En Sudamérica, desde muy temprano, hemos sabido combatir las desgracias con la gracia de la fiesta. Momentos de igualación social, de catarsis colectiva, formas de contar el tiempo, de marcar los años pasados juntos. Suprema democracia de la Fiesta: una línea de energía vital que nos liga a nuestros ancestros. Vitalidad animal, domesticada por ritos y ceremonias desde la noche de los tiempos.