LITURGIAS DE LA OH

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CONVERSIÓN DE NUESTRO PADRE SAN JUAN DE DIOS

ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS

LITURGIAS DE LA ORDEN

Liturgia de las Horas

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ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS 2

Liturgia de las Horas Hermanos de San Juan de Dios

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Orden Hospitalaria de San Juan de Dios Calendario propio

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ENERO

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Conversión de nuestro Padre San Juan de Dios, religioso

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Venerable William Gagnon

8

San Juan de Dios, religioso Fundador de la Orden Hospitalaria

24

San Benito Menni, sacerdote

26

Nuestra Señora del Buen Consejo

1

San Ricardo Pampuri, religioso

10

San Juan de Ávila, sacerdote

3

San Juan Grande, religioso

30 28 29 5

Memoria

FEBRERO

Memoria

MARZO

Solemnidad

ABRIL

Memoria Memoria libre

MAYO

Memoria Memoria

JUNIO

JULIO Beatos Braulio María Corres, Federico Rubio y 69 compañeros, mártires AGOSTO San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia SEPTIEMBRE Santos Miguel, Gabriel y Rafael, Arcángeles NOVIEMBRE Conmemoración de los Difuntos de la Orden Hospitalaria Patrocinio de Santa María Virgen Sobre la Orden Hospitalaria

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San Fortunato Thanhäuser

28

San Juan de Dios en la Traslación de sus reliquias

23

Venerable Francisco Camacho

Memoria Memoria libre

Fiesta Fiesta Tercer sábado Solemnidad Memoria

DICIEMBRE

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Memoria libre Fiesta


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20 de enero CONVERSIÓN DE NUESTRO PADRE SAN JUAN DE DIOS, RELIGIOSO Memoria “... El día del bienaventurado mártir san Sebastián, en la ciudad de Granada se hacia entonces una fiesta solemne en la ermita de los Mártires... y sucedió predicar un excelente varón, maestro en teología, llamado el maestro Ávila, luz y resplandor de santidad... (Juan de Dios) oídas aquellas razones vivas de aquel varón, en que engrandecía el premio que el Señor había dado a su santo mártir, por haber padecido por su amor tantos tormentos, sacando de aquí a lo que se debía poner un cristiano por servir a su Señor y no ofenderle, y padecer a trueque de esto mil muertes; y ayudado con la gracia del Señor, que dio vida a aquellas palabras, de tal manera se le fijaron en sus entrañas y fueron a él eficaces, que luego mostraron bien su fuerza y virtud. Porque, acabado el sermón, salió de allí como fuera de sí, dando voces pidiendo a Dios misericordia... dando saltos y corriendo... hasta llegar a su posada... echó mano de los libros que tenía, y los que trataban de caballerías y cosas profanas hacíalos con las manos muchos pedazos y con los dientes, y los que eran de vidas de santos... dábalos libremente de gracia al primero que se los pedía por amor de Dios... Y así desnudo, descalzo y descaperuzado, siguió otra vez por las calles más principales de Granada dando voces, queriendo, desnudo, seguir al desnudo Iesu Cristo... Así, Ioan, de esta manera fue pidiendo misericordia al Señor... Fue tanto lo que de esto hacía, que visto por personas honradas..., y lo llevaron a la posada del padre Ávila... (que) le admitió por hijo de confesión desde entonces, (y lo despidió) diciéndole: ‘Hermano Ioan,... id en hora buena, con la bendición de Dios y la mía; que yo confío en el Señor que no os será negada su misericordia.”’ (FRANCISCO DE CASTRO, Historia de la vida y sanctas obras de Juan de Dios, y de la institución de su Orden, y principio de su hospital. En GÓMEZ MORENO M. San Juan de Dios. Primicias históricas suyas, Madrid 1950, p. 44.45-48) Lo internaron en el Hospital Real como enfermo mental, donde fue tratado con la terapia usada entonces. Esta experiencia le ayudó a madurar su vocación, que expresó con estas palabras: “Iesu-Cristo me traiga a tiempo y me dé gracia para que yo tenga un hospital, donde pueda recoger los pobres desamparados y faltos de juicio, y servirles como yo deseo.” (FRANCISCO DE CASTRO, o.c., p. 52) La experiencia de la misericordia del Padre, transformó a Juan de Dios. La memoria que hoy celebramos, anime a los Hermanos de la Orden a recordar el don de la propia vocación y a mantener la actitud de conversión que exige cada día, para hace eficaz la nueva hospitalidad. Del común de Santos, excepto lo siguiente INVITATORIO Ant. Venid, adoremos al Rey de la gloria, que convirtió el corazón de San Juan de Dios. Salmo invitatorio como en el Ordinario (p.) __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura

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HIMNO Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del calvario, Granada será tu cruz. La espalda de la miseria es alta y es escarpada. Hombres y penas y harapos se suben a tus espaldas. Todo el dolor de este mundo te cuelga de la mirada. Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del Calvario, Granada será tu cruz. Los ángeles de Granada tienen llagas en las alas. Por calles y por placetas, hay palomas asustadas. Dios va dejando sus dones donde pisan tus sandalias.

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Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del Calvario, Granada será tu cruz. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Salmodia de la feria correspondiente. SEGUNDA LECTURA De los escritos del beato Braulio María Corres, sacerdote. (Proceso de Canonización, Escritos Vol. 6,15: “Horno ardiente del Amor”, pp.134-141, Rev. “Caridad y Ciencia”, marzo 1934) Horno ardiente de caridad Horno ardiente de caridad es el corazón de Juan de Dios. Su vida está revelando a las claras el ardentísimo amor de Dios que arde en su pecho. Pero hay una hora en su vida en que este divino fuego se

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avivó en tal medida que abrasa su hermoso corazón. Hora memorable, de transcendencia imponderable fue aquella del día de San Sebastián, cuando el librero de Granada asiste con devota religiosidad a los solemnes cultos con que la Iglesia honraba la memoria y virtudes del ilustre Mártir Romano; hora de gracia, cuando oyendo la divina palabra caldeada en el celo encendido del Maestro Ávila, un rayo de luz celestial alumbra su alma y se enciende su corazón en las llamas de amor que el Espíritu Santo aviva. La voz del predicador era un tubo de oro por donde el Divino Espíritu se comunicaba a los oyentes y los encendía en el fuego de la divina caridad. Juan oía la palabra y se encendía el corazón. La palabra del apóstol, cada vez más vibrante y encendida, acaba por agitar la llama, y el corazón rompe en un volcán de amor de Dios, gritando: «Misericordia, Señor, misericordia». Las manifestaciones de amor son muchas y en su frenesí no repara medios; grita en el templo; golpea su pecho; se arroja al suelo; abofetea su rostro; y entre tanto suspira por aquel amor misericordioso que redimió al mundo del pecado. Juan quiere amar a su Dios cuanto es amable. El amor hace locuras para granjearse el cariño del amado. Juan de Dios sale por las calles haciendo mil demostraciones de locura porque su corazón ansioso de amar más y más a Dios no halla medio más eficaz para demostrarlo. Solo él conoce qué género de locura es aquella; la muchedumbre lo ignora, por eso saliendo a su encuentro lo toma y encierra en el Hospital. Pero, ni el ardor se templa con las humillaciones; ni se enfría con los desprecios; ni es capaz su pecho de represar aquellas fuertes avenidas de amor de Dios y desprecio de sí mismo. El espíritu de Dios se ha comunicado a Juan y todas las señales del divino espíritu se notan en él: elevación del alma, moción y enternecimiento, heridas del corazón, desarraigo y destrucción de vicios, crecimiento y arraigo de virtudes, celestial rocío de devoción, encendimiento de caridad, allegamiento a Dios del alma y de todas las facultades. El pastorcillo de Oropesa es ya un apóstol. Juan de Dios mirando de hito en hito a Jesucristo, enamorándose de Él, encendiéndose en el fuego de su Corazón es el cuadro que falta por dibujar. En él ha de resaltar la comunicación de amor de Jesús que le convierte en el Apóstol de la caridad y en Fundador de la Orden del amor por excelencia. El amor con todas sus delicadezas y exquisiteces, con todas sus valentías y heroísmos es, en adelante, quien informa toda la conducta de Juan de Dios. Su vida es de caridad sin límites y todo cuanto emprende va movido por ella. Se ve tan penetrado de caridad que parece su esencia misma; ver a Juan es ver la caridad viva. Cuantas hazañas virtuosas realiza en su vida, más que otra virtud resalta el amor divino: si sufre injurias, si obedece a sus directores, si ayuna con rigor y macera su cuerpo, lo mismo que si llena el hospital de pobres y toma sobre sus hombros el alivio de ellos, si hace oración, si trabaja, en vida y en muerte, el amor de Jesús es el que visiblemente campea. ¿Y cómo así? Amor y Juan son como fuego y ascua. El fuego consume al ascua y el ascua alienta al fuego. El amor abrasa a Juan y Juan da vida al amor en su corazón endiosado. Como la esposa atrae todo el amor por la fuerza de conquista que ha obtenido sobre el corazón de su esposo, la divina caridad con quien Juan de Dios se ha desposado atrae completamente su alma; de aquí se sigue una total transformación de Juan de Dios; porque siendo Dios la caridad, según el sagrado texto, “Deus Caritas est”, Dios es Caridad, y siendo la caridad de Juan, Dios es de Juan y Juan es totalmente de Dios.

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RESPONSORIO BREVE 1Tm 1, 13b-14; 1Cor 15, 10a R/. Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía; * Dios derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor cristiano. V/. Por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia no se ha frustrado en mí. * Dios derrochó La oración como en Laudes. Laudes HIMNO Juan de Dios, eres vida, luz y amor. Al nacer eres semilla, frondoso granado en flor, que producirá en su día, frutos sangrantes de amor.

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Eres la granada abierta, que extiendes en derredor la dulzura de tus frutos, envuelto en tu pudor. Eres vida en mis andares, eres luz en mis caminos; en la cruz bebes a mares esos anhelos divinos que abrazan tu corazón. Todo es amor en tu vida, todo es vida en una vida que ha de morirse de amor. Eres fuego, Padre mío, eres mío Juan de Dios. Amén Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE 2Cor 5, 20b-6, 2 Os lo pedimos por Cristo: dejaos reconciliar con Dios. El cual, por nosotros, hizo pecado al que no conocía el pecado. Para que por él llegáramos a ser justicia de Dios. Os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Porque él dice: “En el tiempo de la gracia te escucho; en el día de la salvación te ayudo”. Pues mirad: Ahora es tiempo de la gracia; ahora es el día de la salvación.

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RESPONSORIO 1 Cor 15, 10 R/. Por la gracia de Dios soy lo que soy, * Y su gracia no se ha frustrado en mí. Por la gracia de Dios. V/. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. * Y su gracia no se ha frustrado en mí. Gloria al Padre... Por la gracia de Dios. Benedictus, ant. Entrando en la iglesia se puso a gritar: “Ten misericordia, Señor, de este gran pecador.” PRECES Pidamos al Padre celestial que, por intercesión de nuestro fundador san Juan de Dios, nos conceda la verdadera conversión del corazón. Danos, Señor, un corazón nuevo. Señor, nada podemos sin tu ayuda, - concédenos ser conscientes de nuestra fragilidad y de la necesidad de tu gracia. Señor, concédenos un corazón puro, - para que podamos comprender el significado de la verdadera conversión. Señor, tú que has hecho del bautismo el signo de la conversión, - concede que nuestra vida sea a diario testimonio claro de coherencia y de autenticidad. Señor, que con la luz de tu Palabra realizaste la conversión de nuestro padre san Juan de Dios, - haz que al escuchar cada día tu Palabra nos esforcemos en buscar y cumplir tu voluntad en nuestro apostolado hospitalario. Señor, que no quieres la muerte del pecador sino que se convierta y viva, - haz que vuelvan a ti los que de ti están lejos. Padre nuestro. Oración Oh Padre, que en tu Hijo nos has elegido para ser santos e inmaculados en el amor, abre nuestro corazón para escuchar tu palabra y renuévalo con tu Espíritu, para que, imitando a nuestro Padre San Juan de Dios, comprendamos tu designio de amor y lo realicemos con ánimo generoso. Por nuestro Señor Jesucristo. La conclusión de la Hora como en el Ordinario Hora intermedia Salmodia de la feria correspondiente. Vísperas

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HIMNO

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Entonemos un Himno de gloria al que fue del amor adalid. Caridad fue su lema y victoria cual gigante, luchando en la lid. Caridad fue su lema y victoria, cual gigante, luchando en la lid. Su bandera triunfante en Granada, con su ejemplo de mártir dejó, y avanzando, cual dulce alborada, nuevos lirios y rosas plantó. De sus hijos el pecho se inflama en volcanes de fe y caridad, y su mano benigna derrama los carismas de amor y de paz. Y su mano, benigna derrama los carismas de amor y de Paz. Era el Buen Samaritano, Juan de Dios, tu gran modelo y por eso fue tu anhelo vivir siempre en caridad. Hoy tu especial patrocinio es cual iris de esperanza. Envíanos, sin tardanza, el favor de tu piedad. Los pobres todos te invocan, los dolientes a ti miran, y tus hijos solo aspiran a imitar tu caridad. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE

Rm 8, 1-4

No pesa condena alguna sobre los que están unidos a Cristo Jesús, pues, por la unión con Cristo, la ley vivificante del Espíritu me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Lo que no pudo hacer la ley, por causa de la debilidad humana, lo ha hecho Dios: envió a su Hijo en una condición pecadora como la nuestra, haciéndolo víctima del pecado, y en su ser mortal condenó el pecado. Así, el ideal que proponía la ley puede realizarse en nosotros, que ya no procedemos dirigidos por la carne, sino por el Espíritu. RESPONSORIO BREVE Lc 22, 31b-32 R/. Yo he pedido por ti, * para que tu fe no se apague. Yo he pedido por ti. V/. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos. * Para que tu fe no se apague. Gloria al Padre. Yo he pedido por ti.

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Magníficat, ant. Con la bendición del Señor, encontraréis misericordia y descanso en vuestras aflicciones. PRECES Pidamos a Dios, dador de toda perfección, que nos conceda servirlo en santidad, en justicia y en profunda conversión del corazón todos los días de nuestra vida, y digamos: Santifícanos con tu amor, Señor. Oh Dios, que has mandado a tu Hijo al mundo para comunicar a los hombres tu vida y tu santidad, - haz que nuestra Orden Hospitalaria, sea testigo de tu bondad y misericordia ante todos los hombres. Oh Dios, rico de misericordia y de perdón, inflámanos en tu amor, - y haz que te veamos en nuestros hermanos enfermos y necesitados y estemos siempre dispuestos a acogerlos y socorrerlos en sus necesidades. Oh Dios, que por medio de tu Hijo has revelado la buena noticia a los pobres y enfermos, - haz que nuestra misión sea para ellos signo y anuncio de la llegada de tu Reino. Oh Dios, que en tu siervo fiel, san Juan de Dios, nos ofreces un ejemplo de conversión y santidad, - haz que seamos capaces de liberarnos de nuestro egoísmo, para dedicarnos, como él, al servicio de quienes sufren. Oh Dios, que has sentado a tu Hijo a tu derecha y eres Señor de vivos y muertos, - haz que todos los difuntos de nuestra Orden sean admitidos a tu reino de luz y de paz.

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Padre nuestro. Oración Oh Padre, que en tu Hijo nos has elegido para ser santos e inmaculados en el amor, abre nuestro corazón para escuchar tu palabra y renuévalo con tu Espíritu, para que, imitando a nuestro Padre San Juan de Dios, comprendamos tu designio de amor y lo realicemos con ánimo generoso. Por nuestro Señor Jesucristo. La conclusión de la Hora como en el Ordinario.

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12 de febrero BEATO JOSÉ OLALLO VALDÉZ, RELIGIOSO Fundador de la Orden Hospitalaria Memoria Nació en la ciudad de La Habana, Cuba, el 12 de febrero de 1820 y a los 13 años ingresó en los Hermanos de San Juan de Dios. Incorporado muy jovena la comunidad hospitalaria de Camagüey, en la misma permaneció fiel a su congregación durante 54 años en medio de grandes dificultades. En coherencia con su fe y congregación hospitalaria, aprendió del divino crucificado a vivir y obrar en la caridad. Fueron “sus hermanos predilectos” los pobres sin techo, los enfermos, los leprosos y los moribundos, los esclavos y los encarcelados, los niños abandonados y los ancianos. Participó generosamente en varias epidemias de cólera y viruela sin ser afectado por el contagio. Vivió humilde y muy pobre, pero rico en virtud y entrega testimonial, y el 7 de marzo de 1889 pasó a la casa del Padre en Camagüey. Fue beatificado por Bededicto XVI el día 29 de noviembre de 2008. Del Común de Santos Religiosos, de la Caridad. Oficio de lectura Segunda Lectura

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De las cartas de San Benito Menni, presbítero (Del “Perfil juandediano del beato Benito Menni”, 463 cartas, Granada, 1985. Cartas 4,1-2 y 9,7,pp. 23-24,42) Excelencia de la vida consagrada No hay lengua capaz de expresar, ni palabras con que ponderar debidamente, la grande merced y altísimo beneficio dque Dios nuestro Señor nos ha hecho al sacarnos de miseria y engaños del mundo para traernos al seno de la Religión, donde libres de todo cuidado nos consagremos a su santo amor y servicio. Por sus votos rompe el religioso las ataduras, vence los obstáculos del siglo y se une estrechamente a su Dios. No existen ya para él las espinas de las riquezas que punzan y y ahogan el fruto de la divina semilla, de las cuales lo defiende su voto de pobreza; no se ve expuesto a los eroores e ilusiones del propio juicioy a las perplejidades de la voluntad que disipa la segura luz de la obediencia. Al unirse íntimamente a Dios por este triple y fortísimo lazo, ha sido segregado de la masa común para entrar a formar parte de la porción escogida de los familiares de Dios, hijos predilectos del Padre Celestial que moran en la tierra, pero viviendo ya en un cierto modo la vida de los ciudadanos del cielo. La memoria de los dones recibidos no debe permanecer estéril, sino convertirse en alimento eficaz que nos mueva a responder generosamente a ellos con buenas obras, conforme al consejo del apóstol san Pedro: “poned el mayor empeño en afianzar vuestra vocación y elección” (2 Pe 1,10). No creamos haberlo hecho todo ni haber hecho mucho con haber dejado el mundo y entrado en la obra nuestra; no,

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BEATO JOSÉ OLALLO VALDÉZ

no fuimos nosotros sino Dios quien nos sacó del mundo escogiéndonos y eligiéndonos, no ciertamente para que quedásemos siendo leños secos e infructíferos, sino que nos eligió y nos puso en el ameno jardín de la Religión para que diésemos flores de virtud y frutos de buena obra. Sí, mis amados hermanos en el Señor, nuestro anhelo debe ser, no el pasar vida cómoda bajo la honrosa librea de la vida religiosa, sino que nuestro afán debe ser el sacrificarnos mucho y muy de veras por amor de nuestro Señor Jesucristo; lo cual haremos muy a la medida del deseo de su divino Corazón si nos sacrificamos enteramente por nuestros prójimos, los cuales cuanto más desgraciados, más pobres, más asquerosos, más ingratos, representan tanto más la vivo la imagen de Jesús, que quiso hacerse como el último de los hombres. ¡Oh, felices de nosotros si pudiésemos dar nuestroúltimo aliento en la práctica de esta divina y escondida caridad! ¡Feliz el hijo de San Juan de Dios que a imitación de su glorioso Patriarca sella cada momento de su carrera con nuevos y más heroicos actos de caridad! RESPONSORIO Mt 25,35.40; Pr 19,17 R/. Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, * Os aseguro que cada vez que lo hiciteis, con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. V/. Quien se apiada del pobre presta al Señor. * Os aseguro… Laudes y Vísperas Oración Final Oh Dios, Padre todopoderoso, que ne la vida del beato José Olallo nos has dado un ejemplo admirable, manifestando tu misericordia con los enfermos y necesitados; concédenos, por su intercesión, que, inflamados por tu caridad, podamos imitar al Señor Jesús, Buen Samaritano. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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8 de marzo SAN JUAN DE DIOS, RELIGIOSO Fundador de la Orden Hospitalaria Solemnidad Juan Ciudad nació en Montemor-o-Novo (Portugal) el año 1495 y murió en Granada (España) el 8 de marzo de 1550. Antes de descubrir su vocación, se ocupó en varios oficios: pastor, soldado, librero... Escuchando un sermón de san Juan de Ávila se sintió como fuera de sí y recorrió las calles de Granada gritando y pidiendo misericordia a Dios. Tomado por loco, lo internaron en el Hospital Real. La experiencia vivida y el ver cómo se trataba a los enfermos, entendió lo que Dios deseaba de él. Lo expresó en una frase que marcó su futuro: “Iesu-Cristo me traiga a tiempo y me dé gracia para que yo tenga un hospital, donde pueda recoger los pobres desamparados y faltos de juicio, y servirles como yo deseo.” Sin más recursos que el amor ardiente y su fe en Dios y con la ayuda de algunos bienhechores, comenzó a recoger pobres y vagabundos en una casa alquilada, a los que cuidaba gracias a la ayuda de la gente, que respondía generosamente a su llamada: “Haced bien, hermanos a vosotros mismos, dando limosna a los pobres”. Esto fue el comienzo que, poco a poco, llegó a convertirse en un hospital, que él llamaba “Casa de Dios”, debidamente organizado. Se adelantó a su época de tal manera, que le mereció el título de “Fundador del hospital moderno”. Su modo de vivir, y sobre todo su ardiente caridad, motivó a la gente a llamarlo Juan de Dios.

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Movidos por su caridad y modo de vida, se le unieron algunos compañeros, que dieron inicio a la Orden Hospitalaria que, desde entonces, continúa su misión de servicio hospitalario en nuestros días en los cinco continentes. Fue beatificado el 21 de septiembre de 1630 por Urbano VIII y canonizado por Alejandro VIII el 16 de octubre de 1690. En 1886 fue proclamado Patrono de los Enfermos y Hospitales; en 1930, fue declarado Patrono de los Enfermeros de ambos sexos. Es, además, Patrono del Cuerpo de Bomberos de España (1952) y de Portugal (1990). Es, además, Compatrono de Granada desde 1940. Primeras Vísperas HIMNO Entonemos un Himno de gloria al que fue del amor adalid. Caridad fue su lema y victoria cual gigante, luchando en la lid. Caridad fue su lema y victoria, cual gigante, luchando en la lid. Su bandera triunfante en Granada, con su ejemplo de mártir dejó, y avanzando, cual dulce alborada, nuevos lirios y rosas plantó.

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De sus hijos el pecho se inflama en volcanes de fe y caridad, y su mano benigna derrama los carismas de amor y de paz. Y su mano, benigna derrama los carismas de amor y de Paz. Era el Buen Samaritano, Juan de Dios, tu gran modelo y por eso fue tu anhelo vivir siempre en caridad. Hoy tu especial patrocinio es cual iris de esperanza. Envíanos, sin tardanza, el favor de tu piedad. Los pobres todos te invocan, los dolientes a ti miran, y tus hijos solo aspiran a imitar tu caridad. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. 1. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. Salmo 112 Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre: de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido alza de la basura al pobre,

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para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo; a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos. Ant. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. Ant. 2. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Salmo 145 Alaba, alma mía, al Señor: alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista No confiéis en los príncipes, seres de polvo que no pueden salvar; exhalan el espíritu y vuelven al polvo. ese día perecen sus planes

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Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob. el que espera en el Señor, su Dios. que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él; que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos. El Señor guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. Ant. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Ant. 3. Hemos recibido del Señor este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano.

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Cántico (Ef 1, 3-10) Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. El nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. El nos ha destinado en la persona de Cristo por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante; recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Ant. Hemos recibido del Señor este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano. LECTURA BREVE Rom 12, 9-13 Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades del Pueblo de Dios; practicad la hospitalidad. RESPONSORIO BREVE R. Tuve hambre * Y me disteis de comer. Tuve hambre.

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V. Quien se apiada del pobre, presta al Señor.*Y me disteis de comer. Gloria al Padre. Tuve hambre. Magníficat, ant. Os aseguro que lo que hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. PRECES Acudamos con sincero corazón a Cristo el Señor, que pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a todos, y supliquémosle diciendo: Concédenos, Señor, imitar tu caridad. Oh Señor, que te comparaste a la vid y a nosotros a los sarmientos, - enséñanos a permanecer en tu amor, para que demos fruto abundante en las obras de misericordia. Maestro bueno, que enviaste a tus apóstoles a anunciar el reino de Dios y a curar a los enfermos, - concédenos vivir en el amor, teniendo un solo corazón y una sola alma, para que así caminemos como pide la vocación a la que hemos sido llamados. Salvador nuestro, que das la salud al cuerpo y al alma, - asiste a los médicos, a los enfermeros y a todos los que colaboran con nosotros en el ministerio de la hospitalidad.

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Señor misericordioso, que llevado de tu bondad imponías las manos a los enfermos y los curabas, - conforta a todos los que sufren y sana sus heridas y todos sus males. Señor Jesús, tú que eres nuestra salvación, vida y resurrección, - recibe benigno en la ciudad celeste a nuestros Hermanos, familiares, bienhechores y enfermos que ya duermen el sueño de la paz. Padre nuestro. Oración Señor, que en nuestro Padre San Juan de Dios has manifestado tu misericordia a los pobres y a los enfermos, concédenos manifestar con obras la misma caridad, para ser contados entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo. _________________________________________________________________________________ INVITATORIO Ant. Venid, adoremos al Señor: su hospitalidad resplandece en nuestro Padre san Juan de Dios. Salmo invitatorio como en el Ordinario (p…) __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura

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HIMNO Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del calvario, Granada será tu cruz. La espalda de la miseria es alta y es escarpada. Hombres y penas y harapos se suben a tus espaldas. Todo el dolor de este mundo te cuelga de la mirada. Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del Calvario, Granada será tu cruz. Los ángeles de Granada tienen llagas en las alas. Por calles y por placetas, hay palomas asustadas. Dios va dejando sus dones donde pisan tus sandalias.

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Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del Calvario, Granada será tu cruz. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. 1. Alumbre vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo. Salmo 20, 2-8.14 Señor, el rey se alegra por tu fuerza; ¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,

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y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad. Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia; porque el rey confía en el Señor y con la gracia del Altísimo no fracasará. Levántate, Señor, con tu fuerza, y al son de instrumentos cantaremos tu poder. Ant. Alumbre vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo. Ant. 2. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Salmo 91

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I Es bueno dar gracias al Señor, y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad, con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos. ¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios! El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los malvados y florezcan los malhechores, serán destruidos para siempre. Tú, en cambio, Señor, eres excelso por los siglos. Ant: Nadie tiene amor más grande que el que da..la .vida por sus amigos Ant. 3. Manteneos en el amor de Dios, aguardando a que nuestro Señor Jesucristo, por su misericordia

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os dé la vida eterna. II Porque tus enemigos, Señor, perecerán, los malhechores serán dispersados: pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo. Mis ojos despreciarán a mis enemigos mis oídos escucharán su derrota. El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano: plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios: en la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad. Ant. Manteneos en el amor de Dios, aguardando a que nuestro Señor Jesucristo, por su misericordia os dé la vida eterna.

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V/. El Señor condujo al justo por sendas llanas. R/. Y le mostró el Reino de Dios. PRIMERA LECTURA De la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios. 12. 31 - 13. 13 Excelencia de la caridad Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo: si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de predicar? -se acabará. ¿El don de lenguas? -enmudecerá. ¿El saber? -se acabará. Porque inmaduro es nuestro saber e inmaduro nuestro predicar; pero cuando venga

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la madurez, lo inmaduro se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo de adivinar; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora inmaduro, entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor. RESPONSORIO BREVE 1 Jn 4, 16. 7 R/. Nosotros hemos creído en el amor que Dios nos tiene * Quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. V/. Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios. Quien permanece. Gloria al Padre. Nosotros. SEGUNDA LECTURA De las cartas de San Juan de Dios. (Archivo Gen. Ord. Hosp.: « Cartas de San Juan de Dios», Roma, 1984, 1DS 13; 2GL 3.4.5.6.7.8 pp. 51; 42 43) Jesucristo es fiel y lo provee todo

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Si mirásemos cuán grande es la misericordia de Dios, nunca dejaríamos de hacer el bien mientras pudiésemos. Pues dando nosotros, por su amor, a los pobres lo que él mismo nos da, nos promete ciento por uno en la bienaventuranza. ¡Oh estupendo lucro y ganancia! ¿Quién no querrá dar lo que tiene a este bendito mercader que hace con nosotros tan buen negocio, y nos ruega, con los brazos abiertos, que nos convirtamos y lloremos nuestros pecados, y hagamos caridad, primero a nuestras almas y después a los prójimos? Porque como el agua apaga el fuego, así la caridad mata el pecado. Son tantos los pobres que aquí se allegan, que yo mismo muchas veces estoy espantado cómo se pueden sustentar; mas Jesucristo lo provee todo y les da de comer. Porque solamente de leña es menester siete y ocho reales cada día; porque como la ciudad es grande y muy fría, especialmente ahora de invierno, son muchos los pobres que se llegan a esta casa de Dios; porque entre todos, enfermos y sanos y gente de servicio y peregrinos hay más de ciento y diez. Porque así como esta casa es general, así reciben en ella generalmente de todas enfermedades y suerte de gentes: así que aquí hay tullidos, mancos, leprosos, mudos, locos, paralíticos, tiñosos y otros muy viejos y muchos niños; y sin éstos, otros muchos peregrinos y viandantes que aquí se llegan y les dan fuego y agua y sal y vasijas para guisar de comer. Y para todo esto no hay renta, mas Jesucristo lo provee todo, porque no hay día ninguno que no son menester, para provisión de la casa, cuatro ducados y medio, y a las veces cinco; esto para pan y carne y gallinas y leña, sin las medicinas y vestidos, que es otro gasto por sí. Y el día que no se halla tanta limosna que baste a proveer lo que dicho tengo, tómolo fiado y otras

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veces ayunan. Así que de esta manera estoy aquí empeñado y cautivo por solo Jesucristo; y debo más de doscientos ducados de camisas y capotes y zapatos y sábanas y mantas, y de otras muchas cosas que son menester en esta casa de Dios, y también de crianza de niños que aquí echan. Así que, hermano mío mucho amado y querido en Cristo Jesús, viéndome tan empeñado, que muchas veces no salgo de casa por las deudas que debo, y viendo padecer tantos pobres, mis hermanos y prójimos, y con tantas necesidades, así al cuerpo como al alma, como no los puedo socorrer, estoy muy triste; mas empero confío en solo Jesucristo, que Él me desempeñará, pues Él sabe mi corazón. Y así digo que maldito el hombre que confía de los hombres, sino de sólo Jesucristo. De los hombres has de ser desamparado, que quieras o no, mas Jesucristo es fiel y durable; y pues que Jesucristo lo provee todo, a Él sean dadas las gracias por siempre jamás, amén Jesús. RESPONSORIO BREVE

Is 58, 7-8

R/. Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo: * Entonces romperá tu luz como la aurora, te abrirá camino la justicia. (T. P. Aleluya). V/. Viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne. Entonces. Gloria al Padre. Parte tu pan. (T. P. Aleluya). HIMNO Te Deum (p. …). O bien:

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SEGUNDA LECTURA De la “Carta Pastoral” del Arzobispo de Granada, Don Juan Méndez de Salvatierra. Enero de 1585. (“Regla y Constituciones para el hospital de Joan de Dios”, Granada 1585, en “Primitívas Constituciones”, Madrid 1977, p. 9-11). San Juan de Dios, Fundador Fue su divina Majestad servido de darnos el remedio, para el reparo de tantos trabajos enviándonos a aquel bendito varón Juan de Dios hombre santo justo y temeroso de su ley, como lo mostró en todo el discurso de su vida sancta y limpia por obras que hizo, y aquella caridad encendida que abrasaba su corazón para con los pobres enfermos afligidos y necesitados, el cual no sin inspiración divina fue el primer autor fundador y principio de vuestra regla e instituto, y de la fundación de este vuestro hospital, obra sancta y admirable adonde tan Cristianamente estáis ocupados en prosecución de la obra comenzada por vuestro primero fundador, recogiendo con grande fervor de espíritu, las limosnas que los fieles Cristianos os ofrecen, y procurando adquirirlas con mucho cuidado y diligencia no con pequeño trabajo vuestro y riesgo de vuestra salud y vida, gastándolas asimismo con mucha caridad legalidad y prudencia, en la cura servicio y regalo de tanta muchedumbre de pobres que afligidos de varias y diversas enfermedades acuden a esa sancta casa para buscar el remedio y reparo de su salud corporal y espiritual con los cuales usáis de aquella caridad y misericordia que legítimamente heredasteis de aquel

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santo fundador, por cuyo medio e intercesión carísimos hermanos entendemos que milagrosamente se sustenta ese vuestro hospital: con tanta abundancia y opulencia en años tan estériles y faltos, y se cura tan gran copia de pobres, con tanto cuidado y regalo: cosa digna de la mano de Dios y remedio de la divina providencia. Por lo cual Dios nuestro Señor, ha inflamado e inflama cada día los corazones de todos los fieles Cristianos, para que viendo vuestro santo celo, y el gasto grande que se hace en vuestra casa, con los pobres, y la prudencia que usáis en el buen gobierno de todo lo que tenéis a vuestro cargo, se incline a daros limosna en abundancia (...) De lo cual se entiende claramente que está Dios nuestro señor entre vosotros y mora en vuestros corazones, y El solo es, el que hace estas hazañas tan maravillosas por medios tan flacos, a el cual sean dadas infinitas gracias por tan grandes mercedes como nos hace, y El la dé a vosotros hermanos míos, y ánimo de valor santo, para llevar adelante tan santa y excelente obra, y tan acepta y agradable a sus ojos. Y de mi parte os ruego y encargo por reverencia de Dios nuestro señor, que no desistáis de tan buena obra, sino que cada día os animéis más, y esforcéis, pues veis el fruto que se hace. Y para que en esto haya más fervor y espíritu, y el fruto sea mayor, y el premio más aventajado, poned ante vuestros ojos a Cristo nuestro redentor, de quien hemos recibido tan grandes mercedes, en especial vosotros, por haberos llamado a vocación tan santa, y por quien estáis rendidos a tantos trabajos, y consideradlo enfermo acostado en una cama de vuestro hospital, necesitado de vuestro regalo y remedio. Qué cosa os sería dificultosa de hacer si de allí se había de conseguir la salud de Cristo? Pues tened entendido hermanos míos, que lo que hacéis en servicio de cada pobre, lo hacéis al mismo Cristo, y El lo recibe y acepta y da el premio, el cual no puede dejar de ser muy grande y copioso, el que ha de dar a vosotros que tanto regaláis y servís a Cristo en sus pobres. (...) Y aunque es verdad que en este ministerio hacéis todo lo que os es posible, perseverad en la cura y regalo de los pobres, que es el fin de vuestro instituto, y lo que vosotros más pretendéis, (...) para seguir el fin que deseáis, correspondiente, a aquel buen principio que dejó aquel bienaventurado Juan de Dios, al cual procurad imitar y seguir. RESPONSORIO BREVE Is 58, 7-8 R/. Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo: * Entonces romperá tu luz como la aurora, te abrirá camino la justicia. (T. P. Aleluya). V/. Viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne. Entonces. Gloria al Padre. Parte tu pan. (T. P. Aleluya). HIMNO Te Deum (p. …). Oración como en Laudes. Laudes HIMNO Juan de Dios, eres vida, luz y amor. Al nacer eres semilla,

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frondoso granado en flor, que producirá en su día, frutos sangrantes de amor. Eres la granada abierta, que extiendes en derredor la dulzura de tus frutos, envuelto en tu pudor. Eres vida en mis andares, eres luz en mis caminos; en la cruz bebes a mares esos anhelos divinos que abrazan tu corazón. Todo es amor en tu vida, todo es vida en una vida que ha de morirse de amor. Eres fuego, Padre mío, eres mío Juan de Dios. Amén Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. 1. Juan fue un hombre misericordioso, sus buenas obras no han sido olvidadas. Salmos y cántico del domingo de la I semana. Ant. 2. Fue ojos para el ciego y pies para el cojo; era el padre de los pobres. Ant. 3. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará. LECTURA BREVE St 1, 27 La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo. RESPONSORIO BREVE Mt 25, 35.40 R/. Tuve hambre, * y me disteis de comer: Tuve hambre. V/. Lo que hicisteis con uno de mis hermanos conmigo lo hicisteis. * Y me disteis. Gloria al Padre. Tuve hambre. Benedictus, ant. Con la bendición del Señor, encontraréis misericordia y consuelo en vuestras fatigas. PRECES

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Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días, aclamémosle diciendo: Tú sólo eres santo, Señor. Señor nuestro Jesucristo, que has querido llamarnos para que vivamos en castidad, pobreza, obediencia y misericordia: - ayúdanos a perseverar con fidelidad en el camino emprendido. Que todo el día de hoy sepamos dar buen testimonio del nombre cristiano, - y ofrezcamos nuestra jornada como oblación santa y agradable al Padre. Enséñanos, Señor, a descubrir tu imagen en todos los hombres, - y a servirte en cada uno de ellos. A los enfermos y a todos los que has asociado a los sufrimientos de tu pasión, - concédeles fortaleza y paciencia. Te pedimos, Señor, que envíes sin cesar trabajadores idóneos a la viña de tu Iglesia, - y que mandes siempre a nuestra Orden nuevos operarios, que consagren su vida con generosidad al servicio del prójimo necesitado. Tú, que concediste a San Juan de Dios el espíritu de caridad, - haz que nosotros, sus hijos, vivamos en todo el mundo con un solo corazón y una sola alma.

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Padre nuestro. Oración Señor, que en nuestro Padre San Juan de Dios has manifestado tu misericordia a los pobres y a los enfermos, concédenos manifestar con obras la misma caridad, para ser contados entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo. Hora intermedia Salmodia complementaria. Oración como en Laudes. TERCIA Ant. Vivid en el amor, igual que Cristo nos ha amado y se ha entregado por nosotros. LECTURA BREVE 1Jn 4. 8-10 Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.

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V. Os doy el mandato nuevo. R. Que os ameis mutuamente. SEXTA Ant. Quien cree en el Señor, ama la misericordia. LECTURA BREVE 1 Jn 4. 11-12 Queridos hermanos: Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amamos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. V. Dichoso el que cuida del pobre y desvalido. R. En el día aciago lo pondrá a salvo el Señor. NONA Ant. Permanezca en vosotros la fe, la esperanza, el amor, estas tres: la más grande es el amor. LECTURA BREVE 1 Jn 4, 20 Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.

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V. El generoso será bendecido. R. Porque repartió su pan con el pobre. Oración como en Laudes. Segundas Vísperas HIMNO: Como en las I Vísperas Ant. 1. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. Salmo 14 Señor, ¿Quién puede hospedarse en tu tienda y habitar en tu monte santo? El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua,

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el que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor, el que no retracta lo que juró aun en daño propio, el que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. Ant. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. Ant. 2. Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad. Salmo 111

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Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. Reparte limosna a los pobres, su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. El malvado, al verlo, se irritará,

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rechinará los dientes hasta consumirse. La ambición del malvado fracasará. Ant. Hijos míos, no amemos con palabras y sola mente de boca, sino con obras y de verdad. Ant. 3. Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad. Cántico (Ap 15, 3-4) Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos. Ant. Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad. LECTURA BREVE Gal 6, 2. 9-10a Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y así cumpliréis la ley de Cristo. No nos cansemos de hacer el bien, que a su tiempo cosecharemos, si no desfallecemos. Por consiguiente, mientras hay tiempo, hagamos el bien a todos. RESPONSORIO BREVE R. Amémonos unos a otros, *ya que el amor es de Dios. Amémonos. V. Quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. *Ya que el amor es de Dios. Gloria al Padre. Amémonos. Ant. Magníf. ¡Oh ínclito padre San Juan de Dios, modelo esclarecido de ardiente caridad!, alcánzanos del Señor el amor verdadero, que cubra la multitud de nuestros pecados. PRECES Acudamos con sincero corazón a Cristo el Señor que pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a todos, y supliquémosle diciendo: Concédenos, Señor, imitar tu caridad. Oh Señor, que te comparaste a la vid y a nosotros a los sarmientos, - enséñanos a permanecer en tu amor, para que demos fruto abundante en las obras de misericordia.

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Maestro bueno, que enviaste a tus apóstoles a anunciar el reino de Dios y a curar a los enfermos, - concédenos vivir en el amor, teniendo un solo corazón y una sola alma, para que así caminemos como pide la vocación a la que hemos sido llamados. Salvador nuestro, que das la salud al cuerpo y al alma, - asiste a los médicos, a los enfermeros y a todos los que colaboran con nosotros en el ministerio de la hospitalidad. Señor misericordioso, que llevado de tu bondad imponías las manos a los enfermos y los curabas, - conforta a todos los que sufren y sana sus heridas y todos sus males. Señor Jesús, tú que eres nuestra salvación, vida y resurrección, - recibe benigno en la ciudad celeste a nuestros Hermanos, familiares, bienhechores y enfermos que ya duermen el sueño de la paz. Padre nuestro. Oración Señor, que en nuestro Padre San Juan de Dios has manifestado tu misericordia a los pobres y a los enfermos, concédenos manifestar con obras la misma caridad, para ser contados entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.

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SAN BENITO MENNI

24 de abril SAN BENITO MENNI, SACERDOTE Memoria San Benito Menni nació en Milán el 11 de marzo de 1841 y fue bautizado el mismo día en la iglesia de Santa Maria alla Fontana con los nombres de Ángel Hércules. Conoció la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios durante el servicio voluntario a los heridos de guerra en la batalla de Magenta. Ingresó en la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios a la edad de 19 años y recibió el nombre de Fr. Benito. Fue ordenado sacerdote el 14 de octubre de 1866. El Superior General de la Orden, Fr. Juan María Alfieri, lo destinó a España en 1867, con la misión de restaurar la Orden en la nación que “fue su cuna”. Con la ayuda del Señor y apoyado en sus grandes dotes, abrió 22 centros asistenciales y fundó la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, dedicadas a la asistencia de la enfermas mentales y de las niñas necesitadas. Como sucede con frecuencia a los elegidos de Dios, experimentó el sufrimiento, la incomprensión y la calumnia, no sólo por parte de organismos y particulares, sino de sus mismos Hermanos y Hermanas. Murió en Dinán (Francia) el 24 de abril de 1914. Juan Pablo II lo beatificó el 23 de junio de 1985 y lo canonizó el 21 de noviembre de 1999. Sus reliquias se veneran en la capilla de los Fundadores del Hospital Psiquiátrico de Ciempozuelos (España) de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Del Común de Pastores (p. …) con salmodia del día, excepto lo siguiente: __________________________________________________________________________________ INVITATORIO Ant. Venid, adoremos a Cristo compasivo y misericordioso, en la memoria de San Benito Menni. (T. P. Aleluya.) Salmo invitatorio como en el Ordinario. Oficio de lectura HIMNO Pobre de Jesús, Benito Menni, de hospitalidad profeta vivo. Amas a Jesús en cada enfermo, vives en el corazón de Cristo. Defensor de la vida amenazada, profeta del amor en cada herida. En el mundo sembraste

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la esperanza, Samaritano de una Iglesia viva. Testigos de que el Cristo compasivo sigue vivo entre los hombres, en la historia. Con María, de pié junto al que sufre, fuiste signo claro de misericordia. Abrazado a la cruz, fuente de vida, dices que orar, servir y amar es todo. Viva imagen de Jesús es cada rostro; cada pobre, cada enfermo, tu tesoro. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. PRIMERA LECTURA De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses

3, 1-17

Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios

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Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con Él, en gloria. En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. Eso es lo que atrae el castigo de Dios sobre los desobedientes. Entre ellos andabais también vosotros, cuando vivíais de esa manera; ahora, en cambio, deshaceos de todo eso: ira, coraje, maldad, calumnias y groserías, ¡fuera de vuestra boca! No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando a imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos. Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y, por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.

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SAN BENITO MENNI

La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, ofreciendo la acción de gracias a Dios Padre por medio de él. RESPONSORIO BREVE Gal3, 27-28; Ef4, 24 R/. Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo * todos sois uno en Cristo Jesús. V/. Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas. * Todos sois uno en Cristo Jesús. Gloria al Padre. Los que. SEGUNDA LECTURA De las Cartas de San Benito Menni, sacerdote. (Del “Perfil juandediano del Bto. Benito Menni”. 463 cartas. Granada 1985, passim) La vocación hospitalaria Dios nuestro Señor, al llamarnos a esta nuestra Orden Hospitalaria, nos hizo objeto de una especial predilección, la cual nunca sabremos agradecer suficientemente. Por esto, si por una parte podemos esperar confiadamente que no han de faltarnos nunca los auxilios especiales que requiere nuestra misión hospitalaria, por otra parte, la misma excelencia de nuestra vocación exige también de nosotros un mayor y más exquisito cuidado para no desdorarla en lo más mínimo, ni hacerla estéril en ningún caso. La misión de nuestra Orden es la hospitalidad, dedicándose exclusivamente a la asistencia de los pobres dementes en los manicomios, al cuidado de los niños raquíticos, ciegos, escrofulosos, tiñosos, pobres, etc., etc., en asilos y también al servicio de los enfermos, heridos, contagiosos, en hospitales. En nuestra Orden hay que sujetarse a todo género de sacrificios, a un trabajo constante en la asistencia de los pobres enfermos. Aquí es necesario venir con gran fortaleza de alma a servir al Señor de veras, es necesario traer un completo desprendimiento de todas las cosas del mundo, venir convencido a trabajar sin obtener otra recompensa que el premio que merece la virtud y que sólo se encuentra en el cielo, y venir decidido a sacrificarse con grande abnegación en el servicio de los pobres, de los enfermos y de todos los desvalidos que la Divina Providencia pone bajo nuestro amparo para que en el cielo sean nuestra corona. Esta es la misión de nuestra Orden, trabajar sin descanso en el servicio de los enfermos, viva imagen de nuestro Salvador. Nuestro Instituto es de mucha abnegación, porque hay que servir a pobres llagados y darles de comer, desnudarlos, vestirlos, y estar, ya entre niños, ya entre ancianos, ya entre locos; con todo, a pesar de ser una vida llena de sacrificios, es muy hermosa para el que ama a Dios y viene a servirle en sus pobres, representantes del mismo Dios en la tierra. Las ocupaciones hospitalarias son muy a propósito para

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levantar nuestro corazón hacia aquel buen Jesús, a1 cual servimos constantemente en la persona de los pobres enfermos. Si la savia vivificadora del verdadero espíritu religioso-hospitalario, que nos legó nuestro glorioso Padre y fundador, el ínclito San Juan de Dios, corre abundante por el cuerpo de nuestra amada Orden y por cada uno de nosotros que somos sus miembros, podremos confiadamente esperar de la infinita misericordia del Señor, que nuestra Orden, que, cual grano de mostaza, empezó humilde y pequeña allá en la histórica ciudad de Granada, volverá a extender sus ramas por todo el mundo cristiano, a manera de árbol gigantesco, como justamente fue admirado en las pasadas edades. De nuestra cuenta corre ahora: a nosotros toca hacer que germine vigorosamente en nuestros corazones, florezca copiosamente con toda suerte de virtudes religiosas y dé abundantes frutos de santidad, esa semilla santa de vocación religioso-hospitalaria que el Divino Sembrador tan abundantemente ha derramado en nuestras almas. RESPONSORIO Mt 25, 35. 40; Pr 19, 17 R/. Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis. * Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. (T. P. Aleluya.). V/. Quien se apiada del pobre, presta al Señor. *Os aseguro. Oración como en Laudes.

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Laudes HIMNO Buena noticia fue tu pan siempre compartido la hospitalaria puerta, siempre, siempre abierta el vigor prestado y hasta la palabra y aún la luz de la razón, al que de ella careciera. Pobre de Jesús, Benito hermano, más rico en el amor aquel que brota de Jesús en el Calvario, eficaz remedio ofrece a la sed de los humanos. Pobre de Jesús, Benito hermano, pan y palabra fueron siempre en ti los de Jesús,

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pues que en sus manos la palabra en pan se ofrece como don para el hermano. Pobre de Jesús, Benito hermano, diste tu corazón como en la cruz lo dio Jesús, que en este encargo cuando el corazón se niega, de nada sirven las manos. Pobre de Jesús, Benito hermano, callar y orar fue en ti esperanza como en María, la que no en vano el dolor de Dios y el del Hombre en la cruz, tomó en sus manos. O un himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE 1 Jn 3, 16-18 En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestras vidas por los hermanos. Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad. RESPONSORIO BREVE Mt 25, 35. 40 R/. Tuve hambre y me disteis de comer, estuve enfermo y me visitasteis. * Aleluya, aleluya. Tuve hambre. V/. Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Tuve hambre. Benedictus, ant. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. (T. P. Aleluya.) PRECES Demos gracias a Cristo, el buen Pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle, diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor Señor Jesucristo, que en san Benito Menni nos has revelado tu amor y tu perdón, - haz que por él continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa. Señor Jesucristo, que en Benito Menni sigues manifestando tu amor a los pobres y enfermos, - no dejes de guiarnos por el camino de la Hospitalidad.

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Señor Jesucristo, que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, - haz que nunca falten a tu Iglesia personas generosas que se dediquen al servicio de sus hermanos necesitados y enfermos. Señor Jesucristo, que has hecho fecunda nuestra Orden con la caridad de san Benito Menni, - haz que, animados por su ejemplo, progresemos en la santidad. Padre nuestro. Oración Oh Dios, consuelo y protector de los humildes, que, mediante su doctrina y sus obras, has constituido a san Benito Menni, sacerdote, en heraldo del Evangelio de la misericordia, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo su ejemplo, te amemos sobre todas las cosas y te sirvamos en nuestros hermanos enfermos y necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo. Conclusión de la Hora como en el Ordinario. Salmos del día.

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Hora intermedia Vísperas HIMNO Buena noticia fue tu pan siempre compartido la hospitalaria puerta, siempre, siempre abierta el vigor prestado y hasta la palabra y aún la luz de la razón, al que de ella careciera. Pobre de Jesús, Benito hermano, visible hiciste al invisible fuente de vida, al Padre damos gloria y alabanza por siempre pues en ti lo contemplamos. Pobre de Jesús, Benito hermano, gloria al Señor y servidor de todos a Jesús. Él ha cargado de nuevo

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SAN BENITO MENNI

en ti nuestras miserias y su amor nos ha curado. Pobre de Jesús, Benito hermano, gloria por ti al Espíritu que habita en Jesús. Y del costado que en la cruz quedara abierto sobre ti se ha derramado. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE Rm 12, 9-13 Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades del Pueblo de Dios, practicad la hospitalidad. RESPONSORIO BREVE Heb 13, 1-2 R/. No olvidéis la hospitalidad: por ella algunos recibieron sin saberlo la visita de unos ángeles.* Aleluya, aleluya. No olvidéis. V/. Conservad el amor fraterno. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. No olvidéis. Magníficat, ant. Durante su vida hizo prodigios, y después de su muerte fueron admirables sus obras. Aleluya. PRECES Glorifiquemos a Cristo, buen samaritano del Evangelio, que pasó por la tierra haciendo el bien a todos y curando a los enfermos. Unidos en la oración de la tarde, invoquemos su nombre, diciendo: Salva a tu pueblo, Señor. Tú que, por medio de pastores santos y eximios, has hecho resplandecer de modo admirable a tu Iglesia. - haz que los cristianos se alegren siempre de ese resplandor. Tú que has tenido compasión de los que te pidieron la liberación de los males del alma y del cuerpo, - concede a tu Iglesia el vigor evangélico para seguir tu misión salvífica con coraje y perseverancia. Tú, que has elegido a san Benito Menni para servir a los pobres y enfermos y lo guiaste con tu Espíritu de sabiduría y fortaleza, - llena del Espíritu Santo a sus hermanos en el servicio. Tú, que fuiste la fuente de vida, el refugio y la alegría y de san Benito Menni

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- concede a todos los enfermos el descanso, la salud y la paz en tu corazón. Tú que por medio de los pastores de la Iglesia, asistes a tus fieles para que nadie los arrebate de tu mano, - haz que todos nuestros difuntos se reúnan en la gloria de tu reino. Padre nuestro. Oración Oh Dios, consuelo y protector de los humildes, que, mediante su doctrina y sus obras, has constituido a san Benito Menni, sacerdote, en heraldo del Evangelio de la misericordia, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo su ejemplo, te amemos sobre todas las cosas y te sirvamos en nuestros hermanos enfermos y necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo. Conclusión de la Hora como en el Ordinario.

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NUESTRA SEÑORA DEL BUEN CONSEJO

26 de abril NUESTRA SEÑORA DEL BUEN CONSEJO Memoria libre “Acogemos y cumplimos la voluntad de Dios, imitando la sencillez y disponibilidad, la entrega y la fidelidad de nuestra Señora la Virgen María ‘siempre entera’. En nuestro apostolado con quienes sufren, tratamos de reflejar su amor materno.” (Const 4c). La devoción a la Virgen María se ha tenido siempre como la herencia más preciosa de nuestro Fundador San Juan de Dios. El culto a la Señora como “Madre del Buen Consejo” fue concedido por el Papa Pío VI el 9 de junio de 1787, con la facultad de celebrar la Misa y el Oficio de la Bienaventurada Virgen María, con el título del “Buen Consejo”. La petición la presentó el Superior General de la Orden, Fr. Vicente María Salerno, “a fin de “favorecer la piadosa devoción hacia la Bienaventurada Virgen María que anima a los Hermanos de la Orden de San Juan de Dios”. (Bulario p. 430). Fr. Juan Bautista Orsenigo, más conocido como “Fraile dentista” del Hospital San Juan Calibita, en la Isla Tiberina de Roma, fue un infatigable propagador de esta fiesta mariana y, en ocasión de la fundación del Hospital de Neptuno, lo dedicó a “María Madre del Buen Consejo” (1889), y se esforzó para que el Papa León XIII introdujera este título en las Letanías de la Virgen María. Esta memoria nos invita a pedir al Señor el don de consejo que nos ayude a conocer su voluntad y nos guíe en la práctica del apostolado hospitalario. Del Común de la B. V. M. (p…) con salmodia del día, excepto lo que sigue: INVITATORIO Ant. Glorifiquemos al Señor, en la memoria de María, Madre del Buen Consejo. Aleluya. Salmo invitatorio como en el Ordinario (p.) Oficio de lectura HIMNO María, pureza en vuelo, Virgen de vírgenes, danos la gracia de ser humanos sin olvidarnos del cielo. Enséñanos a vivir; ayúdenos tu oración; danos en la tentación

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la gracia de resistir. Honor a la Trinidad por esta limpia victoria. Y gloria por esta gloria que alegra la cristiandad. Amén. O un himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. SEGUNDA LECTURA De los sermones de Santo Tomás de Villanueva (In Assumptione cont. 3, 7-8, ed. de Manila, Opera Omnia, vol. 4, Manila 1883, pp. 441-442) Su madre conservaba todo esto en su corazón. Esta es aquella ilustre discípula del Salvador que sentada a sus pies, no durante una hora o un día, como la Magdalena, sino durante treinta y tres años, frecuentó su escuela, escuchando su palabra y conservando todas estas palabras en su coraz6n. Y por su ciencia singular y excelente, el celestial Maestro, estando ya para volver al Padre, de donde había venido, le dejó a ella su escuela y su cátedra, no para regir como Pedro a sus ovejas, sino para enseñar a sus discípulos con la celestial doctrina que de él había recibido, ya que, por la viveza de su genio y por la mayor perseverancia en esta escuela, se la consideraba más sabia y ejercitada que todos los condiscípulos.

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¿Quién es capaz de explanar las lecciones que escuchó esta íntima y amada discípula, y de entender los sacramentos que conoció? Dígnate tú más bien, ¡oh bienaventurada Virgen!, declararnos aquellos dulcísimos diálogos, los coloquios familiares y secretos diálogos que tuviste con tu Hijo cuando, descansando en tu regazo, te manifestaba los celestes secretos y le compensabas con dulces ósculos en agradecimiento de su doctrina. ¿Qué trataba en aquellos momentos? ¿Qué te enseñaba? ¿Qué le preguntabas? ¿Qué te respondía? Porque tú bien conocías quién era él, bien sabías que en él se ocultaban los tesoros de la divina sabiduría, conocías el abismo sin fondo de la luz que se escondía en la estrechez de un delicado pecho y conservabas todas sus palabras como oráculos del Omnipotente. ¡Oh mujer feliz, que por tanto tiempo fuiste embriagada con aquel néctar de la divina sabiduría! ¿Por qué, Virgen piadosa, nos privaste de tales riquezas? ¿Por qué cerraste tan apetecibles tesoros a tus servidores? ¿Por qué no consignaste por escrito, para nuestra enseñanza y consuelo, aquellos dulcísimos diálogos? ¿Qué podía sernos ahora más agradable, más dulce y más útil, que el poder gozar del alimento saludable y lleno de sabiduría de aquéllos soberanos coloquios y escuchar las preguntas de la Madre y las respuestas del Hijo sobre las cosas del cielo? RESPONSORIO Pr 4,10-11 R/. Escucha, hijo mío, recibe mis palabras. * Y los años de tu vida se te multiplicarán, aleluya. V/. En el camino de la sabiduría te he instruido, te he encaminado por los senderos de la rectitud. *Y los años.

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NUESTRA SEÑORA DEL BUEN CONSEJO

Oración como en Laudes. Laudes HIMNO Quién podrá tanto alabarte según es tu merecer; quién sabrá tan bien loarte que no le falte saber; pues que para nos valer tanto vales, da remedio a nuestros males. ¡Oh Madre de Dios y hombre! ¡Oh concierto de concordia! Tú que tienes por renombre Madre de misericordia; pues para quitar discordia tanto vales, da remedio a nuestros males. Tú que estabas ya criada cuando el mundo se crió; tú que estabas muy guardada para quien de ti nació; pues por ti nos conoció si nos vales, fenecerán nuestros males.

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Tú que eres flor de las flores, tú que del cielo eres puerta, tú que eres olor de olores, tú que das gloria muy cierta; si de la muerte muy muerta no nos vales, no hay remedio a nuestros males. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE Cfr. Si 4, 13-16 Los que aman la sabiduría, aman la vida, los que la buscan alcanzan el favor del Señor; los que la retienen consiguen gloria del Señor, el Señor bendecirá su morada; las que la sirven, sirven al. Santo, Dios ama a los que la aman. Quien me escucha juzgará rectamente, quien me hace caso habitará en mis atrios. RESPONSORIO

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R/. Escucha el consejo, acoge la corrección. Aleluya, aleluya. Escucha. V/. Para llegar, por fin, a ser sabio. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Escucha. Benedictus, ant. Dichosa eres, santa Virgen María, y digna de toda alabanza, porque de ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios, Ángel del gran Consejo. Aleluya. PRECES Dirijamos nuestras plegarias a Jesús, que quiso que su Madre lo fuese también nuestra. Digámosle: Señor, tu Madre sea nuestra guía. Jesús, Salvador nuestro, que desde la cruz le diste a Juan como madre a María, - haz que vivamos siempre como verdaderos hijos suyos, compartiendo el dolor de nuestros hermanos. Jesús, Redentor nuestro, cuya Madre fue preservada de toda mancha de pecado, - libra a nuestra Orden de todo mal. Verbo eterno, que quisiste que se predicase el Evangelio en todo el mundo, - ayuda a nuestros misioneros, para que, por intercesión de María, puedan cumplir con éxito el apostolado que se les ha encomendado. Señor Jesús, cuya Madre siempre se sujetó totalmente a la voluntad de Dios, - haz que, siguiendo su ejemplo, siempre nos sujetemos nosotros a la ley del amor.

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Padre nuestro. Oración Señor, tú que sabes que los pensamientos de los mortales son inseguros y tímidos; por María, en la cual se encarnó tu Hijo, envíanos el don de tu consejo, para que nos haga conocer lo que te agrada y nos dirija en nuestros trabajos. Por nuestro Señor. Vísperas HIMNO Todos te deben servir, Virgen y Madre de Dios, que siempre ruegas por nos y tú nos haces vivir. Tanta fue tu perfección y de tanto merecer, que de ti quiso nacer quien fue nuestra redención.

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NUESTRA SEÑORA DEL BUEN CONSEJO

El tesoro divinal en tu vientre se encerró, tan precioso, que libró todo el linaje humano. Tú sellaste nuestra fe con el sello de la cruz, tú pariste nuestra luz, Dios de ti nacido fue. ¡Oh clara virginidad, fuente de toda virtud!, no ceses de dar salud a toda la cristiandad. Amén Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE Rom 11,33-36 ¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero para que él le devuelva? El es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén. RESPONSORIO BREVE R/. Aprendí la sabiduría sin malicia, repartí sin envidia. * Aleluya, aleluya. Aprendí. V/. Si tu corazón es sabio, se alegrará también mi corazón. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Aprendí. Magníficat, ant. María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Aleluya. PRECES Dios todopoderoso escuche propicio las oraciones de la Virgen María por nosotros. Digamos todos: La Madre del Buen Consejo interceda por nosotros. Señor que hiciste a María Madre del Buen Consejo, - ayúdanos a imitarla, para que siempre cumplamos lo que el Espíritu nos sugiere. Señor, en María, abierta a tu palabra y sierva fiel de tu voluntad, nos muestras el modelo y la imagen de la Iglesia, - por su intercesión, haznos verdaderos discípulos de tu Hijo Jesús. Señor que quisiste que María fuese madre de familia en la casa de Nazareth, - concédenos reflejar en nuestro apostolado su amor materno a quienes sufren.

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Señor, hiciste fuerte a María al pie de la cruz y la colmaste de alegría en la resurrección de tu Hijo, - sostennos en las pruebas de la vida y anima nuestra esperanza. Dios, que llevaste a María en cuerpo y alma a la gloria del cielo, - concede a los difuntos de la comunidad hospitalaria participar de esa misma gloria. Padre nuestro. Oración Señor, tú que sabes que los pensamientos de los mortales son inseguros y tímidos; por María, en la cual se encarnó tu Hijo, envíanos el don de tu consejo, para que nos haga conocer lo que te agrada y nos dirija en nuestros trabajos. Por nuestro Señor. Conclusión de la Hora como en el Ordinario.

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SAN RICARDO PAMPURI

1 de mayo SAN RICARDO PAMPURI, RELIGIOSO Memoria Nació el 2 de agosto de 1897 en Trivolzio (Pavía). Fue bautizado al día siguiente con los nombres de Herminio, Felipe. Muy niño aún perdió a sus padres y fue confiado a los tíos maternos, que lo educaron cristianamente. Pasó la infancia y juventud dedicado al estudio y a obras de apostolado; prestó el servicio militar en los hospitales de guerra, curando y asistiendo con gran amor fraterno a los soldados heridos. En 1921 se laureó con sobresalientes notas en la medicina y cirugía en la Universidad de Pavía y poco tiempo después fue nombrado médico de familia en Morimondo, en la provincia de Milán, donde permaneció seis años, manifestando gran competencia profesional y una extraordinaria solicitud por los enfermos, a los que trataba de curar en el cuerpo y en el espíritu. Fue un magnífico colaborador del párroco, presidente del Círculo Juvenil de Acción Católica y Secretario de Comisión de Misiones de la Parroquia. Siguiendo la vocación a la vida consagrada, ingresó en el noviciado de la Orden Hospitalaria de san Juan de Dios el año 1927, en Brescia, con el nombre de Fr. Ricardo. Durante los tres años que vivió en la Orden, siguiendo el ejemplo del santo Fundador, observó la Regla y se distinguió por el recogimiento y la vida interior; fue ángel de consuelo para los enfermos, modelo para los Hermanos de comunidad, invitación al bien para los médicos y personal del hospital y para cuantas personas trataba en su apostolado hospitalario. Murió santamente en Milán el 1º de mayo de 1930. Su cuerpo se venera en la iglesia parroquial y el corazón en la Casa de Reposo a él dedicada en Trivolzio. Juan Pablo II lo beatificó el 4 de octubre de 1981 y lo canonizó el 1 de noviembre de 1989.

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Del Común de santos (p. …) con salmodia del día, excepto lo siguiente: INVITATORIO Ant. Alabemos al Señor nuestro Dios, en la memoria de San Ricardo Pampuri, ejemplo de hospitalidad. Aleluya Salmo invitatorio como en el Ordinario (p. …) __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura HIMNO Desde que mi voluntad está a la vuestra rendida, conozco yo la medida de la mejor libertad. Venid, Señor, y tomad las riendas de mi albedrío; de vuestra mano me fío

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y a vuestra mano me entrego, que es poco lo que me niego si yo soy vuestro y vos mío. A fuerza de amor humano me abraso en amor divino. La santidad es camino que va de mí hacia mi hermano. Me di sin tender la mano para cobrar el favor; me di en salud y en dolor a todos, y de tal suerte que me ha encontrado la muerte sin nada más que el amor. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. SEGUNDA LECTURA De las Cartas de San Ricardo Pampuri (G. RUSSOTTO, riflessi di un’anima. Lettere del Servo di Dio Fr. Riccardo Pampuri dei Fatebenefratelli, medico-chirurgo, Torino, Marietti, 1955, pp. 124 125).

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Armonía entre la ciencia y la fe Pasarán los siglos, pero las palabras de Dios permanecerán para siempre. Podríamos nosotros decir que Dios no existe (“Dijo el insensato: no hay Dios”), pero de hecho cada instante de nuestra vida está en sus manos; esos bienes de la tierra, esas criaturas que nosotros adoramos en vez de Dios, del Creador, también están en sus manos; en sus manos están esas luces de la inteligencia, esas dotes de las que tanto nos ensoberbecemos y de las cuales, en lugar de darle gracias y mostrarle reconocimiento, nos servimos para rebelarnos contra El. Podríamos ahora hacernos la ilusión de que es posible justificar una conducta desordenada, apoyándonos en que la ciencia, con sus descubrimientos y sus adelantos, nos aleja de Dios, nos lo hace inútil, nos demuestra que no existe; pero en el día del juicio veremos cómo muchos verdaderos y grandes científicos (por ejemplo, Newton, Pasteur, Volta y otros muchos, no pocos de ellos insignes anatomistas y médicos), que tenían el corazón limpio y la mente libre de vanidad y soberbia, no encontraron ninguna oposición entre la ciencia y la fe, antes bien, cuanto más profundizaban en el conocimiento de los misteriosos secretos de la naturaleza, tanto más claro veían el fundamento de la fe, pues la maravillosa armonía de las leyes naturales los llevaba a amar y a glorificar la bondad y la sabiduría infinita del Creador. Sí, el mundo nos lisonjea, nos engaña, nos traiciona, nos envenena la vida presente, excitando y desencadenando nuestras pasiones, que son insaciables (“Después de haber comido tienen más hambre que antes”, ¿no es verdad?) y que no pueden sino hacernos infelices; el mundo nos hace perder la vida

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SAN RICARDO PAMPURI

eterna y nos conduce a la eterna condenación. Dios, en cambio, nos llama a la verdad, a la luz, a la vida, al bien, a la felicidad aun en esta vida, en su paz, en el abandono a su misericordiosa providencia; nos llama a la bienaventuranza eterna, y su palabra no engaña: tenemos la garantía en el ejemplo de los santos y en continuos milagros, incluso contemporáneos. El yugo del mundo es duro, tiránico; el de Dios, suave: “Mi yugo es suave”, “Servir a Dios es reinar”, ¿dudaremos todavía en escoger? “Nuestro corazón, ¡oh Señor!, ha sido creado para Ti y estará siempre inquieto hasta que no descanse en Ti”. Por tanto, abandonémonos confiados con humildad de corazón y pureza de intención, en los brazos de la infinita misericordia de Dios. RESPONSORIO BREVE 1 Jn 4, 16. 7 R/. Nosotros hemos creído en el amor que Dios nos tiene. * Quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. Aleluya. V/. Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios. * Quien permanece. Oración como en Laudes. Laudes HIMNO

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Cantemos nuestra fe y, al confesarla, unidas nuestras voces de creyentes, pidamos al Señor que, al proclamarla, inunde con su luz a nuestras mentes. El gozo de creer sea alegría de servir al Señor, y su Palabra simiente en crecimiento día a día, que al don de su verdad el mundo abra. Clara es la fe y oscuro su camino de gracia y libertad en puro encuentro, si crees que Jesús es Dios que vino, no está lejos de ti, sino muy dentro. Legión es la asamblea de los santos, que en el Señor Jesús puso confianza, sus frutos de justicia fueron tantos que vieron ya colmada su esperanza. Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,

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sigamos a Jesús con entereza, si nuestra fe vacila, si ella es poca su Espíritu de amor nos dará fuerza. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE Rm 12, 1-2 Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto. RESPONSORIO BREVE R/. Lleva en el corazón la ley de su Dios * aleluya, aleluya. Lleva en el corazón. V/. Y sus pasos no vacilarán. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Tiene en su corazón. Benedictus, ant. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en su mano. Aleluya. PRECES Unidos en la alabanza, invoquemos a Cristo Señor, para que por intercesión de san Ricardo Pampuri, nos ayude a servirlo en santidad y justicia todos los días de nuestra vida, diciendo: Santifica a tu pueblo, Señor.

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Has sido probado, para ser semejante a nosotros en todo, menos en el pecado, - Señor Jesús, ten piedad de tu pueblo. A todos llamas a la caridad perfecta: - Señor Jesús, santifica a tu pueblo. Has querido que tus discípulos sean sal de la tierra y luz del mundo: - Señor Jesús, ilumina a tu pueblo. Has venido para servir y no para ser servido: - Señor Jesús, haz que imitemos a san Ricardo Pampuri en el servicio a los enfermos y necesitados. Tú eres la irradiación de la gloria del Padre e impronta de su ser: - haz que al final de nuestra vida contemplemos tu rostro con los santos que te imitaron en la misericordia. Padre nuestro. Oración Oh Dios, nuestro Padre, que concediste a San Ricardo Pampuri la gracia de transformar el ejercicio de la medicina en misión de caridad; por su ejemplo e intercesión, concédenos que también nosotros seamos

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SAN RICARDO PAMPURI

capaces de imitar su misericordia en el servicio a los pobres y enfermos. Por nuestro Señor Jesucristo. Conclusión de la Hora como en el Ordinario. Vísperas HIMNO Desde que mi voluntad está a la vuestra rendida, conozco yo la medida de la mejor libertad. Venid, Señor, y tomad las riendas de mi albedrío; de vuestra mano me fío y a vuestra mano me entrego, que es poco lo que me niego si yo soy vuestro y vos mío. A fuerza de amor humano me abraso en amor divino. La santidad es camino que va de mí hacia mi hermano. Me di sin tender la mano para cobrar el favor; me di en salud y en dolor a todos, y de tal suerte que me ha encontrado la muerte sin nada más que el amor. Amén

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Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE Fil 3, 7-8 Todo lo que para mí era ganancia, lo consideré pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Po él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo. RESPONSORIO BREVE V/. El Señor lo amó y lo enalteció. * Aleluya, aleluya. El Señor. R/. Lo ha revestido de gloria. Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Señor. Magníficat, ant. Todo lo has hecho bien: ven, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor. Aleluya.

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PRECES Invoquemos a Jesús, Buen Samaritano, que suscitó en la Iglesia a san Ricardo Pampuri como ejemplo de entrega total a Dios y a los Hermanos en lo ordinario de la vida, y digamos confiadamente: Haznos santos, Señor, porque tú eres santo. Señor Jesús, que pasaste por el mundo haciendo el bien, concédenos tu espíritu y fortalece nuestros propósitos, , - para que vivamos intensamente nuestra vocación. Señor Jesús, que con tu vida nos has revelado la misericordia del Padre, - haz que, siguiendo el ejemplo de san Ricardo Pampuri, seamos signo de tu presencia junto a quien sufre. Jesús Buen Samaritano, consuela a quienes sufren con la fuerza de tu amor. - y haz que experimenten nuestra solidaridad de hermanos. Señor Jesús, que has dicho: “sabrán que sois mis discípulos si os amáis unos a otros”, - haz que en nuestra comunidad cada uno llevemos el peso de los otros, para ser un solo corazón y una sola alma. Señor, creador de la vida, recuerda a todos los hermanos y hermanas de la comunidad hospitalaria, - concédeles vivir contigo en la bienaventuranza eterna.

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Padre nuestro. Oración Oh Dios, nuestro Padre, que concediste a San Ricardo Pampuri la gracia de transformar el ejercicio de la medicina en misión de caridad; por su ejemplo e intercesión, concédenos que también nosotros seamos capaces de imitar su misericordia en el servicio a los pobres y enfermos. Por nuestro Señor Jesucristo. Conclusión de la Hora como en el Ordinario.

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SAN JUAN DE ÁVILA

10 de mayo SAN JUAN DE ÁVILA, sacerdote Memoria San Juan de Ávila, llamado el apóstol de Andalucía, padre y guía espiritual de Juan de Dios, nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), en 1499. Estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá y fue ordenado sacerdote. El Arzobispo de Sevilla, valorando sus dotes y capacidades, lo convenció para que renunciara a su intención de ir a las misiones de América y a dedicarse a la predicación y dirección espiritual en España. El sermón predicado el día de San Sebastián en la Ermita de los Mártires de Granada, provocó la conversión de San Juan de Dios, que le pidió que fuera su director espiritual. Lo acompañó en la búsqueda y realización de su vocación y fue su consejero y apoyo en la fundación del hospital de Granada, cuna de la Orden Hospitalaria. Se conservan tres cartas dirigidas a Juan de Dios para guiarlo en el camino de la perfección y en la práctica de la caridad. Murió en Montilla (Córdoba) el 10 de mayo de 1569. Lo beatificó León XIII en 1894 y Pablo VI lo canonizó en 1970. Del Común de pastores (p. …) con salmodia del día, excepto lo siguiente: __________________________________________________________________________________ INVITATORIO

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Ant. Venid, adoremos a Cristo, pastor supremo. (T. P. Aleluya). Salmo invitatorio como en el Ordinario (p. ) __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura HIMNO Desde que mi voluntad está a la vuestra rendida, conozco yo la medida de la mejor libertad; Venid, Señor, y tomad las riendas de mi albedrío; de vuestra mano me fío y a vuestra mano me entrego, que es poco lo que me niego si yo soy vuestro y vos mío. A fuerza de amor humano

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me abraso en amor divino. La santidad es camino que va de mí hacia mi hermano. Me di sin tender la mano para cobrar el favor; me dí en salud y en dolor a todos, y de tal suerte que me ha encontrado la muerte sin nada más que el amor. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. SEGUNDA LECTURA De las cartas de San Juan de Ávila a San Juan de Dios. (Obras completas del Santo Maestro Juan de Ávila. Edición critica. Tomo V. Epistolario. Introducciones, edición y notas del Dr. L. Sala Balust. Nueva edición, revisada y continuada por el Dr. F. Martín Hernández, B. A. C., Madrid 1970, nº 45, p. 267; nº 46, p. 270.) Que cada uno permanezca en la vocación a la que ha sido llamado

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Vuestra carta recibí, y no quiero que digáis que no os conozco por hijo; porque si por ser ruin decís que no lo merecéis, por la misma causa yo no merecería ser padre; y así, mal podré yo despreciaros a vos, siendo yo más digno de ser despreciado. Mas pues nuestro Señor nos tiene por suyos, aunque somos tan flacos, razón es que aprendamos a ser misericordiosos unos de otros y a llevarnos con caridad, como él hace con nosotros. Yo, hermano, tengo mucho deseo que vos deis buena cuenta de lo que nuestro Señor os encomendó; porque el buen siervo y leal ha de ganar cinco talentos con otros cinco que le dieron. para que oiga de la boca de nuestro Señor: Gózate, siervo fiel y bueno; que en pocas cosas que te encomendé fuiste fiel, yo te pondré sobre muchas. y de tal manera tened cuenta con lo que os encomendaron, que no olvidéis a vos mismo, sino que entendáis que el más encomendado vos sois. Porque poco aprovechará que a todos saquéis el pie del lodo, si vos os quedáis en él. Y por eso os torno otra vez a encargar que busquéis algún ratico para rezar vuestras devociones, y que oigáis cada día misa y el domingo, sermón; y en todo caso os guardéis de tratar mucho con mujeres. Aquella persona que os rogaba con pagaros las deudas y echaros a cuestas la otra carga, debiera de ser el diablo en figura humana, que os quería engañar; y con deciros: «No es pecado», querría hacer que perdieseis el llamamiento para que Dios os llamó. San Pablo dice que cada uno permanezca en el llamamiento a que Dios le llamó; porque si Dios quiere que yo le sirva de camarero, y yo no quiero sino guardar puercos, pecaré contra él, y darle he cuenta de todo lo que pudiera ganar en el otro oficio. Y así, hermano, si un muy resplandeciente os apareciere, que dijere ser ángel de Dios, y os trajere tal embajada, decidle que no es sino diablo, y que no queréis vos dejar el camino en que Dios os puso; que él dijo en el Evangelio: Quien perseverare hasta el fin, será salvo.

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SAN JUAN DE ÁVILA

RESPONSORIO Mc 16, 15-16; Jn 3, 5 R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. * El que crea y se bautice se salvará. Aleluya. V/. El que no nazca de agua y Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. * El que crea. Oración como en Laudes. Laudes HIMNO­ Puerta de Dios en el redil humano fue Cristo el buen Pastor que al mundo vino glorioso va delante del rebaño, guiando su marchar por buen camino. Madero de la cruz es su cayado, su voz es la verdad que a todos llama, su amor es el del Padre, que le ha dado Espíritu de Dios que a todos ama. Pastores del Señor son sus ungidos, nuevos cristos de Dios son enviados a los pueblos del mundo redimidos; del único Pastor siervos amados.

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La cruz de su Señor es su cayado, la voz de su verdad es su llamada, los pastos de su amor, fecundo prado, son vida del Señor que nos es dada. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE Heb 13, 7-9A Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas. RESPONSORIO BREVE R/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. * Aleluya, aleluya. Sobre. V/. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Sobre.

Liturgia de las Horas


Benedictus, ant. El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados. Aleluya. PRECES Demos gracias a Cristo, el buen Pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle, diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor. Señor Jesucristo, que en san Juan de Ávila nos has revelado tu misericordia y tu amor, - haz que por él continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa. Señor Jesucristo, que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, - no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos. Señor Jesucristo, que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, - haz que nunca falten a tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa. Señor Jesucristo, que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de san Juan de Ávila, - haz que seamos dóciles a los guías espirituales que pones en nuestro camino. Padre nuestro.

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Oración Oh Dios, fuente de la verdad y dispensador de la sabiduría, que hiciste de San Juan de Ávila un maestro esclarecido en la dirección de tu pueblo, por los caminos de la santidad y la penitencia; atiende compasivo nuestra oración y concédenos que, siguiendo sus enseñanzas, trabajemos con ardor por tu gloria y para la salvación del mundo. Por nuestro Señor. Conclusión como en el Ordinario Vísperas HIMNO Cantemos al Señor con alegría, unidos a la voz del pastor santo; demos gracias a Dios, que es luz y guía, solícito pastor de su rebaño. Es su voz y su amor el que nos llama en la voz del pastor que él ha elegido, es su amor infinito el que nos ama en la entrega y amor de este otro cristo.

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SAN JUAN DE ÁVILA

Conociendo en la fe su fiel presencia, hambrientos de verdad y luz divina sigamos al pastor que es providencia, de pastos abundantes que son vida. Apacienta, Señor, guarda a tus hijos, manda siempre a tu mies trabajadores; cada aurora, a la puerta del aprisco, nos aguarde el amor de tus pastores. Amén. LECTURA BREVE l Pe 5, 1-4 A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita. RESPONSORIO BREVE V/. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo. * Aleluya, aleluya. Éste. R/. El que entregó su vida por sus hermanos. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Éste. Magníficat. Ant. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya. PRECES Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres, en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente, diciendo: Salva a tu pueblo, Señor. Tú que, por medio de pastores santos y eximios, has hecho resplandecer de modo admirable en tu Iglesia a san Juan de Ávila, - haz que nuestra Orden Hospitalaria se alegre siempre de ese resplandor. Tú, que llamaste a la conversión a nuestro Fundador con la palabra de Juan de Ávila, - por sus méritos, purifica continuamente a nuestra comunidad hospitalaria. Tú que, en medio de los fieles, consagraste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los dirigiste, - llena del Espíritu Santo a todos los que rigen a tu pueblo. Tú que fuiste el lote y la heredad de los santos pastores, - no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre esté alejado de ti.

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Tú que, por medio de los pastores de la Iglesia, das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, - salva a los hermanos y hermanas difuntos de la comunidad hospitalaria. Padre nuestro. Oración Oh Dios, fuente de la verdad y dispensador de la sabiduría, que hiciste de San Juan de Ávila un maestro esclarecido en la dirección de tu pueblo, por los caminos de la santidad y la penitencia; atiende compasivo nuestra oración y concédenos que, siguiendo sus enseñanzas, trabajemos con ardor por tu gloria y para la salvación del mundo. Por nuestro Señor. Conclusión como en el Ordinario

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SAN JUAN GRANDE

3 de junio SAN JUAN GRANDE, religioso Memoria San Juan Grande nació en Carmona (Sevilla) el año 1546. A los 19 años se cambió el nombre por “Juan Pecador” y se estableció en Jerez de la Frontera (Cádiz), donde se consagró a Dios, dedicándose a la asistencia de los presos, a la rehabilitación de las prostitutas y al servicio de los pobres y de los enfermos incurables. En 1574 se integró, con su Hospital, a la Orden Hospitalaria de Juan de Dios. Se le unieron otros discípulos, con los que abrió otros Centros asistenciales. Como el Buen Samaritano, se distinguió por su extraordinaria misericordia; alimentó su espiritualidad hospitalaria con una profunda vida interior, con total disponibilidad al sacrificio y con el espíritu de oración: fue un místico de la Hospitalidad. Por encargo del Arzobispo de Sevilla, realizó la reforma hospitalaria en Jerez y en las ciudades limítrofes, favoreciendo a las personas más pobres. Víctima de caridad en el servicio a los apestados, murió en Jerez el año 1600. Lo beatificó Pío IX el 13 de noviembre de 1853 y lo canonizó Juan Pablo II el 2 de junio de 1996. Es Patrono de la diócesis de Jerez de la Frontera; sus reliquias se veneran en la misma ciudad, en la iglesia a él dedicada, erigida “Santuario Diocesano de san Juan Grande”, en el Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios. Del Común de Santos (p. …) con los salmos de la feria correspondiente, excepto lo que sigue. __________________________________________________________________________________ INVITATORIO Ant. Adoremos a Cristo, Buen Samaritano, en la memoria de san Juan Grande (T. P. Aleluya). Salmo invitatorio como en el Ordinario (p. ) _________________________________________________________________________________ Oficio de lectura HIMNO Era la fe de Juan faro esplendente que alumbró los caminos de su vida; centella luminosa desprendida de la verdad eterna y subsistente. Era la fe arraigada del creyente con obras de virtud robustecida: antorcha celestial siempre encendida que disipó las sombras de su mente.

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No busca el resplandor de la evidencia, y ante el misterio de la fe se humilla rindiendo su preclara inteligencia; y así de esta manera sencilla, Juan Grande realizó la maravilla de ser un sabio en la divina ciencia. Amén Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. SEGUNDA LECTURA De la primera biografía de San Juan Grande (J. MASCAREÑAS: Vida, Virtudes y Maravillas del Beato Juan Grande. Denominado Pecador, Madrid 19294, cap. XXI) Su caridad y piedad hacia los pobres y enfermos Resplandeció también el siervo de Dios en ferviente caridad corporal con los prójimos. Curaba con gran cuidado y desvelo a los pobres enfermos de su hospital, asistiéndoles a todas horas y socorriendo sus necesidades con grande amor, sin dar lugar a que alguno (aunque muchos) se desconsolase, ni faltase lo que era posible para su cura y regalo.

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Todo el tiempo que podía gastaba en servicio de sus enfermos: acudíalos, como si fuera una madre amorosa de cada uno; dábales de comer por su mano; abrazábase con ellos para levantarlos, cuando no podían menearse; hacía las camas, barría la enfermería, limpiaba lo más asqueroso, no tenía asco de las llagas, untábalas y curábalas y lamíalas, medicinando el horror que le causaban con la dulzura de la caridad. Ningún oficio había asqueroso y sucio que no le ejecutase con alegre semblante: solamente en verle se alegraban los dolientes, y muchas veces los curó milagrosamente con el fervor de su caridad. Finalmente, era el único refugio de los enfermos. No se contentaba con los pobres que venían a curarse a su hospital, sino que los buscaba por el lugar y los llevaba a él muchas veces en los hombros, a los que no podían ir por sus pies: a los que por alguna razón no podían o no convenía que se curasen en su hospital, les visitaba, curaba y regalaba en sus casas con el mismo amor y cuidado que a los otros. Tenía un cuarto bajo donde se recogían los pobres viandantes y mendicantes: dábales camas de unas esteras de paja de enea, lumbre y algunos regalos. Visitábalos de noche y enseñábalos la doctrina cristiana y la ley de Dios, por quien habían de llevar con paciencia la pobreza, y les consolaba y daba saludables consejos: poníalos en paz, si estaban discordes entre si o con otros, y de todos estados era padre común de aquella república. A la hora de medio día y a boca de noche, algunos pobres vergonzantes, así hombres como mujeres, le aguardaban a la puerta de San Juan de Letrán, por donde el siervo de Dios entraba a su hospital, y repartía entre todos muchas limosnas. Aunque tenía particular cuidado de su hospital y de sus pobres vergonzantes, no dejaba por eso

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de acudir a los pobres presos de la cárcel, que fue su primer ejercicio. También llevaba sus limosnas abundantemente a las recogidas de la penitencia, a las cuales socorría con toda liberalidad y devoción. Jamás se cansó en el servicio de los pobres; antes siempre tuvo grande confianza en la providencia de Dios, cuando más se veía cargado de menesterosos y enfermos; y con mayor ensanche de corazón se portaba en los veranos y estíos, cuando más suele enfermar la gente del ministerio del campo. En todo se mostraba verdadero discípulo de Cristo, que por hacer la causa ajena, se descuidó tan voluntariamente de sí mismo que por darnos a todos vida, quiso perder la suya. RESPONSORIO Mt 25, 35. 40: Pr 19, 17 R/. Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me hospedasteis. * Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. (T. P. Aleluya). V/. Quien se apiada del pobre, presta al Señor. * Os aseguro. Oración como en Laudes. Laudes HIMNO Del Bien sumo y eterno enamorado, presa su alma de insaciable anhelo, cruzó Juan los senderos de este suelo en ansias infinitas abrasado.

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Los bienes de la tierra ha despreciado porque en ellos jamás halló consuelo; busca bienes más altos, los del cielo, que el corazón le tienen subyugado. Por eso siempre tuvo confianza de no verse en su ruta confundido y conseguir la eterna bienandanza. La gloria de este mundo no le alcanza, mas le gloria de Dios ha conseguido, por la santa virtud de la esperanza. Amén Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE Fil 3, 7-11 Hermanos: Lo que para mí era ganancia, por Cristo, lo he estimado como pérdida. Y más todavía: Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por

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él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la de la ley-, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos. RESPONSORIO BREVE R/. Lleva en su corazón la ley de su Dios. * Aleluya, aleluya. Lleva. V/. Y sus pasos no vacilan. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Lleva. Fuera del Tiempo Pascual. R/. Lleva en su corazón * la ley de su Dios. Lleva. V/. Y sus pasos no vacilan. * La ley de su Dios. Gloria al Padre. Lleva. Benedictus. Ant. Curad a mis pobres y yo seré curado en ellos. (T. P. Aleluya) PRECES Elevemos nuestras súplicas al Señor, dador de todo bien, que enriqueció a San Juan Grande con el don del amor misericordioso y le concedió servirlo con un corazón íntegro y fiel, y digamos: Ven en nuestra ayuda, Señor.

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Señor, te damos gracias por este nuevo día, en el que celebramos la memoria de San Juan Grande, - concédenos vivir con coherencia nuestra fe y ser testigos de los valores del Reino. Señor, fortaleza de los débiles y gloria de los humildes, que elegiste a san Juan Grande y lo llamaste a servirte en los pobres y en los enfermos, - haz que quienes han recibido la misma llamada sean fieles y ofrezcan su vida como culto agradable a ti. Señor, que en tu providencia guías con amor a tus hijos y los asistes en sus necesidades, - haz que sepamos reconocer tu presencia, particularmente en los hermanos más necesitados. Señor, tú has querido que el Hijo se identificase con los pobres y enfermos, - haz que nuestra Orden se solidarice siempre con las personas que sufren. Señor, que has glorificado a san Juan Grande por la santidad de su vida, la caridad y la dedicación a los pobres y enfermos, - haz que sigamos su ejemplo y confiemos en su intercesión por nuestras necesidades y las de nuestros hermanos. Padre nuestro.

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Oración Oh Dios, que tan maravillosamente has enriquecido el corazón de san Juan Grande con el carisma de la misericordia hacia los encarcelados, los pobres y los enfermos: concédenos, por su intercesión, buscar en todo la caridad, para ser reconocidos como verdaderos discípulos de Cristo. Que vive y reina. Conclusión de la Hora como en el Ordinario. Hora intermedia Del día correspondiente. Vísperas HIMNO Era el alma de Juan jardín frondoso que produjo las más vistosas flores, flores de santidad cuyos olores fueron recreo del celestial Esposo. En su jardín ameno y aromoso una rosa de vívidos colores brotó, simbolizando los amores de aquél que en el amar fuera un coloso. Fue la rosa fragante y peregrina de la inefable caridad cristiana que a Dios y al hombre: abarca con su amor; rosa purpúrea, caridad divina, de todas las virtudes soberana, cuyo modelo fue Juan Pecador. Amén Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Salmos del día correspondiente. LECTURA BREVE St 2, 5.14-18.21.22 Hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que le aman? ¿Qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare: abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo: ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro. Alguno dirá: -Tú tienes fe y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras y yo, por las obras, te probaré mi fe. Tú crees que hay un solo Dios; muy

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bien, pero eso lo creen también los demonios y los hace temblar. ¿No aceptó Dios a Abrahán nuestro padre por sus obras, por ofrecer a su hijo Isaac en el altar? Ya ves que la fe actuaba en sus obras, y que por las obras la fe llegó a su madurez. RESPONSORIO BREVE R/. Este es el siervo que tanto ha amado a los pobres. * Aleluya, aleluya. Este es. V/. Hasta entregar la vida por ellos. * Aleluya, aleluya. Gloria. Este es. Fuera del tiempo pascual. R/. Este es el siervo * que tanto ha amado a los pobres. Este es. V/. Hasta entregar la vida por ellos. Gloria. Este es el siervo Magníficat. Ant. La misericordia ha crecido conmigo, porque la recibí en el seno materno. (T. P. Aleluya) PRECES Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, para que, por intercesión de san Juan Grande, sepamos imitar a Jesús, buen samaritano que pasó por el mundo haciendo el bien a todos y nos esforcemos en ser testigos de caridad en el ejercicio de nuestra misión, pidiendo: Señor, protégenos ahora y siempre.

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Padre Santo, que enriqueciste a san Juan Grande con el carisma de la misericordia para que imitase a tu Hijo Jesús, - concédenos ser misericordiosos con las personas necesitadas, para ser auténticos testigos tuyos en el ser y en el obrar. Padre Santo, mira con bondad a los presos, los pobres, los enfermos y a todos los marginados de la sociedad, - concédenos estar dispuestos a acogerlos y ayudarles. Padre Santo, que nos has ofrecido en san Juan Grande un modelo de inocencia y de penitencia, - concédenos estar siempre abiertos para aceptar y seguir las mociones del Espíritu. Padre Santo, que has concedido a san Juan Grande el don de multiplicar el pan para los hambrientos, - concédenos trabajar siempre en promover la justicia y la fraternidad. Padre Santo, que manifestaste en san Juan Grande la misericordia para con los difuntos, - acoge en tu reino para contemplar eternamente tu rostro, a los hermanos y hermanas de nuestra familia hospitalaria que han pasado de este mundo a ti. Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, que tan maravillosamente has enriquecido el corazón de san Juan Grande con el carisma de la misericordia hacia los encarcelados, los pobres y los enfermos: concédenos, por su intercesión, buscar en todo la caridad, para ser reconocidos como verdaderos discípulos de Cristo. Que vive y reina. Conclusión de la Hora como en el Ordinario.

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BEATO EUSTAQUIO KLUGER

10 de junio BEATO EUSTAQUIO KLUGER, religioso Memoria Nació el 15 de enero de 1867 en Neuhaus, en la diócesis de Ratisbona. Emitió los votos religiosos en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios el 21 de octubre de 1895. Religioso de profunda vida interior, fue por 20 años superior local, y del 1925 hasta su muerte, sobrevenida el 10 de junio de 1946, Superior Provincial de la Provincia religiosa de Baviera. Apasionado de su vocación hospitalaria, siguió las huellas de Cristo compasivo y misericordioso. Sobrellevó con edificante serenidad tanto los extenuantes interrogatorios policiacos de la Gestapo del III Reich, como sus personales e implacables sufrimientos de estómago. Sus restos mortales se conservan en Ratisbona, en la iglesia del Hospital dedicado a S. Pío V, que él mismo construyó. Fue beatificado por Benedicto XVI el 4 de octubre de 2009. Del común de santos varones: para los religiosos o para los que se han consagrado a la actividad caritativa. Oficio de lectura SEGUNDA LECTURA

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De los escritos del beato Eustaquio Kluger. (Carta a los Religiosos de la Comunidad de Ratisbona, 30 de julio de 1935.) Testimonio de Hospitalidad Mis queridos Hermanos, recordemos con frecuencia cuán hermosa es nuestra vocación y que Dios Padre nos ha elegido entre millones de personas, lamándonos a su exclusivo servicio. Estemos agradecidos por esta llamada y mostremos nuestra gratitud en todas nuestras obras y actividades. ¿Existe alguna cosa más hermosa y más gratificante sobre la tierra que servir a los pobres y enfermos y saber que todo lo que se hace a ellos, se hace al mismo Divino Salvador? Que cada uno se mire a sí mismo y se esfuerce en superarse, ejercitándose en las virtudes y aspirando a la perfección, como por otro lado es nuestro deber. Acuando así, cada uno tendrá que hacer durante toda la vida y no sentirá la necesidad de meterse con los demás. ¡Cada uno dé buen ejemplo al otro! Por que el buen ejemplo mueve más que las bellas palabras. Permitidme contaros un pequeño episodio que demuestra cómo con el buen ejemplo se puede hacer el bien sin apenas uno darse cuenta. Tiempo atrás, en un hospital nuestro, estaba ingresando un joven. Dado que de noche no conseguía dormirse, veía que de cuando en cuando aparecía por la puerta silenciosamente un religioso, que pasaba de cama en cama cumpliendo pequeños servicios útiles a los enfermos

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y desaparecía después, denuevo silenciosamente. El joven quedó de tal manera impresionado de ese comportamiento que pensó: también yo quisiera ser así. No consiguió quitarse este pensamiento de su cabeza, tanto que después de algún tiempo entró en la Orden y éste hoy es felizmente un Hermano de San Juan de Dios. Es verdad: la cotidianidad, los trabajos humildes de todos los días a veces nos desaniman, mientras nosotros queremos volar alto. Pero quien piense así, se equivoca. Muchos santos, especialmente el santo hermano Konrad, nos demuestran que son propiamente los trabajos ordinarios, los trabajos hu,ildes, realizados con rectitud de intención y actitud, los que nos llevan al cielo. Nuestro difunto hermano Fr. Bertin, de cara a los trabajos repugnantes, animabacon frecuencia a los jóvenes con las siguientes palabras: “¡Ánimo, todo es oro para la eternidad!” No nos desalentemos, por tanto, de cara a las adversidades y a las aflicciones, aceptemos todo con buen ánimo por amor de Dios, y Dios no dejará de recompensarnos. Agradezcamos a Dios todos los días nuestra maravillosa vocación y recemos también cada día que nos conceda el don de la perseverancia hasta el final de nuestros días. ¡Visitemos con frecuencia y con alegría a nuestro Divino Salvador en el Tabernáculo, y a su Santísima Madre! Confiemos a ellos todas nuestras debilidades y necesidades y estemos ciertos en que nos ayudarán a llevar la pequeña cruz de nuestra existencia. Acordémosnos también de pedir la intercesión de nuestro santo Fundador Juan de Dios, de todos los otros Santos y Beatos de nuestra Orden, y de San José, para que nos ayuden a combatir la buena batalla y a alcanzar el Reino de los Cielos. Caminemos hacia el futuro, por tanto, confiando plenamente en el Señor y en la intercesión de todos los Santos, con ánimo sereno, suceda lo que suceda.

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RESPONSORIO RV. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia * Según la medida del don de Cristo. VV. No os olvidéis de la hospitalidad; algunos, practicándola, han acogido a ángeles sin saberlo. RV. Según la medida del don de Cristo. Oración Oh Dios, fortaleza de quien confía en ti, que has otorgado al beato Eustaquio (Kluger) la gracia de vivir con gran humildad entre sus hermanos y de servir con caridad singular a los enfermos, concédenos, por su intercesión, ánimo seguro para confiar plenamente en ti y para servir con incansable caridad a quienes se hallan en el sufrimiento y la indigencia. Por nuestro Señor Jesucristo.

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BEATOS BRAULIO MARÍA CORRES, FEDERICO RUBIO Y 69 COMPAÑEROS

30 de julio BEATOS BRAULIO MARÍA CORRES, FEDERICO RUBIO Y 69 COMPAÑEROS, mártires Memoria libre Celebramos en esta memoria el recuerdo de los 71 Hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que sufrieron el martirio por haber mantenido y confesado su fe, sirviendo a los enfermos y necesitados, en fidelidad a la Hospitalidad que habían profesado, durante la guerra civil que ensangrentó la tierra de España en los años 1936 a 1939. Estos Hermanos, sin preocuparse del peligro que les acechaba, permanecieron en su puesto desempeñando el apostolado de caridad con la ordinaria dedicación, sin dejarse intimidar por los insultos y amenazas de muerte, aceptando voluntariamente el martirio. Juan Pablo II los beatificó el 25 de octubre de 1992. Del común de varios mártires (p. …) con salmodia del día correspondiente, excepto lo que sigue. __________________________________________________________________________________ INVITATORIO Ant. Adoremos al Cordero inmolado en la memoria de los Beatos Braulio, Federico y compañeros. Salmo invitatorio como en el Ordinario (p. …) __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura HIMNO ¡Espíritus sublimes, oh mártires gloriosos!, felices moradores de la inmortal Sión, rogad por los que luchan en las batallas recias que alcancen la victoria y eterno galardón. ¡Oh mártires gloriosos de rojas vestiduras, que brillan con eternos fulgores ante Dios! Con vuestro riego crezca de Cristo la semilla, y el campo de las mieses se cubra ya en sazón. Amén Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Salmodia del día. SEGUNDA LECTURA De los escritos del Beato Guillermo Llop, religioso.

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(Proceso, escritos. Vol. 9, fol. 11 v. al 33,passim) Sacrificaos por los enfermos como Cristo se sacrificó por nosotros Demos gracias infinitas al Señor, porque en medio de las grandes tribulaciones que padece la Iglesia, Esposa de Jesucristo, todavía tiene almas escogidas capaces de morir por El. Ante el temor, muy fundado por cierto, de futuras persecuciones que acaso den mártires para el cielo, os hago las más fervorosas recomendaciones, que, si las seguís fielmente, lograréis el triunfo en los combates que sin duda se avecinan. Os ruego, ante todo, que, a semejanza de nuestro Padre San Juan de Dios, os abracéis a la cruz de Cristo, puesta la mira en las divinas recompensas del cielo. No olvidéis las palabras de Aquel que es vida eterna: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame, y tendrá un grande tesoro en el Reino de los Cielos». Negarse a sí mismo es renunciar a todas las cosas, y aun a la misma vida, para conquistar a Cristo y las delicias de su Reino. Esto no se puede lograr sin dolor, sin lágrimas, sin efusión de sangre, esto es, sin cruz y sin calvario. Vivid, pues, preparados para ofrecer a Dios el holocausto de vuestras vidas, si así pluguiese a su voluntad divina. Crezcan en todos vosotros el aliento y la esperanza. Invocad día y noche al Espíritu Santo para que fortalezca vuestro corazón, del mismo modo que fortaleció las almas de los primeros cristianos, y esta fortaleza, recibida de lo alto, sea para todos vosotros segura garantía de victorias espirituales.

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Sabidas son de todos las circunstancias difíciles por las que atraviesa actualmente la Santa Iglesia, nuestra Madre, y los sagrados Institutos Religiosos. Tengan todos muy presente el fin altísimo para el que vinieron a la Orden. No fue otro que atender caritativamente a los enfermos. Es pues un grave deber de conciencia el no abandonarlos. Atendedlos con todo cariño. Sacrificaos por ellos como Cristo se sacrificó por nosotros. No os separéis de su lado, y cuanto sea mayor el peligro, más adictos y abnegados habéis de mostraros con ellos. Afortunadamente, la historia, en cada una de sus páginas, nos asegura que todas las persecuciones padecidas por la Iglesia de Jesucristo, han tenido un término glorioso para ella. Y es que todas esas persecuciones la purifican, la reparan, la refuerzan, la consolidan. Tal vez llegarán a hacer mártires, pero vendrá un día en que tantos odios y escándalos habrán pasado por la tierra como las nubes por el cielo, barridas por el viento; al paso que la Iglesia, serena, majestuosa tranquila, como luna indeficiente, seguirá su curso adelante entonando el victorioso TE DEUM de los siglos. RESPONSORIO Mt 5,11-12a.10 R/. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. * Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. V/. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. * Estad alegres. Oración como en Laudes.

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Laudes HIMNO Pléyade santa de mártires insignes, testigos inmortales del Cristo victimado; dichosos, pues sufristeis la cruz de vuestro Amado Señor, que a su dolor vuestro dolor ha unido. Bebisteis por su amor el cáliz de la sangre, dichosos cireneos, camino del Calvario no dejasteis a Jesús en solitario, elevasteis vuestra cruz junto a su cruz unida. Rebosa ya el rosal de rosas escarlatas, la luz del sol tiñe de rojo el cielo, la muerte estupefacta contempla vuestro vuelo, enjambre de profetas y justos perseguidos. Vuestro valor intrépido deshaga cobardías de cuantos en la vida persigue la injusticia; siguiendo vuestras huellas, hagamos milicia, sirviendo con amor la paz de Jesucristo. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Del común de varios mártires (p. …) antífonas y salmos del día correspondiente. Benedictus, ant. Consagrados al amor, sirvieron a los enfermos hasta el martirio. PRECES Celebremos, amados hermanos, a nuestro Salvador, el testigo fiel, y, al recordar hoy a los beatos mártires Braulio María, Federico y compañeros, que murieron a causa de la palabra de Dios, aclamémoslo, diciendo: Nos has comprado, Señor, con tu sangre. Por la intercesión de los mártires, que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe, - concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu. Por la intercesión de los beatos mártires, que proclamaron el amor a los enfermos y necesitados hasta derramar su sangre, - concede, Señor, que la Orden Hospitalaria sea siempre fiel a su misión apostólica. Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos, - concédenos, Señor, promover y defender con fuerza y determinación la dignidad de la persona que

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sufre. Por la intercesión de los santos mártires, que lavaron su manto en la sangre del Cordero, - concédenos, Señor, vencer las seducciones del secularismo, del mundo y de la carne. Padre nuestro. Oración Oh Dios, rico en misericordia, que a los beatos Braulio María, Federico y compañeros, configurados con Cristo compasivo y misericordioso hacia los enfermos, les concediste la gracia de consagrarse con amor al servicio de los pobres y de los que sufren y profesar la fe con el martirio, concédenos, por su intercesión, ser fuertes en la profesión de tu nombre y servir con alegría a nuestros hermanos necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo. Conclusión como en el Ordinario. Vísperas HIMNO Éstos que van vestidos de blancas vestiduras, ¿quiénes son, y de dónde han venido?

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Todos éstos que ciñen llameantes laureles han venido del fondo de la tribulación. Todos éstos lavaron sus vestidos de boda en los ríos de sangre del Cordero de Dios. Éstos que van vestidos de blancas vestiduras, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Son las gentes con hambre que jamás tendrán hambre, los sedientos que nunca sentirán ya la sed. Los abreva el Cordero con agua de vida; los asume en su muerte; resucitan con él. Éstos que van vestidos de blancas vestiduras, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Han venido del llanto para ser consolados; han salido del fuego y han buscado el frescor. El Señor les enjuga con sus manos las lágrimas, con sus manos les guarda contra el fuego del sol.

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Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Por los siglos. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Antífonas y salmos del día correspondiente. Magníficat, ant. Los mártires derramaron su sangre por Cristo en la tierra; en el cielo recogen el premio eterno. PRECES A la misma hora en que el Rey de los mártires ofreció su vida, en la última cena, y la entregó en la cruz, démosle gracias, diciendo: Te glorificamos, Señor. Porque nos amaste hasta el extremo, Salvador nuestro, principio y origen de todo martirio: Te glorificamos, Señor. Porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos para los premios de tu reino: Te glorificamos, Señor. Porque has dado a la Iglesia, el mandato de curar a los enfermos, reconociendo en ellos tu presencia: Te glorificamos, Señor. Porque, con tu gracia, y el ejemplo de nuestros hermanos mártires, nos has concedido perseverar en nuestra misión de servir a los que sufren durante el día que ahora termina: Te glorificamos, Señor. Porque has asociado a tu muerte a nuestros hermanos mártires: Te glorificamos, Señor. Padre nuestro. Oración Oh Dios, rico en misericordia, que a los beatos Braulio María, Federico y compañeros, configurados con Cristo compasivo y misericordioso hacia los enfermos, les concediste la gracia de consagrarse con amor al servicio de los pobres y de los que sufren y profesar la fe con el martirio, concédenos, por su intercesión, ser fuertes en la profesión de tu nombre y servir con alegría a nuestros hermanos necesitados. Por nuestro Señor Jesucristo. Conclusión como en el Ordinario.

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28 de agosto SAN AGUSTÍN, obispo y doctor de la iglesia Fiesta Nació el año 354 en Tagaste (hoy Song-Abras, Argel). Tras una juventud inquieta por sus ideas y por sus costumbres, además de la influencia de su madre, fue decisivo para su conversión el encuentro con el obispo san Ambrosio, de quien recibió el bautismo en Milán, el año 387. Vuelto a su patria, vivió una vida ascética y fue elegido obispo de Hipona (hoy Annaba), siendo modelo para su grey, que guió e instruyó hasta su muerte, el 28 de agosto del año 430. En él se unen el contemplativo, el teólogo, el pastor de almas, el catequista, el predicador, el mistagogo, el defensor de la fe, el promotor de la vida común. Fue autor de una regla monástica que influyó en todas las sucesivas reglas de Occidente. San Pío V, con la Bula “Licet ex debito”, aprobó el 1 de enero de 1572 la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, poniéndola bajo la regla de san Agustín. __________________________________________________________________________________ INVITATORIO Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.

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Salmo invitatorio como en el Ordinario (p. . ..) __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura HIMNO ¡Intérprete de Dios y de los hombres, Agustín inmortal! A ti acudimos los que por este mundo navegamos como tú navegaste, en encendida busca de la verdad, y del supremo bien del amor. Sé tú la guía y el piloto seguro, que nos marca el rumbo y el destino hacia la Patria. Habla de nuevo de la eterna dicha y del descanso eterno a los que aspiran remontar los caminos de la vida para encontrar por siempre el deseado reposo de la dicha en el Señor.

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Ilumina, Agustín, nuestros caminos y alienta nuestra fe con tu palabra germinadora y llena, que nos habla del gozo de entender y del misterio luminoso de amar a Dios sin fin. Bendito sea el Padre, y adorado sea el Hijo por siempre, y el Espíritu, porque amorosamente se nos muestra en el amor y el verbo de Agustín. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. 1. El Señor es mi luz, huyan las tinieblas; él es mi salvación, aléjese la debilidad. Salmo 20. 2-8.14 Señor, el rey se alegra por tu fuerza, ¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad. Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia; porque el rey confía en el Señor y con la gracia del Altísimo no fracasará. Levántate, Señor, con tu fuerza, y al son de instrumentos cantaremos tu poder. Ant. El Señor es mi luz, huyan las tinieblas; él es mi salvación, aléjese la debilidad. Ant. 2. Con la luz divina que recibió, quedó seguro, y todas sus dudas se disiparon, Salmo 91 I Es bueno dar gracias al Señor

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y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad, con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos. ¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios! El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los malvados, y florezcan los malhechores, serán destruidos para siempre. Tú, en cambio, Señor, eres excelso por los siglos. Ant. Con la luz divina que recibió, quedó seguro, y todas sus dudas se disiparon. Ant. 3. El Señor lo llenó de espíritu de sabiduría e inteligencia. II

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Porque tus enemigos, Señor, perecerán, los malhechores serán dispersados; pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo. Mis ojos despreciarán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota. El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano: plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios; en la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad. Ant. El Señor lo llenó de espíritu de sabiduría e inteligencia.

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PRIMERA LECTURA De la carta del apóstol San Pablo a los Romanos

12, 1-18

Somos un solo cuerpo en Cristo Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable; y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad de Dios, lo bueno; lo que le agrada, lo perfecto. Por la gracia de Dios que me ha sido dada, os digo a todos y a cada uno de vosotros: no os sobrevaloréis más de lo que se debe valorar, sino valoraos cada uno según la medida de fe que Dios le haya concedido. Pues lo mismo que tenemos en un solo cuerpo varios miembros, y todos los miembros no tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, miembros todos unos de otros en Cristo Jesús, Señor nuestro. Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de ejercer así: si es la predicación, teniendo en cuenta a los creyentes; si es el servicio, dedicándose a servir; el que enseña, aplicándose a enseñar; el que exhorta, a exhortar; el que se encarga de la distribución, hágalo con sencillez; el que preside, con empeño; el que reparte la limosna, con agrado. Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades del Pueblo de Dios; practicad la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis. Con los que ríen, estad alegres; con los que lloran, llorad. Tened igualdad de trato unos con otros; no tengáis grandes pretensiones, sino poneos al nivel de la gente humilde. No presumáis listos. No devolváis mal por mal. Procurad la buena reputación entre la gente. En cuanto sea posible, por vuestra parte, estad en paz con todo el mundo. RESPONSORIO R/. Todos nosotros, con Cristo, nuestra cabeza, somos el Cristo completo.*Sin Cristo nuestra cabeza, nada podemos. V/. Él lo puede todo sin nosotros, nosotros nada podemos sin él.*Sin Cristo. SEGUNDA LECTURA Del libro de las Confesiones de San Agustín, obispo. (Lib. 7. 10. 18; 10. 27: CSEL 33. 157-163. 255) ¡Oh verdad eterna y verdadera caridad, y querida eternidad!

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Sintiendo una llamada hacia mi propia intimidad, penetré hasta el fondo, siguiendo tu inspiración. Y pude hacerlo, porque tú fuiste mi auxilio. Entré dentro de mí y miré con los ojos de mi alma y vi por encima de mi entendimiento una luz constante, no la que es corriente y la que ve todo ser humano, ni parecida, aunque más intensa, como si brillara cada vez más y lo llenara todo con su grandeza. No era precisamente así, era otra cosa muy distinta de todas éstas. Y no estaba sobre mi entendimiento, como el aceite sobre el agua, ni como el cielo sobre la tierra, sino más arriba, porque ella me hizo, y yo más abajo, porque fui hecho por ella. El que logró llegar a la verdad, llegó a su conocimiento. ¡Oh verdad eterna, y verdadera caridad, y querida eternidad! Tú eres mi Dios, por ti suspiro día y noche. Y cuando te conocí por primera vez, tú me tomaste para que viese que existía lo que había de ver, y que aún no estaba en condiciones de ver. Y heriste la debilidad de mi mirada, lanzándome intensos rayos, y temblé de amor y de temor; y me dí cuenta de que estaba lejos de ti, muy distinto de ti, como si escuchara tu voz que venía de lo alto: “Soy manjar de personas mayores; crece y podrás comerme. No serás tú quien me cambies en ti, como manjar de tu carne, sino que tú te cambiarás en mí”. Y buscaba el modo de robustecerme, y lo más adecuado para gozarte, y no lo hallaba, hasta que llegué a abrazar al mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, el que está por encima de todo, Dios bendito por los siglos, que me llamaba y me decía: Yo soy el camino, la verdad y la vida, y el manjar que tú eras incapaz de tomar; el cual se unía a la carne -pues la Palabra se hizo carne- para que tu Sabiduría, por la cual creaste todo, pudiera amamantar nuestra infancia.

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¡Qué tarde te he amado, hermosura tan antigua y tan nueva, qué tarde te he amado! Tú estabas dentro y yo fuera, y era fuera donde te buscaba; y pobre desgraciado, me abalanzaba sobre las bellezas que creaste. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. Aquellas criaturas me mantenían alejado de ti, siendo así que, si no existiesen en ti, caerían en la nada. Me llamaste, a gritos me llamaste y lograste romper mi sordera. Brillaste, resplandeciste y pusiste en fuga mi ceguera. Exhalaste tu fragancia, te respiré, y anhelo por ti. Te saboreé, y tengo hambre y sed de ti. Me tocaste, y ardí como una llama hacia tu paz. RESPONSORIO R/. Oh verdad; luz de mi corazón: ya no me hablan mis tinieblas; me equivoqué, pero me he acordado de ti. * Y ahora vuelvo sediento y fatigado hasta tu fuente. V/. He vivido sin vivir; mal he vivido por mí, pero en ti vuelvo a la Vida. *Y ahora. HIMNO Te Deum. Oración como en Laudes. Laudes HIMNO Padre y maestro, fundador glorioso, verbo de Cristo y de la Madre Iglesia,

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doctor y guía de seguridades, y de las almas luz. En coro, unidos, te invocamos fieles, para que enciendas con la fe el amor, para que a todos tu palabra lleve la luz del Evangelio. Monjes y ascetas, vírgenes y santos de ti supieron el vivir de Cristo, y los secretos de la vida eterna de ti aprendieron. La Iglesia santa con ardor te aclama doctor egregio de la caridad, columna de la fe, sol de la gracia, prodigio de humildad. Gloria a Dios Padre, y gloria sea dada al Hijo, al Unigénito humanado, y al Espíritu Santo, que por siempre las almas ilumina. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. l. Digamos unánimes: «Mi alma tiene sed de Dios»; digámoslo todos, porque todos somos una misma cosa en Cristo. Salmos y cántico del domingo de la semana I. Ant. 2. Si amáis a Dios, haced que todos cuantos tratan con vosotros le amen, y decidles: «Pro- clamad conmigo la grandeza del Señor». Ant. 3. Alabemos al Señor con nuestras palabras, con nuestros pensamientos, con nuestras buenas obras; cantémosle un cántico nuevo. LECTURA BREVE Sab 7. 13-14 Con sencillez aprendí la sabiduría y sin envidia la comunico; no me guardo ocultas sus riquezas, porque es para los hombres un tesoro inagotable; los que lo adquieren se granjean la amistad de Dios, recomendados a él por los dones que les trae la instrucción. RESPONSORIO BREVE R/. El pueblo * cuenta su sabiduría. El pueblo. V/. La asamblea pregona su alabanza. *Cuenta su sabiduría. Gloria al Padre. El pueblo.

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Benedictus, ant. Tú haces, Señor, que encontremos nuestro gozo en alabarte, porque nos has creado para ti; inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en ti. PRECES Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle, diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor. Señor Jesucristo, que en san Agustín nos has revelado tu misericordia y tu amor. - haz que por él continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa. Señor Jesucristo, que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, ‘ - no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos. Señor Jesucristo, que por medio de san Agustín eres el médico de los cuerpos y de las almas, - haz que nuestra comunidad hospitalaria manifieste siempre tu misericordiosa presencia. Señor Jesucristo, que has adoctrinado a nuestra Orden con la Regla de san Agustín, - haz que, por su intercesión, seamos fieles en la asistencia de los enfermos y necesitados. Oración

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Renueva, Señor, en tu Iglesia, el espíritu que infundiste en tu obispo san Agustín, para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de ti, fuente de la sabiduría, y te busquemos como el único amor verdadero. Por nuestro Señor. Conclusión como en el Ordinario. Hora intermedia Antífonas y salmos del día de la semana. TERCIA LECTURA BREVE 1Tm 4, 16 Cuídate tú y cuida la enseñanza; sé constante; si lo haces, te salvarás a ti y a los que te escuchan. V/. El Señor escogió a su siervo. R/. Para pastorear a Jacob, su heredad. SEXTA LECTURA BREVE 1Tm 1, 12 Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio. V/. No me avergüenzo del Evangelio.

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R/. Que es una fuerza de Dios para la salvación. NONA LECTURA BREVE 1Tm 3, 13 Los que se hayan distinguido en el servicio progresarán y tendrán libertad para exponer la fe en Cristo Jesús. V/. Si el Señor no construye la casa. R/. En vano se cansan los albañiles. Oración como en Laudes. Vísperas HIMNO Vuelve a luchar por Cristo, oh inmortal triunfador, y enciende en los que te aman tu amor de serafín. ¡Oh luz, brilla en las almas! ¡Oh amor, salva al amor! Vive siempre en tus hijos, oh gran Padre Agustín.

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Cual símbolo de tu vida y enseña de tus victorias, ardiendo en llamas de amores levantas tu corazón, como ofreciendo a los cielos la bandera de tus glorias y guiando a los que avanzan por las cumbres de Sión. Danos ver, sol de los siglos, el resplandor de tu luz, y ardan en nuestros amores tus ansias de amor sin fin. ¡Oh triunfador, te saludan los que luchan por la Cruz! ¡Muestra al mundo que en tus hijos

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vive el alma de Agustín! Amén. Ant. 1. Digamos unánimes: «Mi alma tiene sed de Dios»; digámoslo todos, porque todos somos una misma cosa en Cristo. Salmo 14 Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y habitar en tu monte santo? El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua, el que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor, el que no retracta lo que juró aun en daño propio, el que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.

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El que así obra nunca fallará. Ant. Digamos unánimes: «Mi alma tiene sed de Dios»; digámoslo todos, porque todos somos una misma cosa en Cristo. Ant. 2. Si amáis a Dios, haced que todos cuantos tratan con vosotros le amen, y decidles: «Proclamad conmigo la grandeza del Señor». Salmo 111 Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos.

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El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. El malvado, al verlo, se irritará, rechinará los dientes hasta consumirse. La ambición del malvado fracasará. Ant. Si amáis a Dios, haced que todos cuantos tratan con vosotros le amen, y decidles: «Proclamad conmigo la grandeza del Señor». Ant. 3. Alabemos al Señor con nuestras palabras, con nuestros pensamientos, con nuestras buenas obras; cantémosle un cántico nuevo. Cántico (Ap 15, 3.4) Grandes y maravillosas son tus obras Señor Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos. Ant. Alabemos al Señor con nuestras palabras, con nuestros pensamientos, con nuestras buenas obras; cantémosle un cántico nuevo. LECTURA BREVE St 3, 17-18 La sabiduría que viene de arriba, ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. RESPONSORIO BREVE R/. En la asamblea * le da la palabra. En la asamblea.

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V/. Lo llena de espíritu de sabiduría e inteligencia. *Le da la palabra. Gloria al Padre. En la asamblea. Magníficat, ant. ¡Qué tarde te he amado, hermosura tan antigua y tan nueva, qué tarde te he amado! Me llamaste, a gritos me llamaste y lograste romper mi sordera. PRECES Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres, en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo: Salva a tu pueblo, Señor. Tú que por medio de san Agustín, pastor santo y eximio, has hecho resplandecer de modo admirable a tu Iglesia, - haz que los cristianos se alegren siempre de ese resplandor. Tú que cuando los santos pastores te suplicaban, como Moisés, perdonaste los pecados del pueblo, - santifica por su intercesión a tu Iglesia con una purificación continua. Tú que en medio de los fieles consagraste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los dirigiste, - llena del Espíritu Santo a todos los que guían la Orden Hospitalaria. Tú que fuiste el lote y la heredad de los santos pastores, - no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre esté alejado de ti.

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Tú que enviaste a los setenta y dos discípulos a curar a los enfermos y a anunciar les el Reino de los cielos, - concédenos que, con un solo corazón y una sola alma en Dios, consigamos abundantes frutos de vida cristiana en nuestro apostolado hospitalario. Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, - salva a los difuntos de la comunidad hospitalaria, por quienes entregaste tu vida. Padre nuestro. Oración como en Laudes. Conclusión de la Hora como en el Ordinario.

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SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL

29 de septiembre SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL Fiesta Miguel (¿Quién como Dios?) es el arcángel que se levanta contra Satanás y sus satélites (Jds 9; Ap 12,7; cfr Zac 13, 1-2), defensor de los amigos de Dios (Dn 10, 13.21), protector de su pueblo (Dn 12, 1). Gabriel (Fuerza de Dios) es uno de los espíritus que están delante de Dios (Lc 1,19), revela a Daniel los secretos del plan de Dios (Dn 8, 16; 9, 21-22), anuncia a Zacarías el nacimiento de Juan Bautista (Lc 1, 11-20) y a María el de Jesús (Lc 1, 26-38). El arcángel Rafael (Medicina de Dios), es también uno de los siete que están ante el trono de Dios (Tob 12, 15; cf Ap 8, 2), acompaña y defiende a Tobías en las peripecias de su viaje y cura a su padre ciego. La Iglesia, peregrina en la tierra, se asocia a los coros de los ángeles, especialmente en la liturgia eucarística, que en la Jerusalén celestial cantan la gloria de Dios (cfr Ap 3, 11-14; Conc. Vat. II, Constitución sobre la sagrada liturgia, “Sacrosanctum Concilium”, 8). El 29 septiembre, el martirologio jeronimiano (siglo VI) recuerda la dedicación de la basílica de san Miguel en la vía Salaria de Roma. La tradición de la Orden Hospitalaria recuerda la presencia del arcángel Rafael junto al Fundador San Juan de Dios y la ayuda que le prestó durante su vida en la cura y alivio de los pobres y enfermos, como signo de que la misión de curar y asistir a los pobres, los enfermos y los necesitados, es una obra agradable al Señor. El 4 de mayo e 1748, Benedicto XIV, con el Breve “Emanavit” aprobó y confirmó la petición de la Orden de tener a san Rafael arcángel como Coprotector principal de la Orden. __________________________________________________________________________________ INVITATORIO Ant. Venid, adoremos al Señor delante de los ángeles Salmo invitatorio como en el Ordinario (p. …). __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura HIMNO En este día de fiesta, Arcángeles del Señor, os presentamos con gozo nuestra ferviente oración: Tú, Miguel príncipe invicto

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de la celestial milicia, defiéndenos de Satán y de todas sus insidias. Y tú, Gabriel, elegido nuncio de la encarnación llévanos constantemente por sendas de salvación. Cuídanos tú, Rafael, en nuestro largo camino: sé “medicina de Dios”, . para el cuerpo y el espíritu. Que todos los santos ángeles nos presten siempre su ayuda para poder algún día lograr la patria futura. Honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu divino, a quienes el coro angélico canta por todos los siglos. Amén.

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Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. 1. Salió Tobías y, habiendo encontrado a un joven vestido y preparado para viajar, lo saludó. Salmo 96 El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. Delante de él avanza fuego, abrasando en tomo a los enemigos; sus relámpagos deslumbran el orbe, y, viéndolos, la tierra se estremece. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria.

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Los que adoran estatuas se sonrojan, los que ponen su orgullo en los ídolos; ante él se postran todos los dioses. Lo oye Sión, y se alegra, se regocijan las ciudades de Judá por tus sentencias, Señor; porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la tierra, encumbrado sobre todos los dioses. El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los libra de los malvados. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo nombre. Ant. Salió Tobías y, habiendo encontrado a un joven vestido y preparado para viajar, lo saludó Ant. 2. El ángel Rafael dijo: “Yo soy Azarías, hijo del gran Ananías”.

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Salmo 102 I Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo nombre Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura; él sacia de bienes tus anhelos, y como un águila se renueva tu juventud. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel.

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El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo; no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles. Ant. El ángel Rafael dijo: “Yo soy Azarías, hijo del gran Ananías”. Ant. 3. Llevaré sano a tu hijo a la región de Media y sano te lo devolveré. II

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Porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro. Los días del hombre duran lo que la hierba, florecen como flor del campo, que el viento la roza, y ya no existe, su terreno no volverá a verla. Pero la misericordia del Señor dura siempre, su justicia pasa de hijos a nietos: para los que guardan la alianza y recitan y cumplen sus mandatos. El Señor puso en el cielo su trono, su soberanía gobierna el universo. Bendecid al Señor, ángeles suyos, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a la voz de su palabra. Bendecid al Señor, ejércitos suyos, servidores que cumplís sus deseos. Bendecid al Señor, todas sus obras, en todo lugar de su imperio. ¡Bendice, alma mía, al Señor!

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Ant. Llevaré sano a tu hijo a la región de Media y sano te lo devolveré. V/. Bendecid al Señor, ángeles suyos. R/. Prontos ejecutores de sus órdenes. PRIMERA LECTURA Del libro de Tobías.

12, 1-10.

Buena es la oración con el ayuno y la limosna En aquellos días, Tobías llamó a su hijo y le dijo: «¿Qué podríamos darle a este santo varón que ha venido contigo?». Respondió Tobías a su padre: «¿Qué salario le daremos? ¿Cómo podremos corresponder a sus beneficios? El me ha llevado y me ha traído sano, ha cobrado la deuda de Gabelo y me ha proporcionado esposa, ahuyentando de ella al demonio y llenando de alegría a sus parientes; me libró de ser devorado por el pez y ha hecho que tú puedas ver la luz del cielo: por su medio hemos sido colmados de toda clase de bienes. ¿Cómo podremos corresponderle? Ruégale, padre mío, que se digne aceptar al menos la mitad de cuanto hemos traído». Le llamaron aparte, padre e hijo, y le rogaron que aceptara la mitad de todo lo que habían traído y él les dijo en secreto: «Bendecid al Dios del cielo y proclamadle ante todos los vivientes, porque ha sido misericordioso con vosotros. Es bueno guardar el secreto del rey, y es un honor revelar y proclamar las obras de Dios. Buena es la oración con el ayuno. Mejor es hacer limosna que atesorar dinero: porque la limosna libra de la muerte y limpia del pecado, alcanza la misericordia y la vida eterna. Los que cometen pecados y maldades son enemigos de sí mismos». RESPONSORIO Tob 12, 6. 13, 10a R/. Bendecid al Dios del cielo y proclamadle ante todos los vivientes, * Porque ha sido misericordioso con vosotros. V/. Bendecid al Señor todos sus elegidos. * Porque ha sido. SEGUNDA LECTURA De las homilías de san Gregorio Magno, papa, sobre los evangelios. (Homilía 34, 8-9: PL 76,1250-1251) El nombre de “ángel” designa la función, no el ser. Hay que saber que el nombre de «ángel» designa la función, no el ser del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles. Por esto, a la Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el arcángel Gabriel, ya que

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un mensaje de tal trascendencia requería que fuese transmitido por un ángel de la máxima categoría. Por la misma razón, se les atribuyen también nombres personales, que designan cuál es su actuación propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la visión del Dios omnipotente da un conocimiento perfecto de todo, no son necesarios estos nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son para nosotros, ya que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica para la cual nos son enviados. Y, así, Miguel significa: «¿Quién como Dios?», Gabriel significa: «Fortaleza de Dios» y Rafael significa: «Medicina de Dios». Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado luchando contra el arcángel Miguel, cuando, al fin del mundo, será desposeído de su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta Juan: Se trabó una batalla con el arcángel Miguel. A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: «Fortaleza de Dios», porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y héroe en las batallas. Rafael significa, como dijimos: «Medicina de Dios»; este nombre le viene del hecho de haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había sido enviado a curar, con razón es llamado «Medicina de Dios».

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RESPONSORIO Cf. Ap 8, 3.4; Dn 7,10 R/. Un ángel se puso junto al altar del templo con un incensario de oro en sus manos, y le entregaron muchos perfumes. * Y por manos del ángel subió a la presencia del Señor el humo de los perfumes. V/. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. * Y por manos. HIMNO Te Deum. Oración como en Laudes. Laudes HIMNO Miguel, Gabriel, Rafael, los espíritus señeros y arcángeles mensajeros de Dios, que estáis junto a él. A vuestro lado se siente alas de fiel protección,

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incienso de la oración y el corazón obediente. «¿Quién como Dios?» es la enseña, es el grito de Miguel, y el orgullo de Luzbel al abismo se despeña. Gabriel trae la embajada divina, y le lleva al Padre el «sí» de la Virgen Madre, del Sol de Cristo alborada. Por la ruta verdadera Rafael nos encamina y nos da la medicina que cura nuestra ceguera. Dios que nos diste a los ángeles por guías y mensajeros, danos el ser compañeros del cielo de tus arcángeles. Amén. Ant. l. El ángel Rafael fue enviado a Tobías y a Sara para curarlos. Salmos y cántico del domingo de la semana I. Ant. 2. El ángel entró y saludó a Tobías, diciéndole: «La alegría sea siempre contigo». Ant. 3. Animo, Tobías, que no tardará Dios en curarte. LECTURA BREVE Gn 28. 12-13a Tuvo Jacob un sueño: una escalinata, apoyada en la tierra, con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac». RESPONSORIO BREVE R/. El ángel se puso * Junto al altar del templo. El ángel. V/. Con un incensario de oro en la mano. * Junto al altar del templo. Gloria al Padre. El ángel. Benedictus, ant. Acompañadnos en el camino, santos arcángeles, para hacer lo que agrada al Señor. PRECES Alabemos, queridos hermanos, al Señor, a quien millares de ángeles asisten y glorifican unánimes, y aclamémosle gozosos:

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¡Bendecid al Señor, todos sus ángeles! Oh Dios, que has mandado a tus ángeles que nos guarden en todos nuestros caminos, - conduce hoy a nuestra comunidad hospitalaria por tus sendas sin ofenderte. Padre, cuya faz contemplan siempre nuestros ángeles en el cielo, - haz que busquemos continuamente tu rostro. Oh Dios, tus hijos serán como los ángeles en el cielo; - danos la pureza del corazón y del cuerpo. Envía, Señor, al arcángel San Rafael, en ayuda de nuestra Orden, - a fin de que nos asista en el ministerio hospitalario. Padre nuestro. Oración Oh Dios, que con admirable sabiduría distribuyes los ministerios de los ángeles y los hombres, te pedimos que nuestra vida esté siempre protegida en la tierra por aquellos que te asisten continuamente en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. Conclusión de la Hora como en el Ordinario.

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Hora intermedia Antífonas y salmos del día de la semana.. TERCIA LECTURA BREVE Tob 12. 20 Ya es hora de que vuelva al que me envió; vosotros bendecid al Señor y contad todas sus maravillas. V/. Bendito sea Dios que vive eternamente. R/. Y cuyo reino dura por los siglos. SEXTA LECTURA BREVE Tob 12. 19 Os ha parecido que comía y bebía con vosotros. Pero yo uso un manjar invisible y una bebida que no puede ser percibida por los hombres. V/. Dad gracias al Señor, hijos de Israel. R/. Alabadlo ante todas las naciones.

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NONA LECTURA BREVE Tob 12.22 Postrados durante tres horas sobre sus rostros, alabaron a Dios y, levantándose, contaron todas sus maravillas. V. Dichosos los que te aman. R. Y dichosos los que gozan de tu paz. Oración como en Laudes. VÍSPERAS HIMNO: Como en Laudes Ant. l. La paz sea con vosotros, no temáis: Bendecid al Señor y cantad sus alabanzas. Salmo 8 Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra. Ensalzaste tu majestad sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos, para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

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Ant. La paz sea con vosotros, no temáis: Bendecid al Señor y cantad sus alabanzas. Ant. 2. Delante de los ángeles tañeré para ti, Dios mío. Salmo 137 Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama: cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; canten los caminos del Señor porque la gloria del Señor es grande. El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio.

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Cuando camino entre peligros, me conservas la vida; extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo, y tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. Ant. Delante de los ángeles tañeré para ti, Dios mío. Ant. 3. Bendecid al Dios del cielo y ensalzadlo ante todos los vivientes, porque ha tenido misericordia de vosotros. Cántico (Col 1, 12-20) Damos gracias a Dios padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención,

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el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz. Ant. Bendecid al Dios del cielo y ensalzadlo ante todos los vivientes, porque ha tenido misericordia de vosotros. LECTURA BREVE Ap l. 4b- 5 Gracia y paz a vosotros de parte del que es, del que era y del que viene, y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono, y de parte de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra, que nos amó y nos ha librado de nuestros pecados por su sangre. RESPONSORIO BREVE R/. Subió el aroma de los perfumes * a la presencia del Señor. Subió. V/. Por manos del ángel. * A la presencia del Señor. Gloria al Padre. Subió. Magníficat, ant. Príncipe glorioso, arcángel Rafael, sé nuestro protector; ruega siempre y en todo lugar por nosotros al Hijo de Dios. PRECES Pidamos al Señor estar siempre dispuestos a escuchar sus palabras, junto con los ángeles. que siempre hacen su voluntad. Oremos, pues. diciendo: Te rogamos, óyenos. Que por manos de los ángeles, como perfume aromático, - nuestras oraciones lleguen hasta ti.

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Que por manos de tu ángel, nuestras ofrendas sean llevadas a tu presencia, - hasta el altar del cielo. Que con la numerosa milicia celestial podamos dar gloria al Dios Altísimo, - y anunciar en la tierra paz a los hombres. Que el arcángel Rafael a quien encomendaste acompañar y proteger a Tobías, - guíe y apoye nuestra misión junto a quien sufre. Que los ángeles nos reciban al término de nuestra vida, - y nos lleven a la patria del paraíso. Que el arcángel San Rafael acompañe a las almas de nuestros difuntos, - a la paz y felicidad del cielo. Padre nuestro. Oración como en Laudes

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Tercer sábado de noviembre PATROCINIO DE SANTA MARÍA VIRGEN SOBRE LA ORDEN HOSPITALARIA Solemnidad La Virgen María es modelo de consagración en Hospitalidad y, como “Madre de Misericordia” y “Salud de los enfermos”, enseña a la comunidad hospitalaria a compartir el dolor humano y a aliviar las penas y tribulaciones de quienes sufre. El Patrocinio de María “es la fiesta principal con la que la Orden Hospitalaria venera a la Virgen María. Esta devoción tiene origen en una piadosa tradición, según la cual la Virgen María se apareció a Juan de Dios a punto de morir: lo confortó, enjugó el sudor de su frente y le prometió que protegería siempre a sus hijos, a los enfermos por ellos asistidos y a sus bienhechores. Esta fiesta litúrgica, aunque parece que ya se celebraba anteriormente, fue instituida oficialmente en el Capítulo General de 1736, que en el cuarto Decreto dispuso: “Para implorar el especial patrocinio de la Santísima Virgen sobre nuestra Orden, teniendo en cuenta la especial devoción que se debe tener a tan gran Protectora, se ha determinado y establecido que en el futuro la Fiesta... sea una de las principales de la Orden. Se manda que en todos los conventos de la misma se celebre con la mayor solemnidad el tercer domingo de noviembre”. El 7 de enero de 1817, Pío VII confirmó el Decreto del Capítulo General del 22 de abril de 1736. La reforma del Calendario de nuestra Orden en 1975, fijó la fiesta en el tercer sábado de noviembre. I Vísperas HIMNO Estrella y camino, prodigio de amor, de tu mano, Madre, hallamos a Dios. Todos los siglos están mirando hacia ti, todos escuchan tu voz temblando en un sí, cielos y tierra se dan en tu corazón, como un abrazo de paz, ternura y perdón. Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal, en tu regazo le ven el rey y el zagal. Tú nos lo diste en la cruz, altar de dolor, muerto en tus brazos está un Dios Redentor. Toda la Iglesia con fe eleva un clamor, puestos los ojos en ti, la Madre de Dios. Puente y sendero de amor, sublime misión, la de traernos a Dios en tu corazón.

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Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. 1. ¡Qué cosas tan gloriosas se dicen de ti, Virgen María! Salmo 112 Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre: de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, Su gloria sobre los cielos. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?

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Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo; a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos. Ant.¡Qué cosas tan gloriosas se dicen de ti, Virgen María! Ant. 2. Con todo el corazón y toda el alma, cantemos la gloria de Cristo. Salmo 147 Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti; ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra y su palabra corre veloz; manda la nieve como lana, esparce la escarcha como ceniza; hace caer el hielo como migajas

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y con el frío congela las aguas; envía una orden y se derriten; sopla su aliento y corren. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. Ant. Con todo el corazón y toda el alma, cantemos la gloria de Cristo. Ant.3. Celebremos con gozo esta solemnidad de Santa María Virgen. Cántico (Ef l, 3-10) Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. El nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

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El nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

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Ant. Celebremos con gozo esta solemnidad de Santa María Virgen. LECTURA BREVE Gal 4, 4-5 Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. RESPONSORIO BREVE R/. Será María un refugio.*Para los pobres. Será María. V/. Amparo en los tiempos de angustia. * Para los pobres. Gloria al Padre. Será María. Magníf. Ant. Celebremos con devoción esta solemnidad de la Santísima Virgen María, que intercede por nosotros ante el Señor. PRECES Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Que la llena de gracia interceda por nosotros. Oh Dios, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, - haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.

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Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores, - y a todos abundancia de salud y de paz. Tu que hiciste de María la llena de gracia, - concédenos la abundancia de tu gracia en el ejercicio de nuestra misión. Haz, Señor, que tu Iglesia -tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, - y que perseveremos unánimes en la oración con María la madre de Jesús y en el servicio a los pobres y enfermos. Tú que nos has llamado al- apostolado de la hospitalidad y nos has puesto bajo el patrocinio de Maria, - otórganos tu ayuda, asiste a nuestros colaboradores, consuela a los afligidos, alivia a los enfermos y recibe a nuestros difuntos en el reino de tu gloria. Padre nuestro. Oración Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen María nos has colmado de continuos beneficios: te pedimos que, quienes celebramos hoy con gozo su solemnidad, defendidos con su ayuda, lleguemos a la gloria del cielo. Por nuestro Señor.

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__________________________________________________________________________________ INVITATORIO Ant. Venid, aclamemos al Señor, al celebrar el Patrocinio de la Virgen María. Salmo invitatorio como en el Ordinario (p. …). __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura HIMNO María, pureza en vuelo, Virgen de vírgenes, danos la gracia de ser humanos sin olvidarnos del cielo. Enséñanos a vivir; ayúdenos tu oración; danos en la tentación la gracia de resistir. Honor a la Trinidad por esta limpia victoria. Y gloria por esta gloria que alegra la cristiandad. Amen.

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Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. SALMODIA Ant. 1. Atráenos a ti, Virgen inmaculada; te seguiremos atraídos por tu gracia celestial. Salmo 23 Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? - El hombre de manos inocentes

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y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura contra el prójimo en falso, Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. -Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. -¿Quién es ese Rey de la gloria? - El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra. ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria.

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¿Quién es ese Rey de la gloria? - El Señor, Dios de los ejércitos. El es el Rey de la gloria. Ant. Atráenos a ti, Virgen inmaculada; te seguiremos atraídos por tu gracia celestial. Ant. 2. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú entre las mujeres. Salmo 45 Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar. Que hiervan y bramen sus olas, que sacudan a los montes con su furia: El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.

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Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora. Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan; pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Venid a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra: Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe, rompe los arcos, quiebra las lanzas, prende fuego a los escudos. «Rendíos, reconoced que yo soy Dios: más alto que los pueblos, más alto que la tierra» El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Ant. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú entre las mujeres. Ant. 3. Dichosa tú, Virgen María: has engendrado a quien te creó y permaneces siempre virgen. Salmo 86 Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! «Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles, filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.» Se dirá de Sión: «Uno por uno; todos han nacido en ella. el Altísimo en persona la ha fundado.» El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Este ha nacido allí.» y cantarán mientras danzan:

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«Todas mis fuentes están en ti.» Ant.Dichosa tú, Virgen María: has engendrado a quien te creó y permaneces siempre virgen. PRIMERA LECTURA Del libro del profeta Isaías

7, 10-14; 11, 1-9

El Emmanuel, rey pacífico

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En aquellos días, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel (que significa «Dios-con-nosotros»). Brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo; porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar.» RESPONSORIO Is 7, 14; 9, 6. 7 R/. Mirad, la virgen está encinta y dará a luz un hijo, * y será su nombre: Maravilla de consejero, Dios guerrero. V/. Sobre el trono de David y sobre su reino se sentará para siempre. Y es su nombre. SEGUNDA LECTURA De los escritos del Beato Braulio María Corres, sacerdote. (Proceso de Canonización. Escritos, Vol. 6,4: El Patrocinio de María, pp. 71-78. Rev.: “Caridad y Ciencia”, Nov. 1931).

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La razón del Patrocinio de María es su maternidad El tercer sábado del mes de Noviembre, celebramos una fiesta particular en honra de la Madre de Dios con el título del Patrocinio de María. España fue la primera en celebrar esta fiesta. El Papa Alejandro VII en la Bula Preclara christianorum del 28 de julio de 1656 la concedió a España y sus dominios a petición del Rey Felipe IV, y paulatinamente fue extendiéndose por las demás naciones. Benedicto XIII el 13 de Agosto de 1725 mandó celebrarla en todo el estado pontificio, luego fue concediéndose en muchas regiones y Diócesis y también a no pocas órdenes religiosas entre las que se cuenta la Hospitalaria de San Juan de Dios. A los motivos de interés general puede añadir la Orden Hospitalaria otros muchos particulares que urgen la celebración de esta fiesta con la mayor devoción y solemnidad. En efecto: conocidos son de todos, los favores especiales concedidos por la Madre de Dios a su amante siervo S. Juan de Dios. Fuenterrabía, Guadalupe y la Capilla del Sagrario de la Catedral de Granada, están predicando esta protección con las voces más elocuentes y son a la vez pruebas evidentes de que la sombra de la protección de la Virgen cobijaba a nuestro Padre, no sólo en los peligros, sino también cuando el Santo aspirando a mayor perfección acudía a los pies de Ntra. Señora e imploraba su auxilio. Pero donde campea esta protección mostrándose de una manera precisa, determinante y categórica, no sólo al Sto. Fundador, sino también a todos sus hijos, es en la Visita y Promesa de protección hecha en la hora de su muerte. Es el Patrocinio de María un oficio, una cualidad de la Virgen Santísima, una como aureola que afluye a todas las demás prerrogativas, gracias y privilegios por la que nos ampara, protege y defiende. El Dios Eterno preparó a la criatura nobilísima por excelencia con las mayores gracias, dones y privilegios, para que fuera digna Madre de Dios; y cuando ya estaba preparada para tan elevada dignidad, el Verbo Eterno se hizo hombre en su casto seno. María es Madre de Dios... Jesús, que se hizo hombre para ser nuestro Redentor, quiso asociarse a la Virgen para ser nuestra Corredentora; y por eso la Santísima Virgen se halla también presente en aquel monte santo, altar de sacrificio. Entonces nos amparó bajo el manto de su dolor mereciendo así ser nuestra Madre, título que le dio su mismo Hijo desde la Cruz. En expresión de S. Bernardo, desde aquella hora María extendió el manto de la maternidad, es decir, del amor más tierno, de la protección más poderosa, del amparo más seguro sobre todos los hombres representados en Juan (S. Juan XIX - 27). María es nuestra Madre, nuestro amor, nuestro amparo, nuestro Patrocinio... El Patrocinio sigue a su maternidad como el efecto a la causa. Nos protege porque es Madre. La Razón del Patrocinio singular de María es su maternidad purísima; a la vez este patrocinio es un título de su maternidad. El ser Madre nuestra lo adquirió María Santísima en virtud de varios títulos a cual más poderosos, que los teólogos ilustran con razones convincentes. Pero aunque ninguno de ellos existiera, María sería nuestra verdadera Madre por ser nuestro Patrocinio. Y lo fue en primer lugar, de una manera admirable de todo el género humano, prestando su consentimiento a la Encarnación del Verbo, y lo es ahora por el singular amparo y protección que como Madre nuestra ejerce obteniéndonos los frutos de la Redención,

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ya que el Señor ha dispuesto que todas las gracias nos vengan por medio de María. María es puente, anillo, escala y tálamo en que se unen el cielo y la tierra para que lleguen hasta nosotros las bendiciones del cielo, a la par que llegan hasta Dios los ayes angustiosos del humano linaje. RESPONSORIO R/. Verdaderamente, bendita tú entre las mujeres, pues has cambiado la maldición de Eva en bendición. *Por medio de ti la bendición del Padre ha brillado para los hombres. V/. Por medio de ti encuentran salvación tus progenitores. Por medio de ti la bendición. HIMNO Te Deum (p. …). Oración como en Laudes. O bien: SEGUNDA LECTURA De la Constitución dogmática Lumen géntium, sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano segundo. (Núms.61-62) La maternidad de María en la economía de la gracia

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La Santísima Virgen, desde toda la eternidad, fue predestinada como Madre de Dios, al mismo tiempo que la encarnación del Verbo, y por disposición de la divina providencia fue en la tierra la madre excelsa del divino Redentor y, de forma singular, la generosa colaboradora entre todas las criaturas y la humilde esclava del Señor. Concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándolo al Padre en el templo, padeciendo con su Hijo cuando él moría en la cruz, cooperó de forma única a la obra del Salvador, por su obediencia, su fe, su esperanza y su ardiente caridad, para restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por todo ello es nuestra madre en el orden de la gracia. Ya desde el consentimiento que prestó fielmente en la anunciación y que mantuvo sin vacilar al pie de la cruz, hasta el momento de la consumación final de todos los elegidos, pervive sin cesar en la economía de la gracia esta maternidad de María. Porque, después de su asunción a los cielos, no ha abandonado esta misión salvadora, sino que con su constante intercesión continúa consiguiéndonos los dones de la salvación eterna. Con su amor materno, vela sobre los hermanos de su Hijo que todavía peregrinan y que se encuentran en peligro y angustia, hasta que sean conducidos a la patria del cielo. Por todo ello, la bienaventurada Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de abogada, auxiliadora, socorro, mediadora. Sin embargo, estos títulos hay que entenderlos de tal forma que no disminuyan ni añadan nada a la dignidad y eficacia de Cristo, único mediador.

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Ninguna criatura podrá nunca compararse con el Verbo encarnado, Redentor nuestro. Pero así como el sacerdocio de Cristo se participa de diversas formas, tanto por los ministros sagrados como por el pueblo fiel, y así como la única bondad divina se difunde realmente de formas diversas en las criaturas, igualmente la única mediación del Redentor no excluye, sino que suscita en las criaturas diversas clases de cooperación, participada de la única fuente. La Iglesia no duda en confesar esta función subordinada de María, la experimenta continuamente y la recomienda a la piedad de los fieles, para que, apoyados en esta protección maternal, se unan con mayor intimidad al Mediador y Salvador. RESPONSORIO R/. No sé con qué alabanzas ensalzarte, oh santa e inmaculada virginidad. * Porque llevaste en tu seno al que los cielos no pueden abarcar. V/. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. * Porque llevaste. HIMNO Te Deum (p. …). Laudes HIMNO Quién podrá tanto alabarte según es tu merecer; quién sabrá tan bien loarte que no le falte saber; pues que para nos valer tanto vales, da remedio a nuestros males.

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¡Oh Madre de Dios y hombre! ¡Oh concierto de concordia! Tú que tienes por renombre Madre de misericordia; pues para quitar discordia tanto vales, da remedio a nuestros males. Tú que estabas ya criada cuando el mundo se crió; tu que estabas muy guardada para quien de ti nació; pues por ti nos conoció si nos vales, fenecerán nuestros males.

Liturgia de las Horas


Tú que eres flor de las flores, tú que del cielo eres puerta, tú que eres olor de olores, tú que das gloria muy cierta; si de la muerte muy muerta no nos vales, no hay remedio a nuestros males. Amén. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. 1. El Señor le ha confiado la bendición de todos los pueblos y en ella ha confirmado su alianza. Salmos y cántico del domingo de la I semana. Ant. 2. Te has ofrecido toda entera para socorrer a tu pueblo. Ant. 3. Virgen Madre de Dios, acuérdate de interceder por nosotros en la presencia del Señor. LECTURA BREVE Heb 4, 14-16 Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un Sumo Sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.

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Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente. RESPONSORIO BREVE R/. Santa Maria, Madre de Cristo, * Escucha la oración de tus siervos. Santa María. V/. Alcánzanos la misericordia del Señor. * Escucha. Gloria al Padre. Benedictus, ant. Jesús dijo a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. PRECES Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros. Salvador del mundo, que, con la eficacia de tu redención, preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado, - líbranos a nosotros de toda culpa. Redentor nuestro, que hiciste de la Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo,

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- haz también de nosotros templos de tu Espíritu. Verbo eterno del Padre, que enseñaste a María a escoger la mejor parte, - ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna. Rey de reyes, que elevaste contigo al cielo en cuerpo y alma a tu Madre, - haz que aspiremos siempre a los bienes del cielo, sirviendo a los pobres y enfermos. Señor del cielo y de la tierra, que has puesto a nuestra Orden bajo el Patrocinio de la Virgen María, - danos un día el gozo de tener parte en la gloria. Padre nuestro. Oración Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen Maria nos has colmado de continuos beneficios: te pedimos que, quienes celebramos hoy con gozo su solemnidad, defendidos con su ayuda, lleguemos a la gloria del cielo. Por nuestro Señor. Conclusión de la Hora como en el Ordinario. Hora intermedia Salmodia complementaria.

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TERCIA Ant. Eres madre admirable, Virgen María, y digna del perenne recuerdo de tus hijos. LECTURA BREVE Pro 8, 34-35 Dichoso el hombre que me escucha, velando en mi portal cada día, guardando las jambas de mi puerta. Quien me alcanza la vida y goza del favor del Señor. V/. Quien me alcanza, alcanza la vida. R/. Y goza del favor del Señor. SEXTA Ant. Sea vuestra delicia la misericordia del Señor; no os avergoncéis de alabarlo. LECTURA BREVE Cfr Sir 24, 15-16 En Sión me estableció; en la ciudad escogida me hizo descansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad.

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V/. Mi recuerdo es más dulce que la miel. R/. Poseerme es más dulce que el panal de miel. NONA Ant. Con sus manos planta una viña y sus hijos la proclaman bienaventurada LECTURA BREVE Sir 24, 17-18 Como una vid hermosa retoñé: mis flores y frutos son bellos y abundantes. Yo soy la madre del amor puro, del temor, del conocimiento y de la esperanza santa. En mí está toda gracia de camino y de verdad, en mí toda esperanza de vida y virtud. V/. Mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña. R/. Protege la cepa que tu diestra plantó. Segundas Vísperas HIMNO

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Salve, Madre, en la tierra de mis amores te saludan los cantos que alza el amor. Reina de nuestras almas, flor de las flores, muestra aquí de tus glorias los resplandores, que en el cielo tan solo te aman mejor. Virgen santa, Virgen pura, vida, esperanza y dulzura del alma que en ti confía, Madre de Dios, Madre mía, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti, mas si mi amor te olvidare, Madre mía, Madre mía, aunque mi amor te olvidare, tú no te olvides de mí. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Ant. 1. Alégrate, María, llena de gracia; el Señor está contigo. Salmo 121 ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor!”

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Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar, el nombre, del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios. Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo». Por la casa del Señor nuestro Dios, te deseo todo bien. Ant. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Ant. 2. Dichosa eres, Virgen María, que -llevaste en tu seno al Creador del universo. Salmo 126 Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba:

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no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza. Ant. Dichosa eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al Creador del universo. Ant. 3. Tú eres la mujer a quien Dios ha bendecido, pues por ti hemos recibido el fruto de la vida. Cántico (Ef l, 3-10) Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

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Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Ant. Tú eres la mujer a quien Dios ha bendecido, pues por ti hemos recibido el fruto de la vida. LECTURA BREVE Ga 4. 4-5 Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

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RESPONSORIO BREVE R/. Alégrate, María, llena de gracia; *el Señor está contigo. Alégrate. V/. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. *El Señor está contigo. Gloria al Padre. Alégrate. Magníficat, ant. Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. PRECES Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Que la llena de gracia interceda por nosotros. Oh Dios, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, - haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria. Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores, - y a todos abundancia de salud y de paz.

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Tu que hiciste de María la llena de gracia, - concédenos la abundancia de tu gracia en el ejercicio de nuestra misión. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, - y que perseveremos unánimes en la oración con María la madre de Jesús y en el servicio a los pobres y enfermos. Tú que nos has llamado al apostolado de la hospitalidad y nos has puesto bajo el patrocinio de Maria, - otórganos tu ayuda, asiste a nuestros colaboradores, consuela a los afligidos, alivia a los enfermos y recibe a nuestros difuntos en el reino de tu gloria. Padre nuestro. Oración Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen María nos has colmado de continuos beneficios: te pedimos que, quienes celebramos hoy con gozo su solemnidad, defendidos con su ayuda, lleguemos a la gloria del cielo. Por nuestro Señor. Conclusión de la Hora como en el Ordinario.

Liturgia de las Horas


28 de noviembre TRASLACIÓN DE LAS RELIQUIAS DE SAN JUAN DE DIOS Memoria libre San Juan de Dios, muerto en Granada el 8 de marzo de 1550, fue sepultado en la iglesia de Santa María de la Victoria, de la Orden de San Francisco de Paula. Más tarde, el 28 de noviembre de 1664, los hermanos hospitalarios consiguieron que las reliquias del venerado Fundador fueran trasladadas a la iglesia de su hospital, en la misma ciudad de Granada, colocándolas honoríficamente, con gran júbilo, en el altar mayor. El Superior General, Fr. Alonso de Jesús Ortega, construyó una hermosa iglesia dedicada al santo Fundador y colocó sus reliquias en el “Camarín”, sobre el altar mayor. Benedicto XV la elevó a Basílica el 20 de diciembre de 1916. Salmos y antífonas del día de la semana, excepto lo siguiente. __________________________________________________________________________________ INVITATORIO Ant. Al Rey de la gloria, que inflamó de caridad el corazón de Juan de Dios, venid, adorémosle.

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Salmo invitatorio como en el Ordinario (p. …). __________________________________________________________________________________ Oficio de lectura HIMNO Entonemos un Himno de gloria al que fue del amor adalid. Caridad fue su lema y victoria cual gigante, luchando en la lid. Caridad fue su lema y victoria, cual gigante, luchando en la lid. Su bandera triunfante en Granada, con su ejemplo de mártir dejó, y avanzando, cual dulce alborada, nuevos lirios y rosas plantó. De sus hijos el pecho se inflama en volcanes de fe y caridad, y su mano benigna derrama

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los carismas de amor y de paz. Y su mano, benigna derrama los carismas de amor y de Paz. Era el Buen Samaritano, Juan de Dios, tu gran modelo y por eso fue tu anhelo vivir siempre en caridad. Hoy tu especial patrocinio es cual iris de esperanza. Envíanos, sin tardanza, el favor de tu piedad. Los pobres todos te invocan, los dolientes a ti miran, y tus hijos solo aspiran a imitar tu caridad. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Salmos y antífonas del día. SEGUNDA LECTURA De los escritos del beato Braulio María Corres, sacerdote. (Proceso de Canonización. Escritos, Vol. 6,6: Con motivo de la fiesta de la Traslación de las Reliquias de N.P. San Juan de Dios, pp. 89-96. Rev. “Caridad y Ciencia”, Nov. 1933). Traslación de las Reliquias de N.P. San Juan de Dios. Hoy los Hermanos de San Juan de Dios honramos a nuestro Padre en el día de la Traslación de sus Reliquias, que son, al mismo tiempo que alabanzas, un bosquejo moral a través del cual vislumbramos la persona del Santo, sus hazañas espirituales, su vida, su espíritu íntimamente penetrado del espíritu de Dios y por lo mismo viviendo al unísono con las predicaciones de la Escritura Santa. Si quieres ser perfecto, anda, vende cuanto tienes y dalo a los pobres. (Mt 19, 21) El Santo siempre buscó la perfección; dio todos sus bienes a los pobres y no contento con esto se dio a sí mismo para ser su providencia; siguió al Divino Maestro y el término de su preciosa vida fue un abrazo estrechísimo de amor a Jesucristo en el cual murió. Ni la muerte fue capaz de separarle del amor de Cristo. No podía por menos. Una vida de tanta caridad no podía menos de rematarse por un rompimiento cuyo golpe lo diera la misma fuerza del amor. La Iglesia viene a decirnos cuál fue el curso de los Santos, cómo se elevaron a Dios, con cuánto ardor y energía anduvieron por ese camino para animarnos a seguir el mismo sendero marchando con santa intrepidez para mejor dar fin a tan noble empresa.

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La Iglesia le aplica aquellas palabras de San Juan: Carísimo, te portas como fiel en todo lo que practicas con los hermanos especialmente con los peregrinos, los cuales han dado testimonio de tu caridad públicamente en la Iglesia. Magnífico elogio del varón misericordioso. Fiel se llama a los seguidores de Cristo y los fieles han visto al varón lleno de misericordia, han presenciado sus ejemplos y gozado de sus bondades. Todos dan testimonio de Juan de Dios: los pobres, las viudas, los enfermos y abandonados, los niños; dan testimonio de su caridad los hambrientos, los apurados en trances difíciles, hasta los ricos y poderosos a cuyas puertas ha llamado pidiendo para el pobre. El amor de Juan a Cristo superior a todas las miserias humanas le hizo cargar con ellas y el beso rechinante de afecto celestial, que imprime en la imagen del Redentor, la espada que separó de un golpe su dichosa alma del cuerpo arrodillado. Voló el alma al seno de Dios pero su cuerpo, para consuelo nuestro, quedó depositado en el precioso sepulcro que sus Hijos supieron fabricarle, riquísima joya que el pueblo de Granada sabe guardar con respeto y veneración profunda. Los muros de su santo templo son testigos de los cantos enamorados del pueblo; un canto a aquel cuyas reliquias guardadas en sepulcro de oro enriquecen la ínclita ciudad (de Granada), esta recuerda llena de júbilo a aquel cuyo espíritu llevado al cielo vive eternamente en el seno de Dios.

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Con estos rasgos verás una parte del preciosísimo cuadro vivo que representa al gran héroe de la caridad, al encendido Hospitalario, Padre de los pobres, San Juan de Dios, admiración del mundo, Maestro y Padre de la familia religiosa hospitalaria. No dudo que su contemplación impresionará tu corazón deseoso de imitarle. RESPONSORIO 2Tm 4, 7-8; Fil 3, 8-10 R/. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe: * Ahora me aguarda la corona de justicia. V/. Todo lo estimo pérdida comparado con el conocimiento de Cristo, y la comunión en sus padecimientos, muriendo su misma muerte. R/. Ahora me aguarda la corona de justicia. Oración como en Laudes. Laudes HIMNO Juan de Dios, eres vida, luz y amor. Al nacer eres semilla,

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frondoso granado en flor, que producirá en su día, frutos sangrantes de amor. Eres la granada abierta, que extiendes en derredor la dulzura de tus frutos, envuelto en tu pudor. Eres vida en mis andares, eres luz en mis caminos; en la cruz bebes a mares esos anhelos divinos que abrazan tu corazón. Todo es amor en tu vida, todo es vida en una vida que ha de morirse de amor. Eres fuego, Padre mío, eres mío Juan de Dios. Amén Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. Salmodia del día de la semana. LECTURA BREVE 1Jn 4, 19-21 En esto ha llegado, el ,amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del Juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor. R/. Amémonos unos a otros, *Ya que el amor es de Dios. Amémonos. V/. Y nosotros hemos creído en el amor. *Ya que el amor es de Dios. Gloria al Padre. Amémonos. Benedictus, ant. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros. PRECES Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días, aclamémosle diciendo: Tú sólo eres santo, Señor. Señor nuestro Jesucristo, que has querido llamarnos para que, a ejemplo tuyo, vivamos en castidad, obediencia y pobreza, y practicando la misericordia: - te alabamos, y te pedimos humildemente que nos ayudes a perseverar con fidelidad en el camino

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emprendido. Que todo el día de hoy sepamos dar buen testimonio del nombre cristiano, - y ofrezcamos nuestra jornada como oblación santa y agradable al Padre. Enséñanos, Señor, a descubrir tu imagen en todos los hombres, - haz que aprendamos a servirte en cada uno de ellos. A los enfermos y a todos los que has asociado a los sufrimientos de tu pasión, - concédeles fortaleza y paciencia. Te pedimos, Señor, que envíes sin cesar trabajadores idóneos a la viña de tu Iglesia - y que mandes siempre a nuestra Orden nuevos operarios, que consagren su vida- con generosidad al servicio del prójimo necesitado, Haz, Señor, que el amor verdadero que impulsó a San Juan de Dios durante su vida, vivifique cada día más a la Orden Hospitalaria, - y que nosotros, sus hijos, y seguidores, vivamos en todo el mundo, con un solo corazón y una sola alma. Padre nuestro. Oración

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Oh Dios, que eres amor y nos mandas permanecer en el amor, concédenos imitar de tal forma los ejemplos de San Juan de Dios, en el arduo ejercicio de tan gran virtud, que lleguemos en su compañía a los gozos eternos. Por nuestro Señor. Conclusión de la Hora como en el Ordinario. Hora intermedia Salmodia del día de la semana. Vísperas HIMNO Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del calvario, Granada será tu cruz. La espalda de la miseria es alta y es escarpada. Hombres y penas y harapos

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se suben a tus espaldas. Todo el dolor de este mundo te cuelga de la mirada. Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del Calvario, Granada será tu cruz. Los ángeles de Granada tienen llagas en las alas. Por calles y por placetas, hay palomas asustadas. Dios va dejando sus dones donde pisan tus sandalias. Para la noche del alma, Granada será tu luz. Para la luz del Calvario, Granada será tu cruz. Se puede elegir otro himno o canto aprobado por la autoridad eclesiástica. LECTURA BREVE 1 Jn 4, 8-10 Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. RESPONSORIO BREVE R/. Amémonos unos a otros, * Ya que el amor es de Dios. Amémonos. V/. Quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. *Ya que el amor es de Dios. Gloria al Padre. Amémonos. Magníficat, ant. Juan de Dios, guíanos por el camino de la hospitalidad y en la hora de la muerte acógenos junto a ti. PRECES Por intercesión de san Juan Menni de Dios, acudamos con sincero corazón a Cristo el Señor, que pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a todos, y supliquémosle diciendo: Concédenos, Señor, imitar tu caridad. Oh Señor, que te comparaste a la vid y a nosotros a los sarmientos, - enséñanos a permanecer en tu amor, para que demos fruto abundante en las obras de misericordia.

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Maestro bueno, que enviaste a tus apóstoles a anunciar el reino de Dios y a curar a los enfermos, - concédenos vivir en el amor, teniendo un solo corazón y una sola alma, para que así caminemos como pide la vocación a la que hemos sido llamados. Salvador nuestro, que das la salud al cuerpo y al alma, - asiste a los médicos, a los enfermeros y a todos los que colaboran con nosotros en el ministerio de la hospitalidad. Señor misericordioso, que llevado de tu bondad imponías las manos a los enfermos y 1os curabas, - conforta a todos los que sufren y sana sus heridas y todos sus males. Señor Jesús, tú que eres nuestra salvación, vida y resurrección, - recibe benigno en la ciudad celeste a nuestros Hermanos, familiares, colaboradores y enfermos fallecidos en las obras apostólicas de la Orden que ya duermen el sueño de la paz. Padre nuestro. Oración

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Oh Dios, que eres amor y nos mandas permanecer en el amor, concédenos imitar de tal forma los ejemplos de San Juan de Dios, en el arduo ejercicio de tan gran virtud, que lleguemos en su compañía a los gozos eternos. Por nuestro Señor. Conclusión de la Hora como en el Ordinario.

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VENERABLE WILLIAM GAGNON

24 de abril VENERABLE WILLIAM GAGNON Hermano de San Juan de Dios Memoria El Hno. William Gagnon, nacido y bautizado en Dover, New Hampshire (Estados Unidos), de padres canadienses franceses y fallecido el 28 de febrero de 1972 en Saigón (Vietnam del Sur), es un misionero canadiense. El 16 de diciembre de 2015 fue declarado venerable por el Papa Francisco. Al emigrar con su familia a Nueva Inglaterra y Quebec, fue llamado durante su juventud para cuidar de los demás. Su búsqueda vocacional fue sellada el 20 de noviembre de 1932 por su primera profesión dentro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en Montreal, Canadá. Después de haber ejercido diversas funciones, su sueño misionero se hizo realidad cuando llegó con dos Hermanos canadienses a la Misión de Bùi-Chu, en el norte de Vietnam, el 18 de enero de 1952. Durante diecisiete años, su acción apostólica se centró en el establecimiento de la Orden en Vietnam, en la atención a los miles de refugiados. Quería dar su vida al ritmo del Sagrado Corazón de Jesús, bajo la mirada protectora de la Virgen María. Agotado por entregarse sin contar, el hermano William murió en Saigón el 28 de febrero de 1972, en olor de santidad. Desde entonces, ha tenido derecho a un juicio diocesano en Montreal en 2000 (incluida la investigación diocesana de Xuân-Lôc, en Vietnam, realizada en 1999). Todo fue aprobado el 30 de noviembre de 2001 en Roma, como causa de la diócesis de Montreal. El 9 de junio de 2008, la Postulación General de la Orden Hospitalaria entregó a la Congregación para las Causas de los Santos la Positio (expediente) del hermano William Gagnon, o.h. para estudiar la práctica heroica de las virtudes en la vida del Siervo de Dios. Este estudio es necesario para conducir el caso bajo un título venerable. Este paso se dio el 16 de diciembre de 2015, se reconoció el carácter heroico de sus virtudes y fue declarado venerable por el Papa Francisco.

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23 de diciembre VENERABLE FRANCISCO CAMACHO Hermano de San Juan de Dios (1630 – 1698) Memoria Nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), en 1630; falleció en Lima (Perú), el 23 de diciembre de 1698. Venerable religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Un hombre singular por el ejercicio de la caridad sin límites, por la experiencia de las cosas del espíritu, la vivencia de las virtudes heroicas y espiritualidad hospitalaria, singular por las gracias recibidas de Dios y por su correspondencia a ellas. Fue bautizado el 20 de mayo del mismo año de su nacimiento. La Providencia le guió por los mismos caminos que había recorrido el que había de ser su modelo y guía de consagración a Dios y a los que sufren, san Juan de Dios. De joven ayuda a su familia como jornalero agrícola.

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A los veinte años se incorpora a la vida militar, asiste a la guerra en Cataluña y participa en la defensa de Lérida, liberada del asedio de los franceses (18 de junio de 1647) y con la conquista de Barcelona (11 de octubre de 1652) termina la contienda. Entra entonces en la Marina Real y su barco es asignado a la defensa de las costas de Andalucía. Por el año 1653, estando en Cádiz, es condenado a muerte, pero fue perdonado en el último momento y confirmado en el servicio. Se alista después como sargento en una escuadra naval que sale para América. Desembarca en Cartagena de Indias (Colombia). Cae enfermo, es atendido y curado, en el hospital de los Hermanos de San Juan de Dios que atendían en aquella ciudad un importante hospital, donde se habían establecido en 1572, a su vez gestionaban el hospital de San Sebastián. Curado se retira del servicio militar y viaja por Colombia, Ecuador y Perú. Se establece en Lima (Perú), donde dirige una gran hacienda, pero a los tres años renuncia, igual que a la vida militar, y comienza un tiempo de búsqueda y aventuras por varios países, sin conseguir dar sentido a su vida. En 1663, al escuchar un sermón del padre Francisco del Castillo, jesuita, recibe tal impacto en su interior que queda impresionado y sigue sus consejos. Vuelto a Lima, en señal de conversión sincera a Dios, se dedicó a la vida penitente, humillaciones y vida de oración, por lo que fue tratado de loco, y como tal, recluido en un hospital, lo cual le resultó una experiencia positiva. Hace un profundo discernimiento y tiene una memorable experiencia entre enfermos mentales. El 2 de octubre de 1663, toma una importante decisión en su vida e ingresa en la Orden Hospitalaria

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VENERABLE FRANCISCO CAMACHO

El 4 de octubre de 1664, hace la profesión religiosa de los votos de obediencia, pobreza, castidad y hospitalidad, y se queda en la misma comunidad como enfermero y limosnero durante el resto de su vida, consagrándose totalmente y para siempre a la hospitalidad. Con la nueva vida como religioso «juandediano», se convierte en el «caballero de la caridad» y «apóstol de la justicia social». Recorre la ciudad durante sus treinta y cuatro años de vida religiosa, pidiendo limosna para el sostenimiento del hospital, hasta que al fin se hace preciso construir uno nuevo, siendo él personalmente el alma del mismo. Quiso desde el primer momento, que fueran la obediencia y la humildad los distintivos propios de su vida, después de haber dejado la coraza militar para tomar el hábito, el crucifijo y la oración. Expresaba pues su amor entrañable al pobre y se identificaba con él, mientras lo enriquecía material y espiritualmente. Dedicaba todo su tiempo al hospital. Igual se le veía curando y asistiendo a los enfermos, que orando en intimidad con su «Amigo», o salía a pedir humildemente como limosnero de Lima, con celo infatigable. Por eso se decía, que lo mismo socorría a los pobres con la oración que con su servicio de caridad. Aparte de su labor directa en el hospital, siempre estaba abierto ante el dolor, la angustia, la miseria, el hambre, socorriendo y manteniendo diversas obras pías, a familias indigentes, a jóvenes en peligro y a gran número de pobres. Incluso se dedicó a la rehabilitación de las mujeres que se dedicaban a la prostitución. En el Hno. Francisco Camacho lo extraño resultaba natural; lo sorprendente, cotidiano; de tal manera que era natural descubrir en él dotes sobrenaturales de místico, vidente y profeta. Admirado y venerado en vida, murió de hidropesía en Lima el 23 de diciembre de 1698, y su entierro constituyó una manifestación de triunfo, al ser el humilde exaltado, hasta el punto que participaron en él, en pleno, las autoridades y todo el pueblo. Fue sepultado ante el altar de la enfermería del hospital de San Juan de Dios de Lima.. Abierto pronto el proceso de su santidad, la causa ha pasado situaciones históricas de diversa índole, siendo, al fin, aprobadas sus virtudes heroicas y proclamado venerable por el papa León XIII, el 1 de enero de 1881. En la actualidad, sus restos se conservan en la Catedral de Lima, en la capilla dedicada a Nuestra Señora de la Paz.

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21 de noviembre FORTUNATUS THANHÄUSER Hermano de San Juan de Dios (1918 – 2005) Memoria Hermano. Fortunatus (Bernhard) Thanhäuser nació el 27 de febrero de 1918, en el último año de la Primera Guerra Mundial, en Berlín Friedenau, la ciudad natal de su madre, mientras que su padre tuvo que participar como soldado en la Primera Guerra Mundial. Sus padres eran Ewald Thanhäuser (oficial forestal) y Maria (ama de casa). La familia se instaló en Volpersdorf (Silesia) después de la guerra, donde el padre de Bernhard se había convertido en jefe forestal. Bernhard Thanhäuser era el mayor de 3 hijos. Bernhard Thanhäuser se incorporó a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios a la edad de 17 años, el 27 de mayo de 1935, cuando las nubes de la Segunda Guerra Mundial se cernían sobremanera, en Breslau, en la provincia de Silesia de Polonia, donde se dirigía la Orden un gran hospital general. El provincialato y el noviciado de la provincia de Silesia también estaban situados en Breslau.

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Bernhard Thanhäuser fue admitido en el noviciado el 20 de septiembre de 1935 en Breslau y recibió el nombre religioso de HERMANO FORTUNATUS. Su primera profesión fue el 21 de noviembre de 1936 en Breslau. Recibió formación en Enfermería General (diploma) en la Escuela de Enfermería de la Orden en Breslau y posteriormente formación como técnico de laboratorio y rayos X. El Hermano Fortunatus se desempeñó, después de estos períodos de formación, como enfermero en varios departamentos del hospital de Breslau y como técnico de laboratorio y rayos X. Hizo su profesión perpetua el 10 de septiembre de 1946 en Breslau. El régimen de Adolf Hitler y la Segunda Guerra Mundial habían sido los motivos de la ampliación del noviciado y del período de 10 años de profesión temporal. No había ninguna duda sobre la vocación religiosa del H. Fortunatus. Los documentos en Breslau prueban que había recibido votos positivos de todos los hermanos profesos solemnes en las votaciones canónicas prescritas para la admisión al noviciado, para profesiones temporales y solemnes. Los mismos documentos muestran que el maestro de novicios había transferido las calificaciones máximas al Hno. Fortunatus en las valoraciones trimestrales prescritas durante el noviciado en esos días. El noviciado se había extendido por dos meses, ya que el provincial y todos los consejeros de la provincia de Silesia fueron encarcelados por la policía secreta del régimen de Adolf Hitler en la fecha prevista originalmente para la profesión temporal. La fórmula de la profesión en esos días tenía la siguiente adición: “hasta que se incorpore al servicio militar activo”, en lugar de un período de tiempo fijo, ya que Hitler había introducido el servicio militar obligatorio para todos los hombres entre 18 y 60 años, incluidos los religiosos. El Hermano Fortunatus nunca fue reclutado al servicio militar, ya que padecía una grave enfermedad de la sangre. El período de su profesión temporal continuó, por lo tanto, durante todos los años de la Segunda Guerra Mundial y la fecha de la profesión solemne no fue fijada por el entonces Prior General hasta el 10 de septiembre de 1946.

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VENERABLE FORTUNATUS THANHÄUSER

Silesia quedó bajo la administración polaca al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Los hospitales y servicios de los Hermanos en Silesia también fueron asumidos por el gobierno comunista polaco. Los Hermanos, que aún viven en los monasterios de la Orden en Silesia, incluido el Hno. Fortunatus, pudieron continuar su servicio en los trabajos anteriores de la Orden como empleados del gobierno. Los hermanos que habían estado en el servicio militar obligatorio en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial fueron hechos prisioneros de guerra al final de la guerra fueron liberados de los campos de prisioneros, pero el gobierno comunista polaco no les permitió regresar a Silesia. Fueron recibidos fraternalmente en las casas de la Provincia de Baviera, hasta que iniciaron sus propias comunidades y servicios en otras partes de Alemania Occidental. Los últimos Hermanos alemanes que aún vivian en Silesia, entre ellos el Hno. Fortunatus, había sido expulsado por el gobierno comunista polaco y deportado a Alemania Occidental en 1950. Después de permanecer un tiempo en Obermarshtal, el Hno. Fortunatus fue a Frankfurt, donde lo apostaron sus superiores. Allí fue responsable, junto con otro Hermano, de supervisar la construcción del “Brüderkrankenhaus” (Hospital de los Hermanos). Posteriormente se unieron otros hermanos de la provincia de Silesia. Prestaron atención médica y de enfermería a las personas de los alrededores y se estableció un hospital. El Hermano Fortunatus fue maestro de novicios desde 1953 hasta 1969, y luego Delegado General desde 1959 hasta 1964. Se convirtió en el primer Viceprovincial desde 1964 hasta 1968 después de la elevación de la Delegación General a la categoría de Viceprovincia. Durante 1961 a 1963 abrió un hogar para ancianos en Falkenstein, cerca de Frankfurt, y renovó el hospital de Frankfurt. Hermano. Fortunatus tenía un sueño de larga data de plantar la Orden en las misiones donde los servicios de Hospitalidad eran muy necesarios. Leyó mucho sobre las misiones en la India. Decidió que si se iba a iniciar una misión, debía ser en la India. Convencido de que la “Misión India” era la voluntad de Dios, enfrentó valientemente toda oposición. Recibió el permiso del Consejo Provincial para abrir una casa en la India, y para ello traer candidatos de la India para formarlos como Hermanos Hospitalarios. A través de contactos con el difunto arzobispo de Changanassery, Mar Mathew Kavukatt, algunos jóvenes, reclutados por el arzobispo, llegaron a Frankfurt en febrero de 1966 para la formación religiosa y la formación profesional, para poder iniciar nuevos servicios en la India junto con los hermanos alemanes más tarde. Aceptando la invitación del Arzobispo Hno. Fortunatus visitó Kerala (Kattappana) en enero de 1967 y acordó iniciar una casa de la Orden Hospitalaria y un Hospital General en Kattappana, en los Altos Rangos de Kerala, una región subdesarrollada de asentamientos nuevos en su mayoría ilegales de pobres sin tierra en los bosques del gobierno. Allí dispuso la construcción del actual Hospital St. John en Kattappana (se colocó la primera piedra el 27 de junio de 1968) y un dispensario el 8 de diciembre del mismo año. El Hermano Fortunatus regresó a Kerala el 19 de noviembre de 1969 junto con el Hno. Prakash Madappally y permaneció en la iglesia parroquial de Kattappana hasta que se construyó e inauguró una residencia para los Hermanos el 6 de abril de 1970.

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El primer edificio del actual St. John’s Hospital se inauguró en febrero de 1971. Hoy en día, esta institución se ha convertido en el hospital más grande e importante de High Ranges, que atiende a una población de aproximadamente un millón de personas. Se han agregado al hospital una Escuela de Enfermería y una Facultad de Enfermería. Fue Prior en Kattappana desde 1969-1977 y 1989-1992, Director del Hospital St. John en Kattappana desde 1969-1980, Maestro de Novicios en Kattappana desde 1970-1971, Delegado Provincial en India desde 1981-1983 y 1986-1989, y Consejero del Delegado Provincial en India desde 1989-1995. El Hermano Fortunatus no limitó sus servicios solo al hospital, sino que se dedicó a diversas obras de caridad a la manera y el espíritu de San Juan de Dios. Era muy sensible a las diversas necesidades de las personas y comenzó una serie de programas de asistencia social como Pratheeksha Bhavan (hogar para ancianos y huérfanos enfermos crónicos) con un hogar adicional para niños huérfanos y con trastornos sociales, Plan de vivienda, Programa de salud materno infantil, Asistencia financiera a los pobres, Patrocinio para la educación, Medicina para los pobres, desnutrición (almuerzos para los pobres), Proyecto Cabra, Distribución de telas,… por nombrar algunos. Por lo tanto, la gente lo venera como ‘PADRE DE LOS POBRES’.

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El Hermano Fortunatus también fundó la congregación religiosa de las Hermanas de la Caridad de San Juan de Dios, en Kattappana (Kerala, India) el 8 de septiembre de 1977, para trabajar junto con los Hermanos según el carisma y la espiritualidad de San Juan de Dios, para servir a los pobres, los enfermos y los necesitados. Las Hermanas están sirviendo a los pobres, enfermos, necesitados y ancianos en las instituciones de los Hermanos en India, Austria, Alemania, España e Italia. Y están dirigiendo varias instituciones propias en la India. A partir de 2002 fue ingresado varias veces en el hospital de Kattappana con diversos síntomas como mareos, infección del tracto urinario, próstata agrandada con engrosamiento de la pared de la vejiga, insuficiencia renal aguda hasta 2005. El 16 de noviembre de 2005 enfermó gravemente y recibió el sacramento de la unción de los enfermos administrada por el P. Peter Thomas Kandavanam CMI, el capellán del hospital, en presencia de todas las Hermanas Juan de Dios que estaban en Kattappana, Hermanos de la comunidad de Kattappana y muchos miembros del personal y estudiantes. Dios Todopoderoso y Misericordioso ha llamado a nuestro HERMANO FORTUNATUS a la patria celestial el lunes 21 de noviembre de 2005 después de un período de larga y grave enfermedad. Fue en la fiesta de la ‘Presentación de la Santísima Virgen María’ y exactamente el mismo día en que pronunció sus primeros votos hacía 69 años. A lo largo de su vida, y sobre todo, durante el tiempo que fue misionero en la India, nos dio a todos un ejemplo de gran Hermano, identificándose fuertemente con nuestro Fundador, cercano a los pobres y necesitados por quienes tenía un amor especial, ya quien ayudó en todo lo que pudo, con gran sensibilidad hacia los que sufren, sencillo en sus caminos y modales, y un hombre muy orante.

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