaremos la enorme industria auxiliar que se mueve alrededor del alquiler de un amarre o el mantenimiento de un barco. Luego, en el caso de la asociación andaluza, estaríamos hablando de que la comunicación está estrechamente ligada al lobby o public affairs. Ya que, por un lado, persigue promover reformas legislativas y para ello necesita mantener un diálogo fluido con los grupos parlamentarios, líderes de opinión, medios de comunicación y otros colectivos sectoriales; y, por otro, consolidar relaciones con organismos que potencien la promoción de un destino como consejerías de Turismo, ayuntamientos, asociaciones locales… ¿Y el navegante? También debemos integrarlo y especialmente al extranjero (franceses, alemanes e ingleses en los puertos andaluces). Añadimos pues la adaptación del mensaje a otros idiomas. Todo esto formaría parte de la apasionante travesía de comunicar en un mar abierto, a veces en calma, otras con marejada. Profesiones g 21