PORTADA
Yes,
you did! // Por Georgina Cruz
“Por cada dos pasos que damos hacia adelante, muchas veces parece que damos uno hacia atrás. Pero la gran expansión de Estados Unidos ha sido definida por su avance, la constante ampliación de nuestro credo fundador para recibir a todos, no solamente a unos cuantos".
BARACK OBAMA
D
iez días antes de abandonar el cargo que desempeñó durante los últimos ocho años de su vida, Barack Obama se dirigió a sus ciudadanos por última vez desde una ciudad icónica para él: Chicago, en donde pronunció un emotivo discurso que comenzó con su ya famoso “Yes, we can”, misma frase que marcó su llegada a la Casa Blanca de la que se despide ocho inviernos después de su histórica entrada.
30
“Lo hicimos y sí podemos” -enfatizó- en una invitación a los estadounidenses a no darse por vencidos y a continuar defendiendo los valores democráticos, de la igualdad, la libertad y el respeto a la diversidad ante la próxima sucesión presidencial, pues señaló que “de todos depende que nuestro gobierno ayude a superar los retos a los que nos enfrentamos; corresponde a cada uno de nosotros ser los guardianes celosos de nuestra democracia”. Bajo este periodo lleno de ideales y grandes compromisos, en 2008 fue electo el primer mandatario afroamericano en la historia de Estados Unidos, quien por añadidura se convirtió también en un símbolo de transformación, con todos los conflictos y oportunidades que ello trae consigo. Tan es así, que -tras dos cuatrienios- él mismo hizo una certera evaluación de su gestión:
Enero 2017
"Luego de mi elección, se habló sobre un Estados Unidos postracial. Tal visión, aunque bien intencionada, nunca fue realista. La raza sigue siendo una fuerza potente y divisiva en nuestra sociedad”.
HOMBRE DE FAMILIA Con sus 1.85 m de estatura, Barack Hussein Obama (Honolulu, Hawái; 1962) es aficionado al básquetbol, el golf y prácticamente todos los deportes, quien además ha tenido a bien proyectar y recordar al pueblo norteamericano la importancia de un núcleo social trascendental: la familia, convirtiendo a la Casa Blanca no sólo en el hogar de su esposa Michelle y sus hijas -Malia y Sasha Obama-, sino en el de miles de estadounidenses que confiaron en su visión de un país más respetuoso y justo. Siempre agradecido con la mujer de su vida: Michelle LaVaughn Robinson Obama, el respaldo que ella siempre ha mostrado es sin duda el pilar más importante del político de 54 años, pues lo ha acompañado desde hace 25. En sus inicios como practicante en la firma de abogados en la que ambos trabajaron y en la que se conocieron (precisamente en Chicago), pasando por su papel como Senador por el estado de Illinois y durante todo el camino que significó su llegada y reelección como líder del Despacho Oval.