MT: Llegaste para competir en una posición donde Talleres en los últimos años había tenido a uno de los jugadores más regulares. ¿Lo tomaste como una presión o motivación? LG: Sinceramente fue algo de presión pero a la vez con motivación incluida. Sabía que llegaba a un plantel muy competitivo con una buena base de años anteriores. Venía con la intención de aportar lo mío y sumar en lo que fuese necesario. Ivo es un gran jugador y la competencia realmente es muy sana. Llegué con la idea de jugar y dar lo mejor de mí, con tranquilidad, pero dejando todo en cada pelota, en cada entrenamiento y partido. MT: Fuiste uno de los jugadores con más minutos de juego en la primera parte. ¿Cómo trabajas la cuestión física y los hábitos alimentarios? LG: Con la alimentación siempre escucho mucho a los jugadores más grandes del plantel. Javier Gandolfi, que es un excelente profesional, por ejemplo siempre me recomendaba no comer tanta carne, y darle prioridad al pollo y pescado. En el día a día, trato de arrancar con un buen desayuno, pastas en el almuerzo, y a la noche generalmente pescado. Además, durante todo el día tomo mucha agua. En cuanto a lo físico, siempre fui flaco y con mucha dinámica. Cuando era chico, en mi Club de barrio, jugaba de volante y eso creo que me ayudó para ir ganando en resistencia física. MT: ¿Cuáles son las fortalezas de este Talleres que ascendió con el objetivo de consolidarse en la categoría? LG: Creo que lo principal pasa por el compañerismo, la humildad y los objetivos en común que nos hemos propuesto. El compañerismo que tiene este plantel es increíble, algo que difícilmente se vea en otros Clubes. Compartir el día a día, cada entrenamiento, con este grupo es algo muy lindo y satisfactorio. MT: ¿Cuál es el techo que se proponen como grupo? LG: El plantel no se pone un límite. Tenemos que ir partido tras partido y jugar cada uno como si fuese una final. El día de mañana, si seguimos con este positivismo, los objetivos y resultados llegarán.
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