MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Al tucán le gusta mucho la palta, la lúcuma, la uvilla, el ungurahui y muchas otra frutas que abundan en la selva. Pero verlo comer una papaya es un espectáculo divertido: pica la fruta, levanta luego con ímpetu el pico y entreabriéndolo traga de golpe el jugoso trozo que rebanó con su filudo pico. Y de rato en rato lanza hacia arriba un bocado que dando vueltas caerá luego en su entreabierto picazo, sin que uno sepa si lo hace así para no atragantarse o simplemente por juego o por exhibicionismo. Siempre sabe el tucán cuándo va a llover, y lo anuncia desde media hora antes emitiendo su canto o chillido, a ratos agudo, a ratos ronco. De pronto, en medio de un calor abrasador, echa hacia atrás la cabeza y abriendo hacia el cielo su enorme pico espera acezando la lluvia, cuyas primeras gotas caerán en un minuto. ELMO LEDESMA ZAMORA
Lecturas Literarias
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