Venezuela, Pedro León Zapata ha sido un icono del humor gráfico con sus irreverentes “Zapatazos”. Así mismo, la tira cómica reveladora “El Ranchito” de Omar Cruz; de María Centeno, conocida como Waika “la respondona” y el humorismo vindicador y de toque surrealista de Régulo Pérez. Otros como Rayma, Eduardo Sanabria (pseudónimo Edo), Roberto Weil, le dan un tono político a sus dibujos gráficos. Lo político siempre ha sido un ingrediente importante del humor gráfico.Ahora, lo interesante del humor gráfico es su narratividad, entendida desde un sentido semiótico, como las diferentes variaciones de los estados emocionales que ocurren por acumulación de tensiones (Greimas y Fontanille 1994). Estos estados emocionales vienen dadas por la sensibilidad y discursividad que cada creador gráfico le impregna a sus dibujos humorísticos, la manera como siente los acontecimientos, sucesos, las incongruencias y absurdos, que algunos sectores de la sociedad, de los estamentos del poder consideran “normal” o “anormal” (Foucault, dixit). Con respecto a esto último, Rodrigo (2006) señala que: (...) el hecho está en percatarse que lo normal, en el fondo, es una serie de absurdos: eso es lo que precisamente activan el texto satírico y la caricatura, pues más allá de ser ambos discursos desenmascarantes, suponen la objetivación de alguna situación que socialmente no es admitida o la degradación de una autoridad aunque su fuerza coercitiva siga pesando sobre el colectivo (p.13). En consecuencia, el humor gráfico actúa como medio de denuncia de lo socialmente reprimido, porque puede llegar a cuestiones que de otra manera sería difícil abordar. A través de su expresividad satírica ayuda a ver más nítida la realidad y los factores coercitivos que interactúan, inclusive puede llegar a burlarse de esos poderes coercitivos y hegemónicos. Por lo que se puede destacar el papel subversivo de este género. Acercamiento teórico al estado de la situación Emprender un acercamiento teórico sobre el significado del humor, en cualquiera de sus variantes resulta muy inquietante por su carácter de indefinible, complejo y contingente, que hasta el mismo Dios se interroga ante la duda existente, como lo expresa el autor de la siguiente imagen7:
Espacio Académico. Revista Digital de Investigación. No.2 Diciembre 2017
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