REPORTAJE // Marián Rodríguez Fernández
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rabajó inicialmente en lugares como Santa Clotilde y otras clínicas diversas, así como en la metalurgia o limpieza de obra y actualmente pertenece a la plantilla del servicio de limpieza del Ayuntamiento de Laredo, en donde reside y a donde siempre ha estado vinculada. Cuando nuestra protagonista tenía apenas 18 años, la propietaria del desaparecido restaurante
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Vivir en Cantabria
Sotileza, sede en la práctica de la coral, acudió donde su modista a fin de que le confeccionara una casaca de embarazada para adaptarlo al traje que utilizaban los coralistas. Aquella modista resultó ser la madre de Marián, a quien Paula, la dueña del local, escuchó cantar una canción de cuna para dormir a su pequeño primo y se quedó absorta. Le animó entonces a sumarse al proyecto que por aquel entonces se inicia-