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EL CÍRCULO – Número 003 Micro-publicación de poesía y microrrelatos latinoamericos.
Edición: Submarino Ediciones submarinoediciones@gmail.com facebook.com/submarinoediciones
Portada: El arandano facebook.com/soyelarandano
Lima, Perú. 2017 Queda autorizada la reproducción total o parcial de esta publicación autogestionada, con los únicos fines de promoción y difusión, citando al respectivo autor de cada obra.
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Renacer Katherine Rengifo Saldaña, Perú Soy fuego y soy hielo soy tierra y también cielo eché en el mar todos mis miedos y en los ríos los silencios de todos mis lamentos Soy suelo de una pequeña flor cuyas raíces se hacen alas y no puedo evitar el temor que pronto de volar tengan ganas por eso la riego con la ilusión de que nunca olvide de dónde vino que tejo para ella un camino con hilos de una canción Mi padre es un roble mi madre dulce manantial ellos son para mi alma el aliento que me hace falta al caminar Soy todo esto y más soy mi propia guerra y soy mi paz la luz que se aferra en el camino no dejar
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todo aquello que se puede amar.
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Al amor que se marcho Kevin Johnny Iván Torres Montalvo, Perú Silencia tus ojos Nuestras bocas divisan con espeluznante asombro al mundo yacer, Oye mis besos en tu inerte faz,recorriendo tu piel; Vocifera tus pecados, susurra tus éxitos Injuria paredes con rostros pintados de felicidad jubilosa, Oféndeme, sonríe en las tragedias Llora al ver la comicidad sobre el escenario, Canta versos, recita melodías Mantén, ponzoñosa, este mundo equilibrado Sé leal a tus enemigos y con tus amigos… felonías Destruyeel paraíso reinando los infiernos Haz lo que quieras, está bien. Jesús y Satán beben juntos al verte jactanciosa Anda a la guerra y huye del enemigo, ¡Mátalo!Y junto a él a su chauvinismo, Desaparece trovadores, revive esperanzas, facinerosa Deja tu estandarte sobre sus sienes derrotadas Guarda estas líneas entre cajas apartadas Que tu despedida no haya sido inútil, amor Así como me destruiste, pulveriza a otros también Contrae nupcias, no importa con quién
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De hinojos ante tu retrato quedĂŠ yo Escribiendo nuevas versiones en mi memoria De tus caricias y nuestra historia.
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AGONÍA Kevin Johnny Iván Torres Montalvo, Perú Un muerto andante vaga con júbilo por las calles Su alma de congoja llora el infortunio de tal amor El corazón desesperado palpita sin control Utópico, tan difícil pudiera amarte. Un muerto, sólo eso es lo que soy. Y lloro sin límites, eso a nadie ha de importarle Fuertes golpes en el pecho, nada más arrepiento hoy Blasfemias hacia el cielo, a ver si pueden escucharme Ayuda, auxilio, Dios, Dios.
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Peceras en el mar Camila Cristancho Prieto, Colombia Allá afuera hay suficiente mar por recorrer, pero a veces prefiero estar en las peceras. Yo nadabaatada a tus aletas entre los corales geométricos de colores pálidos, las algas asfaltadas, las fosas y rocas oxidadas y las criaturasque íbamos descubriendo cuando salíamos de ella, de la pecera. Hay una fosa en particular que se encuentra justo en el centro del mar yque me recuerda mucho a ti, pececito león.A veces, cuando nado cerca, me dan ganas de zambullirme en ella, que huele a licor, pero temo a que suenenlas canciones que me recuerdan a ti, además porque dicen muchas de las cosas que yo quiero decir.Y temo por lo que me queda de vida,porque son melodías que me llevan a extrañarte, a romperme, a disolverme, a fragmentarme como un pez que ha sido atacado para ser devoradodejando que los restos de su cuerpo aterricen en el límite de la profundidad, a morirme. Temo porque soy presa de fácil pesca, tú sabes. Entonces preferiríaevitar todo ello y bucear entre otras fosas, otros corales, otras criaturas.Preferiría, no recordaraquellos días en los que navegábamos juntos, preferiríano escuchar las melodías que nos acompañaron en aguas tranquilas y en aguas torrentosas, preferiríaolvidar el olor de tus ojos, el tacto de tus palabras y lo detonante de tu voz. Aunque habiendo tanto mar, yo, de alguna
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manera, prefiero seguir en la pecera. Sería bueno salir de ella, pero prefiero quedarme. Siempre pensé que no existiría un lugar más tranquilo que aquellos en donde estuvieras tú, donde todo el caos de afuera quedaba reducido a un ruido distante, casi imperceptible, como si se lo tragara un tiburónsutilmente y se lo llevara a otra galaxia. En la pecera había rocas que servían para sentarse, acostarse o para poner objetos comunes: libros hechos con algas, aparatos como el marevisor, el microolas, una antigua máquina de escribir espuma, la vajilla hecha con conchas y caracolas y lámparas que funcionaban con anguilas. No había tanta comida, el refrigerador permanecía casi vacío, pero nunca dejó de funcionar. Este era el único lugar en el que se podía dormir y soñar, sentir abrigo en noches friolentas y monstruosas. Pececito león, ojalá nadaras por estas aguas de nuevo para satisfacer mi necesidad de tenerte a mi lado, de atarte a mí con mis tentáculos y llevarte a aguas cálidas para bailar y reír. Ojalá estuvieran a mi alcance tus barbas largas y tu experiencia que tanto me enseñó sobre cómo navegar en la oscuridad y en la turbulencia y cómo enfrentarse a especímenes aparentemente más poderosos que yo. Y es que la vida contigo tenía más sentido en lo que a emociones se refiere, los días parecían burbujas que no se rompían, eran una ilusión constante a la que nunca le imaginé un despertar.Hoy te echo de menos, aunque es mejor que estés volando entre un airemás limpio que este o nadando en aguas
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menos nauseabundas. Esto acá es un caos peor que el que ya conoces,este mar está muy sucio, es repugnante lograr saborear el color negro de las moléculas que lo componen, ya no se puede nadar con la misma libertad de hace unos meses, sabes que acá las cosas están irritables y enfermizas. Tu decidiste huir porque ya aprendiste a andar, a volar, a nadar y a conocerte, yo todavía no he completado mis fases, estoy en ese aprender. Recuerdo el arrancarnos escamas y trocitos de tentáculos y el lanzarlos a la calle, se iban con las corrientes, probablemente viajaron por las alcantarillas y llegaron a lo más remoto del espacio contagiando de erotismo a los dioses de los organismos de los demás ecosistemas. Túsiempre supiste hurgar los rincones más sensibles e inaccesibles que tiene mi carne y mi ser intangible. Yo te odio un poco porque ahora estás fuera de mis posibilidades físicas. Yo te amo otro tanto por todo eso que compartimos dentro y fuera de la pecera, dentro y fuera de nosotros mismos. Yo te extraño casi siempre, pero es mejor que estés volando por donde el ambiente es más limpio, menos aborrecible y menos ruidoso. Yo te olvido de vez en cuando y es saludable para mí alejarte de míespacio mental,aunque sea un poco. Yo te recuerdo con música de fondo y sabes que recorro todo con música. Yo creo, de alguna forma, que espero volver a tenerte enredado en mis tentáculos y que tus barbas y garras se sumerjan dentro de la cueva de la isla pélvica que se encuentra en mi tierra, llover juntos,que lancemos rayos hasta romper los cristales. Yo te escribo para asomar la
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cabeza y salirme un poco de este ahogo persistente que me he causado, yo te escribo para manipular mejor la inmensidad vacía en la que me encuentro. Yo puedo hacer uso de una importante cantidad de verbospara evaporar un poco de este mar, de este encierro que habita en mí, que tiene mucho de tiy que se desborda por mis ojos de vez en cuando. Es mejor que estés allá donde no hay opacidad en el aire ni basura en las aguas. Yo necesito completar mis fases.Extraño quitarte escama por escama, pececito león. La pecera ya debe ser albergue de otro par de organismos.Allá estás mejor, lejos de aquí, de mí.
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La bestia Leandro Ruiz Díaz, Argentina Mis manos transpiran otra vez, el acero frío de la reja de mis ojos, las enloquece. Mi cabeza se ha transformado, mis intestinos son ahora cadenas que atan mi alma. Triste veo desde dentro de mí a las personas andar; al pobre sufrir y al rico robar… Agarro mi arma y salgo a matar, inconsciente, embroncado, sediento, hambriento! El sol azota con odio la tierra, nos está cocinando de a poco, lento y dolorosamente. Trabo mi mandíbula y afilo mis dientes, el cemento es selva, salvaje gris, salvaje asesinato… Velozmente me deslizo por las alcantarillas de esta ciudad; cae la noche y no estamos para cuentos, estamos para la acción!!! Una, dos, tres, cuatro, cien víctimas se desploman a mis pies, el sabor a sangre se huele desde lejos, hasta en el desierto más seco; indomable sensación. La policía me está buscando, desea cazar… En momentos como este no encuentro las palabras para definirme, el olvido es así. Como lo ves. Tuve todo y tuve nada, rompía siluetas con mis ojos, rompía risas, pero ya no, ya no más. Me desarticule, me fui de este mundo, tirándome (por donde iba) al vacío, a la oscuridad. Saboree la victoria con mis labios, pero no eran los míos, los de mi corazón; mis cuentos hablaban de mí en sus hojas, en sus letras… vagos recuerdos. Y una y otra y otra vez rompía mi sien con las pastillas, venenos en cápsulas (lo que daría
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por volver a hacerlo) me desvanecía, con el viento me hacía uno y paseaba y reía y soñaba. Nunca pude pisar bien en esta tierra, creo que mi estadía en este mundo fue equivocada, mal hecha. Yo merecía perderme en otro lado, en otra situación. Boca abajo respiraba mi vida tan frágil como el tiempo, tratando de no ver a los ojos a la realidad, jodida realidad; estaba pendiente de la inconsciencia que me rodeaba. Era como si en realidad no pensara, bueno… todavía trato de no hacerlo mucho. Como extraño esos momentos de soledad matutina, cuando pude tener tus sentidos, amarlos, para después destrozarlos con palabras bonitas de doble filo. Me confieso… tuve responsabilidad, responsabilidad de destruirte sádicamente con mis manos con mis palabras, con la mentira de ser yo. Fui recortado de todo, termine lejos de donde había empezado y me arrepentí, aunque eso no cuenta en las verdades de los mentirosos. Pero después de una noche productiva, viene la calma. Me echo a dormir, pienso mientras duermo, calculo mis movimientos… asesino frío y calculador; pena de muerte o muerte de pena, esos son mis dos finales. Ensangrentado, rabioso y sobre todo victorioso. Se hace de día y yo salgo a la calle, sufriendo por dentro pero hecho un señor, soy un señor en este mundo en esta realidad. Una bestia hecha “hombre”, el hombre hecho prisionero, agonizante… Con el vil metal se compran personas y con el plomo frío me adueño de sus almas, me alimento de personas… pero soy un señor
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y no gracias al dinero. Pero justamente mi alma, mi alma!, se desgrana como el aire y sueña ser libre, pero está atada y los ojos me sangran, no me libero, pero te veo. La bestialidad vuelve a tomar forma, fuerzo palabras y antes de matar mis labios (morados por el frío y quebrados por mil drogas) articulan un: “Adiós mis queridossss”, familias enteras caen como capullos de algodón y mis fauces devoran sus huesos. Todo un caníbal con estilo. Prendo la radio y la dulce melodía del rock calienta mi sangre, enciendo un cigarrillo; sobre mi cama yace el cuerpo de una mujer, ayer sus piernas me abrazaban y hoy no se mueve, pero no importa, sus ojos descarrilados son buena compañía. El insomnio es buen estimulante, dulces ojos rojos… jumm!!! Mi conciencia traslada a mi cuerpo cansado hacia la cama, dulce cama. Catorce horas de trabajo, donde lo único que está en mi cabeza es el sueño. Me acuesto junto a ella, su cuerpo frío me hace transpirar. La acaricio, toco su piel, en donde antes había sudor ahora hay sangre, roja sangre, azul, violeta, claro, amargo… Cierro los ojos y esfuerzo mi imaginación al máximo, es en esos momentos en los que no me gustaría ser yo, ser otro y ver esta escena (como en una película), ver a ese pobre diablo acostado al lado de un cadáver y reír, cómodo en mi asiento, esa cruel comodidad burguesa. Pero esta presión, esta tensión en mis ojos en mis manos y en mi sien no me dejan ni un minuto.
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La sangre de esa mujer comienza a corroer mi cuerpo, fría sangre. De un salto me paro al costado de mi cama ¿estoy decidido a ir por más? Seguro que si. Agarro mi arma… metal, asesino metal, aspiro tu olor y me gustas. El cielo cae de rodillas frente a mi y mi arma, cualquiera de las dos. Un poco de whisky que afecte mi conciencia y salgo hecho un señor…
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La ventana Leandro Ruiz Díaz, Argentina Y todo se oscureció yo miraba por la ventana de vidrio roto. estaba algo triste algo feliz algo cansado, termine mi cigarrillo y tomé ese último trago la oscuridad avanzaba lentamente y llovía terrible para los pobres el agua avanzaba siento que cada vez estoy más lejos más al centro de la tierra agarré mi abrigo me dirijo hacia la ventana ¿salto o me corto el cuello? Es un buen abrigo, me gusta su color y cualquiera de esas dos
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opciones lo arruinarĂan.... prendo otro cigarrillo y me siento a esperar que un misil caiga directamente en mi sien.
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EL MURO (1939)* Diego Portillo Tinoco, Perú La barbarie inició En 1939, cuando Sartre escribió “El muro” Debajo de una catedral ¿No fue allí que lo escribió? Pareciese ¿Apostado sobre muros de barro? Pareciese ¿En el centro del mundo? Pareciese Las cabezas calvas Como aves rapaces Lucubraban, discurriendo el llanto por Sus mejillas rosadas Se devanaban los sesos Caían como hojas en invierno temprano Ni siquiera otoño Tres hombres dispuestos a morir De frío antes que de miedo Sudaron Se orinaron
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Pero la muerte es siempre Una sola, un momento, una pausa Un stop/open a la vida Pero la muerte es inesperada Cruza como tren bala Es un caballo tísico Cien fuegos que se apagan Era todavía oscuro Y llano Y pleno Y era todavía marzo Cuando el pelotón De fusilamiento Disparó las balas de sombra Sobre sus cabezas Calvas Solo uno Remediado Intenta salvar su vida Diciendo una mentira Sobre el dicharachero Más buscado Y como la muerte siempre Llega en el momento
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Pactado Los soldados atraparon al Sujeto En el cementerio Buscando refugio La muerte siempre es Dicotomía Luz y sombra Claro oscuro Respiro y no respiro Era todavía oscuro Y llano Y pleno Y era todavía marzo Cuando el pelotón De fusilamiento Disparó las balas de sombra Sobre aquel más buscado Y yo Que aparezco Aquí por un instante Me echo a reír Por haber mentido y
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haberme salvado. * (TÍTULO DEL CUENTO DE JEAN PAUL SARTRE)
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DESPIERTO en DESIERTO Celeste Suárez, Perú Mis huellas caminan sobre arena blanquecina no hay nadie a mi alrededor aquí en Paracas es como el vacío que habita en mi corazón camino sola con tu recuerdo a costas que me persigue como si fuese una carrera yo no voy a ganar, lo sé. Y tú estás lejos, muy lejos, mi amor. Empiezo a quitarme lo que traía puesto me quedo entonces Eva prácticamente desnuda sintiendo la energía del desierto el poder de la Pachamama recorriéndome llenando con su voluntad todo mi pecho me enciendo de a poco y te recuerdo con tu imagen tan perfecta ¡pura distracción de nobleza! si tan solo estuvieras aquí… levanto pues un puñado de arena la elijo para llevártela ¡sí! acá en mi mano cerrada ¿sabes para qué? para que tú comprendas que a donde voy
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mi mente, latidos, emoción, luchas y amor solamente piensan en ti en donde esté siempre es así ¿te gustará arenilla finamente escogida? ¿te gustará un corazón que solo en ti piensa?
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ANTIPOEMA 17 Mike Paredes, Perú Es mejor así. Amarnos incompletamente. Ser luz, deidad y abismo. Dos cuerpos desnudos, uno para el otro. Tus pupilas reposando sobre el vacío de las estrellas. Ahora el viento, siempre el viento sobre la epidermis del poema. Nada queda sólo estas líneas inentendibles. Códigos entre nosotros que nos queremos demasiado. Mi lengua en tus labios
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Verbo y carne. Besos y adiós en los días de mala suerte, tierra mojada, hierba fresca Nuestro amor radiante, lleno de rabia y libre albedrío. Ahora escribo en los muros repito mil veces tu nombre, pero tú llevas algo que no he aprendido de los libros, y lo he entendido en mis cicatrices.
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TRES N-2 Mike Paredes, Perú 1 He aquí las cenizas de un hombre hechas palabras. 2 Una sombra. Un exilio. El amor ha sido expulsado de nuestros cuerpos. 3 He perdido tu nombre en los silencios de mi boca. 4 No hay luces que encender esta oscuridad es un código entre nuestras ropas. 5 No he de morder tus labios tampoco estas palabras
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que se han de convertir en amor 6 Estas cicatrices no definen a quien pertenezco Yo soy el viento, nena, reposo en tu boca soplo en tu pecho incendiรกndote el corazรณn 7 Y como viento ahora he de irme llevรกndome tus hojas secas
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Anti-rosa Luis A. Hernández, Perú
Me dijeron que las rosas tienen entre cinco a noventa pétalos, pero tú eres de cien pétalos, esos diez pétalos me dijeron que era contigo y con nadie mas Un día conté noventa y nueve pétalos, lo deje pasar. Un día conté noventa y cinco pétalos, quise decirte algo pero lo deje pasar. Un día conté noventa y siete pétalos, te pregunte si me amabas me dijiste que mucho, lo deje pasar. Un día conté noventa y seis pétalos, ese día supe que no era contigo y con nadie más. Un día conté noventa y cinco pétalos, ese día empecé a cortar las demás.
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Azul Luis A. Hernández, Perú Azul escribí una canción para ti para que los sonidos sean solo matices los arreglos mis latidos y mi voz tu adicción. Azul deshacedme de ti haz caer las aves se ahoguen en ti y alimenten tus deseos. Azul déjame bailar entre tus mareas y que tus habitantes coreen. Azul déjame amar tu humedad y hacerle el amor de muchas maneras. Azul déjame cantarle a tus fantasmas y que marchen conmigo hacia los rayos del sol Y mueran incinerados quedando solo yo como es, como ha sido, como será siempre.
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El origen de la tristeza de la constelación muerta (Extracto) Ondria Tale, Perú V
-"había amor, recuerdo estar aquí, recuerdo poder aún respirar". Ahora te contaré mi historia... Estaba sentada mirando esas aves. Volaban todas sobre el cielo de esa "mujercita amarilla". Dolor, calma, recuerdos, esperanza. Todas iban volando hacia el mismo futuro. Ella no sabía, pero ya lo amaba. Su corazón se había moldeado para amar al primero que esté dispuesto a salvarla. "A", él representaba la ternura. El hombrecito azul de la la galaxia Ondria. Yo los vi sentados de madrugada cuando se dieron su primer beso. También fui testigo cuando él solía hacerse "bolita" en el vientre de ella, entre sus pechos, sobre esa fuente que él decía que ella tiene entre sus clavículas. Fui testigo de su piel empañadas de amor y sueños. Aún la recuerdo escribiendo sobre la piel azul de A "te quieros". Los días flotando sobre el agua en Cerro Azul, con su
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bañador a rayas. Recuerdo a A gritando "no te alejes mucho, es peligroso" o algo así... Las noches o las tardes o las mañanas y antes las madrugadas, cantando, bailando. Mi constelación ha muerto. Todas las estrellas de mi constelación han muerto. Todas, poco a poco y una por una, han muerto. El Dios al que él se negaba aceptar. El Dios al que ella rogaba existiese. No les dio ninguna señal aquella noche que fueron a buscar respuestas y paz. Esa vieja casita estrellada de ilusiones ya no existe. Ellos se han ido, y mi constelación murió con su historia. Si se pueden enviar mensajes desde un tiempo futuro o un tiempo pasado,, te digo, yo ya no existo, y este mensaje viene desde el vacío que dejó un amor que no estaba destinado a ser, sin embargo; lo fue. Quizá en otra vida, en otro tiempo y universo se vuelvan a encontrar, y ella lo buscará a través de los campos y los mares, aunque aún no se hayan conocido, lo buscará. Entonces, más allá del bien o el mal que se puedan haber causado, volverán a existir para no cometer sus mismos errores y amarse tiernamente, para siempre, en ese mundo inexistente ahora, pero que está más allá fuera de estos muros de tu presente.
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Ladrillos rojos Vanesa Almada Noguerón, Argentina me gustaría saber si desde ese balcón se pueden ver las ciudades que hubiéramos visitado o las manchas de calor de lámpara de manos convulsas de penitencia en los libros que nos hubiéramos prestado este cuaderno que escribo tiene el color atormentado de un vaso de sangre ¿son rojas también tus venas, tus suspensiones / todas tus ropas después de haber pensado tanto el amor después de haber pensado en las formas simétricas que van tomando los diálogos que nunca pudimos intuir ni soportar? la radio sigue diciendo esa canción de Edith Piaf (sigue diciendo tormenta) me gustaría saber si mañana la lluvia (o algún otro fenómeno) nos va a ofrecer
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algún principio o algún final algún reflejo en el barro donde no sentirnos tan huérfanas donde no sentirnos tan verbalmente vulneradas
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LUNÁTICO Marvin Joao Luna, compañera de noches blancas y muy turbias, Única testigo de mis tantas angustias, Solo tú conoces el trasfondo de mis trastornos y locuras, Me pierdo navegando las quimeras de la noche sin ningún toque de cordura... De oyen ruidos, susurros que no sé de dónde salen ni cómo se originan, Solo se q es otra noche de muerte divina, Estoy justo en la puerta de entrada hacia una dimensión descomunal, No tengo miedo a cruzarla porque ya lo hice y no hay marcha atrás... Déjame percibir el aroma q me logre extasiar inmerso en esta atmósfera, Hoy la única luz, será tu luz mi bella hermosa, te adoro! Déjame viajar x esas nubes tan ansiosas, Yo las entiendo, yo las comprendo, Hoy la neblina es de rostro bello, densa y muy preciosa...
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No confío ni en mi sombra, pero es aquella la que siempre habla tras mi oreja, Quizá tiene misericordia ó será que está allí pero no asecha, Hay varias rondando esparcidas, danzando estupefactas!, Pero yo volteo y veo en el horizonte aquella laguna cósmica que sigue intacta... Siento tristeza, tristeza de q algún día ella ya no formará parte de mi vida, Tristeza porque mis paseos y salidas ya no serán los mismos, Y me costará disfrutar la vida, Me costará sonreír, se me hará un nudo a la garganta, Al recordarla y sufriré! Sufriré como nunca antes he sufrido.... Vivo una mentira, una burbuja azul y euforizante que no quiero reventar, Siempre seré aquel niño que en silencio miró por la ventana abierta las estrellas brillar, Nunca me cansaré de viajar al lado más oscuro y morir otra noche más, Porque de lo que llaman realidad me alejo y ya solo busco lo artificial.
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19:00 Melvin Jara, Perú 19:00 la chica de la esquina dijo que no dos mujeres pasaron paseando a un perro y una moto dejó de sonar línea amarilla amarilla amarilla Los postes huelen a orina y tengo ganas de mear pero no puedo porque fumo un pall mall y la otra mano la tengo en los bolsillos voy pensando que me hará bien el camino pasa el camión de la basura se lleva recuerdos inutilizables 19:02 las niñas gritan nadie las oye por el run run que se come a la ciudad que cae a pedazos Intento cruzar la avenida
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líneas blancas continuas blancas apago el cigarro porque no fumo las colillas saben a plástico y eso se degrada lentamente Agacho la mirada 19:05 todos se saludan pero nadie a mí será que sólo me queda un encendedor y unas monedas para el pasaje 19:15 las cumbias suenan fuerte como lamentos con un toque de alegría Envidio a todos porque sólo escuchan el tambor y yo me muerdo los labios porque me dan miedo los autos más aún el sonido de las llantas
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encerrado en el asiento delantero Sé que llegaré a casa pero perderé las monedas y no tengo nada para fumar sólo está tonta nota y el encendedor 19:30
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