Revista Un Camino, edición 9.

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“Para destacarse, todo deportista debe tener cara de ángel y alma de diablo” ¿Todavía lamenta el error en el Masters de 1968, por esa tarjeta que le impidió ganar el título? Firmé mal la tarjeta de Augusta, me pusieron un golpe de más. No me di cuenta y perdí la chance de ganar ese torneo. Ahora que pasaron más de treinta años, puedo decir que no me arrepiento. He recibido mayores homenajes y contratos por haber hecho eso. Por la forma en que lo tomé, sin echarle la culpa a nadie. Dije que las reglas están para cumplirlas. Y eso me dejó un crédito que me ha dado satisfacciones enormes. Y una frase famosa de un insulto a sí mismo… Sí, “qué estúpido soy”. Y el encargado del torneo dijo “el reglamento es el reglamento”. Pero mi frase fue la de mayor repercusión. Todavía vienen a preguntarme por eso, ¡y pasaron cuarenta y dos años! ¿Cuál era su secreto para mantener la tranquilidad y la concentración en los grandes momentos de su carrera? Creo que todos los hombres somos iguales, pero hay quienes saben controlar mejor al valiente y al traidor. Todos los tenemos. Y yo he sabido dominar bastante al traidor. No me ha fallado muchas veces. Dejarlo dormido, eso me ha ayudado mucho. ¿Es diferente el golf que usted jugaba al de hoy? Sí, ahora es todo mejor. Las canchas, las máquinas, los organizadores, la pelota de golf, la ropa, los zapatos… Y todo seguirá mejorando.

¿Qué opinión le merece Tiger Woods? Ahora ha perdido un poco el encanto. Está un poco enojado con la pelota, la quiere matar. Si sigue con ese criterio, le va a ir mal. Tiene que tranquilizarse. Y tratar a la pelota con dulzura, no ser tan agresivo. La pelota es como las mujeres: si las maltratás, no las conquistás más. Hay que saberla manejar, llevar. A Tiger, parece que la pelota no le obedece. ¿A quien ve como su sucesor entre los golfistas argentinos? Ahora admiro a Ángel Cabrera, que juega y le pega muy bien. No emboca todo lo que debería; si no, sería uno de los mejores del mundo. Igual, puede seguir haciendo cosas para seguir sorprendiéndonos. ¿Se puede ser golfista si no se tiene una buena posición económica? Se puede jugar si no se tiene una posición económica, justamente para empezar a tenerla (risas). ¿Pero los gastos de equipamiento lo puede solventar alguien de clase baja? Si vas querer jugar con zapatos de cuero de cocodrilo, camiseta de seda y suéter importado, no. Pero si vas a jugar con unos palos cualquiera, ropa común y zapatillas, podés hacerlo.

club y hay mucha gente jugando. Es una alegría y una satisfacción haber contribuido a que pase esto. gabriel casas

UN VIAJE EN MICRO “Muchas veces he ido a Santa Teresita y a Mar del Plata en micro para competir y también para descansar. Por lo general, tengo buenos recuerdos de esos viajes. Los micros que funcionan hoy son realmente muy cómodos: te dan la comida, un buen baño y ahora apareció esta revista tan linda, así que mejor todavía... Viajar en micro cuando el chofer es conciente de las cosas que hace mientras maneja me resulta de verdad muy agradable”.

Cada vez se practica más golf en la Argentina, ¿Qué le parece esta explosión del deporte? Sí, Argentina tiene 40.000 golfistas y 400 canchas de golf. Es mucho, y cada día hay más golfistas. Vas a cualquier

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