


Ministerio Católico, Campus de la Universidad de Michigan
Por P. Carlos Cardo S.J.
Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos. Cada uno de nosotros puede sentirse incluido entre los llamados. La Iglesia, comunidad que Jesús ha reunido en la persona de sus apóstoles y discípulos, y a la que pertenecemos, recibe la misma misión de su Maestro: anunciar con hechos y palabras la presencia del amor de Dios y la certeza de la salvación que esperamos (Evangelii Nuntiandi).
Y comenzó a enviarlos de dos en dos. Detrás de la costumbre hebrea de ir así cuando se trataba de cumplir una misión, hay un signo que Jesús quiere que transmitan. Él ha venido a reunir un nuevo pueblo de hijos e hijas de Dios. Por eso la comunidad (lo comunitario) tiene un valor fundamental en todo su mensaje. Jesús no predicaba nunca en solitario; tampoco quiso que sus discípulos lo hicieran. Sin compañía fraterna, sin colaboración en tareas y proyectos, no se puede anunciar eficazmente el evangelio.
Dice también el evangelio que Jesús les dio autoridad sobre los espíritus impuros. No se trata de fuerzas o poderes sobrenaturales, contra los cuales nada pueden hacer los hijos de Dios. Los “espíritus” a los que se refiere Jesús tienen que ver con todo lo que engaña, perturba, oprime y empobrece la vida, privándola de libertad, de dignidad, de paz.
En este sentido, los discípulos de Jesús se caracterizan por ser personas que combaten contra toda forma de injusticia, desigualdad, hambre, mentira y corrupción. Esos son los espíritus inmundos que impiden que los seres humanos se realicen como auténticas personas. Y la autoridad del discípulo está precisamente en enfrentar al mal y vencerlo en nombre de Cristo con la fuerza del Espíritu.
Les ordenó que no llevaran nada para el camino La Iglesia como institución y cada uno de sus miembros no pueden poner como valor central de su vida los bienes materiales. Éstos son medios, no fines; y hay que aprender a usarlos o dejarlos tanto cuanto convenga a la realización de los valores del reino de Dios. Cuando se olvida esto, los bienes materiales en vez de ayudar a la tarea evangelizadora, la desvían de sus verdaderos fines, y la labor de la Iglesia se pervierte.
El espíritu de gratuidad, que se demuestra en dar gratis lo que gratis se ha recibido, hace que resplandezca más la acción de
lo alto. La sencillez de vida, el desinterés por el poder de este mundo, la pobreza evangélica, hacen más creíble la predicación y la acción de la Iglesia.
Por eso el cristiano debe considerar su casa como un lugar privilegiado para cumplir la misión de transmitir el evangelio. En la intimidad familiar se crean los lazos afectivos más profundos y resulta factible, más que en ningún otro sitio, crear la fraternidad y encarnar los valores cristianos. En la casa se puede practicar el seguimiento de Jesús en su radicalidad Si en algún lugar no los reciben, váyanse de allí… Jesús invita, no se impone. Los discípulos no pueden obligar a nadie a aceptar el evangelio. Éste se acepta por la fuerza del testimonio y la eficacia de la palabra que promueven el convencimiento interior. Habrá quienes no acepten el mensaje, y contraerán una culpa que sólo Dios conoce con exactitud. Frente a esto, le basta al discípulo manifestar con un gesto demostrativo la ruptura de la comunión: al salir de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies.
En este discurso se ve que el cristiano evangeliza humanizando. Los valores del evangelio nos hacen más humanos y mueven a construir un mundo más humano. Esta es la razón del empeño del cristiano en la lucha contra todos los males que oprimen a la gente. Porque cree en la eficacia del bien y en las posibilidades de mejorar la calidad de la vida humana, el cristiano apoya todo lo positivo que tiene el mundo de hoy, todas las posibilidades que se ofrecen de encarnar los valores del evangelio en nuestra sociedad.
https://liturgia.jesuitas.pe/2021/07/11/discurso-de-envio/
Los invitamos a la misa bilingue por el día de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañia de Jesús, orden religiosa de nuestros sacerdotes jesuitas de la parroquia Santa María.
Será el Miercoles 31 de Julio a las 5 pm. Los esperamos!
Los invitamos a rezar el Santo Rosario en español en persona todos los lunes a las 7:30 pm en la Iglesia, Para más información buscar a Patricia Ronquillo o a Guisela Anguiano son todos bienvenidos!
O también virtualmente via zoom todos los viernes a las 8:15 am. Para recibir el enlace, enviar un email a Maribel Rosas mrosas@smspnewman.org
Rosa Luz Postigo
Coordinadora del Ministerio Hispano/Latino
734.663.0557 x248 rpostigo@smspnewman.org
Se necesitan voluntarios que quieran ayudar en la misa en español, ya sea en el coro (no se requiere experiencia), como lectores, para dar la bienvenida o como Ministros Eucarísticos para lo cual se les brindará entrenamiento. Si están interesados, favor de comunicarse con Rosa Luz Postigo. rpostigo@smspnewman.org
Maribel Rosas Palma
Coordinadora Preparación Sacramental Hispano/Latino 734.663.0557 x 222 mrosas@smspnewman.org
Padre Patricio Casey S.J. Asociado pastoral del Ministerio Hispano/Latino 734.663.0557 x 234 pcasey@smspnewman.org
734.663.0557
Padre Kyle Shinseki S.J. Párroco
734.663.0557 x 221 kshinseki@smspnewman.org