Ver el hambre de aprender, tanto de los adultos…
Niños y niñas pequeñas abiertos a la ternura… Ahora invito a mis lectores a continuar acercándonos a la educación en contextos diferentes y con personas de edades diferentes, Gladis3 nos cuenta lo que ella vive en el D.F. en el Centro Madre Antonia4 donde colabora como voluntaria atendiendo a los niños de tres meses a tres años de edad, hijos de madres en contexto de prostitución, una realidad que no deja de estrujarnos. “Estar con los niños/as ha implicado para mí, disponer todo mi ser, es decir abrir mis sentidos, atenta para ayudar en el proceso de cada niño con actividades de estimulación temprana a través de música, colores, sonidos, canciones, cuentos, juegos y ejercicios de acuerdo a su edad. Esta experiencia es para mi un “tiempo de Gracia” porque percibo a Dios que se encarna en lo pequeño y sencillo, que me transmite ternura, alegría, paz y esperanza. No importa el cansancio al final del día, porque cuando veo y escucho a los niños sonreír, llorar, gritar, dar sus primeros pasos, emitir sus primeras palabras o cuando corren para abrazarme y besarme es Dios el que lo hace, y me siento invi-
Puedo decir que el contacto con los niños y niñas me ha hecho más humana, me ha ayudado a vivir la misericordia, la ternura y compasión a la que nos invita Jesús, quien en el Evangelio bendice a los niños, les da su lugar, los dignifica . tada a ser el abrazo materno de Dios para ellos que carecen de la presencia y amor de mamá. Puedo decir que el contacto con los niños y niñas me ha hecho más humana, me ha ayudado a vivir la misericordia, la ternura y compasión a la que nos invita Jesús, quien en el Evangelio bendice a los niños, les da su lugar, los dignifica. Cada uno de los niños es especial por ser único, me siento afortunada y agradecida de formar parte de su historia, aunque cuando ellos estén grandes nunca me conozcan; pero yo sé que en su memoria afectiva siempre sabrán que fueron atendidos con amor y ternura”5. ¿Qué futuro podemos imaginar para estos niños/as que por las circunstancias no han recibido lo mínimo a lo que tienen derecho? La dedicación de Gladis puede hacer la diferencia para muchos de ellos.
3 Gladis Imelda del Rosario Herrera Cifuentes, Esclava del Sagrado Corazón de Jesús. Diciembre 2012. 4 Centro Madre Antonia, atendido por las hermanas Oblatas del Divino Redentor. 5 Gladis se ha inspirado en las palabras de su fundadora, la Madre Lucía Noiret: “La educadora animada por el espíritu
de fe, verá en cada creatura que se la ha confiado una perla preciosa que Dios le ha entregado.. hagan el bien espiritual y corporal a las niñas y niños confiados a sus cuidados”. Y nos dice: “cada uno de los bebes es para mí, una perla preciosa: delicada, tierna, frágil, que se me confía y debo cuidar, proteger y amar”.
Cirm
de esperanza activa, las que surgen de un corazón enamorado que busca la justicia.
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