5º Grado. Lenguaje y literatura.

Page 38

Pasos para leer

Lectura: El tĂ­o lobo y el sobrino conejo 1

Realizamos una primera lectura del cuento.

El tĂ­o lobo y el sobrino conejo 1FMJMFP 1SPWJODJB EF 5VOHVSBIVB 3FDPQJMBDJĂ˜O EF 1BVMP EF $BSWBMIP /FUP

DISTRIBUCIĂ“N GRATUITA ­ PROHIBIDA LA VENTA

Cuento popular

y acĂŠptame el brindis de familia.

El lobo no se dejó esperar. Abrió el cordel y puso en libertad al conejo. Luego el conejo amarró con la misma piola a su tío. —Gracias, lobito bobito —dijo el conejo y, sonriendo se despidió deseåndole una buena fiesta. Minutos despuÊs llegó el hortelano con el fierro caldeado y dijo: —Ah, ¿tú eres el conejo? ¥Ahora, friÊgate por pendejo!

Había una granja bien cultivada de un campesino honesto, quien notó que las legumbres de su huerto estaban en ruina, es decir, destrozadas las hojas de lechuga, de coles y nabos. Cierto día, el hortelano trató de investigar el motivo del daùo. Hizo su escondite en un lugar frondoso de la finca y, armando una trampa, consiguió tomar prisionero al sobrino conejo. El hortelano, lleno de cólera, amarró por las patas al conejo y, sujetåndolo contra un årbol, partió a caldear un chuzo para sancionar al animal. El conejo, que esperaba este severo DBTUJHP FTUBCB JNQBDJFOUF 1FSP EF QSPOUP se asoma su tío lobo, quien, curioso, le pregunta por su suerte. El astuto conejo le contesta: —¥Ah, tío!... me amarraron para que asista a un fiesta en donde habrå baile, salchicha y buen vino, pero como a mí esas cosas no me gustan, prefiero que me cojan preso. —¥QuÊ tonto eres, sobrino! — contestó el lobo. —Yo, que ando sin comer, iría gustoso a ese banquete. —¥QuÊ bien! —dijo el conejo. —Sabía que te gustaba y por eso te dedico este regalo‌ Bueno, zåfame estos amarres

38

El fuego lacrĂł las piernas de tĂ­o lobo. Los alaridos funestos podĂ­an oĂ­rse hasta el lugar donde reĂ­a a mandĂ­bula batiente su sobrino. El hortelano dio la libertad al lobo y le aconsejĂł no volver por ese lugar. El lobo jurĂł vengarse de su sobrino y, patojeando, siguiĂł sus huellas hasta que le encontrĂł sobre una colina. El lobo dĂ­jose “Ahora no te FTDBQBSĂˆTw 1FSP FM BUFOUP TPCSJOP HSJUĂ˜ —¥TĂ­o lobo! ÂĄTĂ­o lobo! AquĂ­ tengo una sorpresa para Ud. El incrĂŠdulo lobo guardĂł silencio y no IJ[P DBTP 1FSP FM DPOFKP MF NPTUSĂ˜ EFTEF MB altura una piedra que habĂ­a envuelto con piel de borrego. No dejĂł de tentarle al lobo tal oferta. —Bueno, —dijo el lobo. —Si es asĂ­, dĂĄmela y te perdono. El conejo dijo: —AllĂ­ va, tĂ­o lobo. Y la soltĂł desde la altura. El atado, que venĂ­a rodando por el plano inclinado, tomaba velocidad. El lobo, que se aprestaba a cogerlo, sufriĂł un golpe atroz, y muriĂł de contado. En esta forma el conejo librĂł su pellejo y hoy vive lleno de alegrĂ­a en los pĂĄramos de la Sierra andina.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.