Relatos de Poder

Page 94

se miraba a sí mismo. —¿A dónde fue usted a dar, don Genaro? —pre​gunté. —Esa era realmente la primera vez que me movía al soñar —dijo—. Pero ya sabía lo suficiente para portarme correctamente. No fijé la vista directamente en nada y fui a parar a una cañada muy honda donde mi benefactor tenía sus plantas de poder. —¿Cree usted que es mejor si uno casi no sabe nada de soñar? —pregunté. —¡No! —intervino don Juan—. Cada uno de nosotros tiene facilidad para algo en particular. La facilidad de Genaro es para soñar. —¿Qué vio usted en las cañada, don Genaro? —pre​gunté. —Vi a mi benefactor haciendo maniobras peligrosas con unas gentes. Pensé que yo estaba allí para ayudarlo y me escondí detrás de unos árboles. Pero así como yo andaba en ese entonces no habría podido ayudar a nadie. De todos modos, yo no era tonto, y me di cuenta de que la escena esa era para mirarla de lejos y no para actuar en ella. —¿Cuándo y cómo y dónde despertó usted? —No sé cuándo desperté. Han de haber pasado horas enteras. Lo único que sé es que seguí a mi benefactor y los otros hombres, y cuando iban llegando a la casa de mi benefactor el ruido que hacían, porque andaban peleándose casi a puños, me despertó. Esta​ba en el sitio donde me vi dormido. —Al despertar, me di cuenta de que todo eso que había visto y hecho no era un sueño. En verdad me había ido bastante


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.