Otros anticuerpos monoclonales anti-IL-13, como el Lebrikizumab, han demostrado su eficacia en pacientes con periostina elevada, y el Tralokinumab, también en pacientes con periostina elevada y dipeptidil peptidasa 4 (DPP-4). En los pacientes con perfil neutrofílico, se encuentran los anticuerpos monoclonales dirigidos contra el factor de necrosis tumoral α (TNFα). Los estudios con fármacos como el Infliximab y el Golimumab obtienen escasos resultados. Nuevas dianas terapéuticas como los anticuerpos monoclonales anti-IL-9 (MEDI-528), antiIL-17: Brodalumab, anti-CD-4: Keliximab y anti-linfocitos T: Daclizumab, no están obteniendo los resultados esperados. Todas estas terapias serán importantes si somos capaces de establecer los perfiles en los pacientes con asma grave no controlada. Palabras clave: asma grave, anticuerpos monoclonales.
Introducción Desde la denominación de asma bronquial con la que se diagnosticaba esta enfermedad no hace muchos años, el concepto del asma ha recorrido muchos caminos. Actualmente contamos con buenas guías clínicas: la Guía Española de Asma (GEMA)1 y la Global Initiative for Asthma (GINA)2,que ayudan a los médicos a hablar en un mismo lenguaje. Ambas guías ofrecen pautas para clasificar con corrección los escalones de gravedad del asma y adecuar el tratamiento a dichos escalones. Asimismo, contamos con unas directrices para determinar el control del asma, e incluso predecir el riesgo futuro de la enfermedad. A pesar de todo ello, en la mayoría de los estudios de prevalencia de control de asma más del 50% de los pacientes continúan sin un control adecuado de la enfermedad3. Desde hace unos años, importantes investigadores en el mundo del asma han establecido una serie de fenotipos4,5,6 y endotipos7,8, y todo este esfuerzo va encaminado a agrupar la heterogeneidad del asma con varios objetivos. Entre ellos, además de la precisión en el diagnóstico acertado del fenotipo o endotipo, se cuenta la búsqueda de marcadores biológicos o funcionales para adecuar el tratamiento a las nuevas terapias. La guía GEMA1 considera que establecer el fenotipo del asma en los pacientes con asma grave no controlada (AGNC) constituye parte de la acción diagnóstica en la búsqueda de un tratamiento diferencial. Establece así 4 fenotipos basados en datos clínicos, datos funcionales, biomarcadores y patogenia: asma alérgica, asma eosinofílica, asma neutrofílica y asma y obesidad. Así, en la Normativa sobre asma grave no controlada9 se indica el tratamiento etiquetado como futuro según 2 fenotipos: asma eosinofílica y asma no eosinofílica. Y todo este ímpetu en la necesidad de determinar esos endotipos y fenotipos viene de la obligación de “acertar” con los fármacos adecuados que los asmólogos debemos imponernos. Y la palabra “acertar” viene a cuento por las numerosas publicaciones sobre la metáfora de las dianas terapéuticas.