de asimilación: el aburguesamiento, el capital, y el estado. La identidad gay ha sido convertida en un producto de valor comercial y un aparato de retiro de la lucha contra la dominación. 195
Ahora los gays no critican el matrimonia, el ejército, ni al estado. De hecho, realizan campañas para poder participar en todo esto. Su política es abdicar a estas malditas instituciones en vez de aniquilarlas. “¡Los gays pueden controlar el estado y manipular las fuerzas de capital tanto como los heteros!” “¡Somos iguales a ti!” ¡MENUDOS IDIOTAS!
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Los gays traidores solo intentan construir a lo homosexual como lo normal: gringo, monógamo, intentar ser rico, con 2.5 ninos, una camioneta estilo todoterreno, y una valla blanca. Por supuesto esta construcción reproduce la estabilidad de la heterosexualidad, la raza blanca, el patriarcado, el binarismo de género y por consiguiente el propio capitalismo.
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Si honestamente queremos hacer pedazos a esta totalidad, tenemos que librarnos de toda esta mierda. No necesitamos el derecho de participar en el matrimonio, el ejército, o el estado. Necesitamos deshacerlos. Ya basta de políticos, ejecutivos y policias gays. Todos ellos traidores. Necesitamos desarrollar, con prisa, un abismo entre las políticas de asimilación y la lucha revolucionaria. Necesitamos redescubrir nuestra herencia revoltosa como anarquistas queers. Tenemos que destruir las construcciones de la normalidad. En su lugar necesitamos instalar una posición basada en nuestro alejamiento de esta normalidad y que también sea capaz de desmantelarla. Debemos usar estas posiciones para poder romper con la asimilación, el capitalismo, y con el mundo entero. Hemos nacido en medio de este conflicto con el orden social. Necesitamos intensificar y ampliar este conflicto. ¡YA! IX Susan Stryker escribe que el estado sirve para “regular los cuerpos, de manera igual, tanto a los grandes como los pequeños, para someterlos