MARZO 2019
EN ALTAVOZ LA VOZ DE LAS MUJERES TEJEDORAS DE VIDA DEL PUTUMAYO
TE CONTAMOS... Embarazo Adolescente en Putumayo
ADOLESCENCIA Y MATERNIDAD, UN ASUNTO DE SALUD PÚBLICA EN COLOMBIA De niñas a madres: una realidad ignorada e invisibilizada que enfrentan miles de niñas al año en Colombia. En 2017, 5970 niñas menores de 14 años estuvieron embarazadas. Muchos de estos embarazos fueron por relaciones entre los mismos adolescentes, y en otras, son relaciones delictivas si se tiene en cuenta que el Código Penal prohíbe las relaciones sexuales entre
adultos y niñas menores de esta edad. Es un delito y punto. Según el mismo DANE, de todos estos embarazos más de dos terceras partes no son deseados. Técnicamente, estas niñas que han sido abusadas sexualmente, pueden acogerse a su derecho de terminación voluntaria del embarazo (IVE), recogido en la sentencia C-355 de 2000 que despanaliza el aborto en 3 causales: cuando el embarazo es producto de una violación, el feto tiene malformaciones o la vida de la madre está en riesgo. Lo sorprendente es que tan solo el 2,5% de las niñas menores de 14 años abortaron en 2017. ¿Estamos forzando a las niñas a ser madres en Colombia?
LA SITUACIÓN EN PUTUMAYO En Putumayo, las cifras no son mejores a la media nacional. Según datos del SISBAN (Sistema de Salud Pública del ICBF), las adolescentes menores de 18 años embarazadas correspondieron a: 2012 (119 casos), 2013 (125), 2014 (105), 2015 (106), 2016 (78), 2017 (86 casos) 2018 (87), Marzo 2019 (13 casos).
Fuente: www. eltiempo. com
De los embarazos en mujeres menores de 18 años, por el mismo periodo de tiempo (2012-2018), se registran 65 casos de embarazos en niñas menores de 14 años. En Putumayo, resulta difícil responder cuántas de estas niñas menores de 14 años decidieron ejercer su derecho a realizarse una interrupción voluntaria del embarazo ante la falta de información, aunque una fuente que prefiere no desvelar su nombre asegura que, en su mayoría son tantas las trabas administrativas y burocráticas que se encuentran las niñas en el camino que finalmente deciden llevar su embarazo a término. En muchos casos, la objeción de conciencia de los funcionarios y la ralentización o demora del proceso llega a poner en riesgo la intervención a la niña.
¿A QUÉ SE DEBE ESTA PROBLEMÁTICA? Según un estudio de Profamilia, basado en la Encuesta de Demografía y Salud de 2015: nueve de cada diez niñas que quedan en embarazo en Colombia abandonan su colegio. Frustrados sus estudios, luego tienen menos posibilidades de encontrar trabajo, lo que reduce su capacidad de generar ingresos en la adultez, según la Organización Mundial para la Salud (OMS). El año pasado, el informe del Estado de la Población Mundial del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), concluyó que “los embarazos no planeados se relacionan con el aumento de la pobreza y la reducción de las perspectivas de movilidad económica de las mujeres”.Estos embarazos están ligados a menores niveles educativos y socio-económicos, lo que empeora el problema y los pronósticos de las familias de romper con el ciclo de la violencia. Implementar medidas para hacer frente a esta problemática no es sólo un asunto de Derechos Humanos o salud pública, sino un asunto trascendente para la erradicación de la feminización de la pobreza y el desarrollo del país.
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