ESCAPADAS
Esta lengua de tierra, que queda fácilmente aislada de la isla, se creó accidentalmente a base de los años gracias al viento y el mar que azotaban esta zona, creando así extrañas y magníficas formaciones rocosas. Los caminos, los muros, la carretera y el faro de Cap de Formentor fueron construidos con sus rocas en 1892. Cuando el propietario de la zona, el poeta Miquel i Llobera, falleció, se dividió y fue vendida a diferentes propietarios. En 1928, el argentino Adam Diehl construyó el hotel Formentor y empezó así a fomentar el arte en el finisterre mallorquín, que sigue vivo hoy en día. Formentor es una de las zonas más visitadas y emblemáticas de Mallorca, gracias a la belleza de un paisaje que conjuga perfectamente el mar con la montaña. Siguiendo la carretera antes de llegar a la playa hay dos lu-
gares desde los cuales se pueden contemplar espléndidas panorámicas. Uno de ellos es el mirador de la Creueta con el islote del Colomer al fondo, una de las vistas más fotografiadas. El otro es la Atalaya de Albercuix, construida a finales del siglo XVI. Formaba parte del sistema de defensa de Mallorca. Se trata de una torre situada sobre una cima de 390 m por encima del nivel del mar y a la cual se llega mediante una estrecha carretera de curvas que se desvía de la principal y desde la que se divisa la bahía de Alcudia y la playa de Formentor. Pero si lo que buscamos son calas tranquilas y pequeñas para disfrutar de las aguas cristalinas, vale la pena hacer alguna excursión hasta Cala Figuera, Cala Murtra o Cala Pi de la Posada. ❖
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