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LOS PERSONAJES DE LA PASIÓN EN LA SEMANA SANTA DE ASPE
EDITA: Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Aspe. TEXTOS: Junta Mayor de Cofradías y Hermandades. FOTOGRAFÍAS: Juviloy Rubén Bonmatí Gloria Escoda David Olivares Archivo Junta Mayor
ASPE, 2015.
Edición especial conmemorativa del IV Centenario de la fundación de la Cofradía del Dulcísimo Nombre de Jesús, primera cofradía vinculada a la Semana Santa de Aspe. 1615-2015
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Índice 6. Prólogo. 8. Jesús. 26. María. 39. Juan. 42. Pedro. 44. María Magdalena. 46. María Salomé. 48. María Cleofás. 50. Verónica. 52. El ángel. 56. Samaritana. 58. José de Arimatea. 60. Nicodemo. 62. Cirineo. 64. Sanedrita. 66. Poncio Pilato. 68. Claudia Prócula. 70. Romanos. 74. Sayones. 77. Barrabás. 79. Cruz. 82. Bibliografía.
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Prólogo Desde hace 400 años, las Cofradías y Hermandades que han ido participando en las celebraciones de la Semana Santa de Aspe han tratado de dar a conocer a todos los vecinos los acontecimientos que según las Sagradas Escrituras acontecieron en torno a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, como pilar fundamental de salvación para los cristianos. A través de los actos litúrgicos y de las procesiones, los cofrades aspenses en estos cuatro siglos han tratado de ser fieles a la Palabra de Dios y dar testimonio de los hechos y predicaciones de Jesús como Dios hecho hombre para transmitirnos su palabra. Pero además de Jesús, en torno a su Pasión, Muerte y Resurrección participaron numerosos personajes, muchos de ellos santos, que también son ejemplo de caridad y piedad para el cristiano y modelo a seguir. También hay otros personajes que se encontraron en el lado opuesto, pero también es necesario su conocimiento para comprender nuestra historia así como los acontecimientos de la semana más importante para los cristianos. Pero muchas veces nos limitamos a ver tronos pasar, admiramos su belleza, todo lo que les envuelve, pero no reparamos en reflexionar sobre lo que cada uno de ellos representa, y no debemos olvidar que ese es el principal objetivo de las procesiones de Semana Santa: el de dar testimonio del cristianismo, el de evangelizar, el de dar a conocer la Palabra de Dios mientras reflexionamos y hacemos penitencia por nuestros pecados. Es por ello que en este IV centenario de las cofradías vinculadas a la Semana Santa de Aspe, desde la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades hemos elaborado esta edición especial del libro digital que usted tiene ahora mismo en su pantalla aprovechando las nuevas tecnologías denominado Los Personajes de la Pasión en la Semana Santa de Aspe. En su recorrido, podrá conocer una breve biografía de todos y cada uno de los personajes que forman parte de los pasos que cada primavera recorren nuestras calles, acompañando a los textos fotografías de cada uno de ellos. Esperamos que a través de este humilde libro, podamos acercarles un poco más el mensaje de la Semana Santa, disfruten de su lectura y enriquezcan su espíritu cristiano.
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Jesús La vida de Jesús en la Tierra duró en torno a los 33 años dividida en tres periodos: su nacimiento e infancia, su vida oculta en Tazaren y su vida pública que culminó con su pasión, muerte y resurrección. De la primera se conoce desde su nacimiento hasta los doce años de edad, a partir de la cuál no sabemos nada. Nació de María en Belén, con José como padre putativo, y paso la mayor parte de su vida en Tazaren, trabajando el oficio de carpintero junto a José. A los treinta años comenzó su vida pública con su bautismo en el río Jordán por Juan El Bautista. La mayoría de los acontecimientos desde entonces son narrados con detalle por los cuatro evangelistas, tiempo en el cuál predicó a hombres y mujeres el Reino de Dios otorgando enseñanzas para seguir una vida plena que les condujera a la vida eterna. Eligió a doce hombres, los denominados apóstoles, para continuar con su obra, fundando así la Iglesia y nombrando a Pedro como su primer representante en la Tierra. En estos tres años fue seguido por multitudes a todas partes, hasta que fue apresado en Jerusalem por las autoridades judías, condenado a muerte y crucificado. Al morir en la cruz, se efectúo la misión que en cumplimiento de la voluntad del Padre había sido encomendada, que no es otra que la redención del género humano al resucitar de entre los muertos al tercer día tal y como Él mismo ya había vaticinado. Tras este acontecimiento, permaneció cuarenta días en la Tierra nombrando a sus apóstoles los primeros obispos de la Santa Iglesia. Después ascendió a los cielos sentándose a la diestra de Dios Padre y formando parte de la Santísima Trinidad. El mensaje de Jesús centrado en el amor, hace que al margen de su relevancia religiosa, sea también la figura más importante de la historia; pues cambió el curso del mundo instituyendo una nueva corriente de pensamiento que ha influido en toda la humanidad, considerándose desde el siglo VI que la era cristiana comienza el año de su nacimiento.
Jesús (del paso Jesús y la Samaritana) José María Sánchez Lozano, 1979
Jesús Triunfante José Antonio Hernández Navarro, 2002
Jes煤s (del paso Oraci贸n en el Huerto) Talleres de Arte Religioso de Olot, 1941
Jes煤s amarrado a la columna (del paso Flagelaci贸n del Se帽or) An贸nimo, s. XIX
Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo (del paso Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo en su Sagrada Presentación al Pueblo)
Valentín García Quinto, 1995.
Nuestro Padre Jesús Cautivo Valentín García Quinto, 1987
Nuestro Padre Jesús Nazareno José Romero Tena, 1940
Santísimo Cristo de la Bondad (del paso María Santísima de la Humildad) Valentín García Quinto, 2008
Jesús (del paso Caída de Jesús) Talleres de Arte Religioso de Olot, 1983
Santísimo Cristo del Perdón José Antonio Hernández Navarro, 2006
SantĂsimo Cristo de la AgonĂa (del paso Madre Desolada) Talleres de Arte Religioso de Olot, 1949
Sant铆simo Cristo de la Salvaci贸n Talleres Valencianos de Arte Religioso, 1975
Santísimo Cristo de la Buena Muerte José Romero Tena, 1941
JesĂşs (del paso Nuestra SeĂąora de las Angustias) Talleres de Arte Religioso de Olot, 1945
Jesús (del paso Santo Traslado del Cuerpo de Jesús al Sepulcro) Francisco Gil Andrés, 1973
Cristo Yaciente (del paso Santo Sepulcro) Luís Carlos Román López, 1940
Cristo Resucitado Talleres de Arte Religioso de Olot, 1971
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María Anunciada ya en el Antiguo Testamento por medio de los profetas, hija de Joaquín y Ana nació en Jerusalén. Con temprana edad, fue llevada por sus padres al templo de su ciudad natal para ser presentada al Señor y entregada a su servicio. En su juventud, lo sacerdotes quisieron que tomara matrimonio, aceptando ésta a José como esposo. A partir de ahí, María aparece en Nazaret, donde el ángel Gabriel se le apareció saludándole con las palabras “Salve llena eres de Gracia”, anunciándole a continuación que había sido elegida como Madre del Mesías, y que por obra de Dios mantendría su condición de virgen, manifestando María su sumisión a la voluntad del Señor. Se trasladó embarazada junto a José a Belén, ya que por edicto del emperador romano César Augusto, debía empadronarse allí al ser su esposo de la estirpe de David, que residía en la mencionada ciudad. Fue allí donde dio a luz a Jesús, cuidándolo junto a José durante su infancia y vida oculta. Al iniciarse la vida pública de Jesús, fue por mediación de María como Jesús obró su primer milagro conocido en las Bodas de Caná. María siguió a su hijo acompañada de otras santas mujeres, estando presente en su pasión y muerte. Fue en el Calvario con Jesús ya crucificado, cuando éste le encomendó al apóstol Juan que cuidara de ella como su propia madre, llevándosela a su casa a partir de entonces. Fue partícipe de la Resurrección de Jesús y el día de Pentecostés recibió el Espíritu Santo junto a los apóstoles en el cenáculo de Jerusalén. Según la tradición, con 72 años de edad en la madrugada del 15 de agosto se durmió en el Señor, subiendo a continuación en cuerpo y alma a los cielos acompañada por los ángeles. Entre los Dogmas de Fe de la Virgen María se encuentra que María es Madre de Dios, María es Siempre Virgen, la Concepción Inmaculada de la Virgen, María es Madre de la Iglesia y la Asunción de la Virgen.
Esperanza Macarena Rausell y Llorens, 1962
Nuestra Señora del Dolor y la Agonía Ramón Cuenca Santo, 2000
María Santísima de la Amargura Valentín García Quinto, 2002
María Santísima del Amor y la Misericordia Valentín García Quinto, 1995
María Santísima de la Humildad Valentín García Quinto, 1999
Dolorosa Enrique Casterรก y Masia, 1940
Virgen de los Dolores (del paso Madre Desolada) Enrique Casterรก y Masia, 1945
MarĂa (del paso Nuestra SeĂąora de las Angustias) Talleres de Arte Religioso de Olot, 1945
María (del paso Santo Traslado del Cuerpo de Jesús al Sepulcro) Francisco Gil Andrés, 1972
María al Pie de la Cruz Enrique Casterá y Masia, 1940
Nuestra Se帽ora de la Soledad Miguel de Sales y Vicente L贸pez, 1973
Santísima Virgen María José Romero Tena, 1945
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Juan Hijo de Zebedeo y María Salomé, prima hermana de María, es uno de los doce apóstoles designado como el discípulo a quien Jesús amaba en su evangelio, y hermano del también apóstol Santiago. Juan era discípulo de Juan el Bautista, pasado más tarde al grupo íntimo de Jesús siguiendo una invitación especial del Maestro. A causa de su impetuosidad y vehemencia, Jesús llamó a él y a su hermano “hijos del trueno”. Juan era un hombre de gran pureza e inocencia, siendo el discípulo predilecto de Jesús. Fue uno de los tres escogidos por Él para acompañarle en ocasiones especiales como la resurrección de la hija de Jairo, la Transfiguración y la agonía en el Huerto de los Olivos. En la Última Cena ocupó el lado de la diestra de Jesús y fue el único que estuvo presente durante el desarrollo de su juicio, de su pasión y de su muerte, encomendándole Jersús a Juan en ese momento el cuidado de su madre María. Cuando María Magdalena trajo la noticia de que el sepulcro estaba vacío, Pedro y Juan fueron inmediatamente a corroborar este hecho. Fue el primero de los discípulos en reconocer a Cristo resucitado cuando apareció en Galilea. Juan es el único de los discípulos que no murió martirizado, aunque la tradición dice que fue arrojado a una caldera de aceite hirviendo durante el reinado del emperador romano Domiciano (86-96), pero fue milagrosamente salvado. Es por ello que se le representa con la palma como símbolo del martirio. Tras este hecho, fue desterrado a la isla de Patmos, donde escribió su evangelio y el libro del Apocalipsis, siendo sus escritos un resumen doctrinal de la vida de Jesús. Tras la muerte del mencionado eperador regresó en el año 96 a Efeso. Según los autores cristianos de los primeros tiempos murió pocos años después a la edad de los 94 años, durante el reinado del emperador Trajano en el siglo I. Además de la palma, el símbolo por el que se le reconoce es el águila. Su festividad se celebra el 27 de diciembre.
San Juan Enrique Casterรก y Masia, 1940
San Juan Evangelista (del paso María Santísima de la Humildad) Valentín García Quinto, 2008
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Pedro De nombre Simón, era hijo de Juan (BarYoná) y hermano del apóstol Andrés. Nació en Betsadia (Galilea), junto al lago Tiberiades y estaba casado. Junto a su familia y con Juan y Santiago (hijos de Zebedeo), se trasladaron a Cafarnaun, donde se dedicaban a la pesca. Recibió junto a sus compañeros la llamada de Jesús cuando estaban remendando sus redes de pescar y le siguieron de inmediato. Desde el primer encuentro, Jesús le confirió el nombre de Cefas o Kefas, que en arameo significa roca y equivale en griego a Petros, de donde proviene el nombre de Pedro. Fue de esta manera como Jesús le dijo que sobre esa roca firme edificaría su iglesia, que los poderes del infierno no podrían destruirla y que tendría el poder de perdonar los pecados, siendo Pedro desde entonces “pescador de hombres”. Fue escogido como cabeza de los discípulos y era el quien hablaba en nombre de los apóstoles. Fue testigo junto a Juan y Santiago de la Transfiguración del Señor en el Monte Tabor. En la Última Cena se opuso a que el Señor le lavase los pies y afirmó que iría a la muerte por Él. No obstante, Jesús predijo que esa misma noche le negaría tres veces, y que más tarde se arrepentiría. En el Huerto de los Olivos trató de defender a Jesús con una espada, pero en el atrio de Caifás negó a Jesús bajo juramento, cantando acto seguido un gallo, lo que le recordó las palabras del Maestro y le produjo gran arrepentimiento. Los evangelios no mencionan a Pedro durante la Pasión de Jesús, por lo que se cree que la siguió de manera alejada, pero en cambio si aparece el día de la Resurrección, ya que fue junto a Juan a verificarla noticia de María Magdalena de que el sepulcro estaba vacío. Como el resto de los apóstoles, comenzó su predicación tras el día de Pentecostés. Hacia Roma y allí fue obispo durante unos 25 años, condenado a morir crucificado en esa ciudad en tiempos del emperador Nerón. Su cruz fue colocada de forma invertida por su expreso deseo para no morir igual que Jesús por considerarlo excesivo honor. Sus restos se encuentran en la Basílica que lleva su nombre en el Vaticano. Se representa con la barca, el gallo y las llaves del reino de los cielos. Su festividad se celebra el 29 de junio.
San Pedro Francisco Gil AndrĂŠs, 1972
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María Magdalena Fue una mujer de la ciudad de Magdala, en la parte occidental del Mar Tiberíades, ciudad que se identifica con la actual Taricheai. Es una de las mujeres que Jesús curó de espíritus malignos y enfermedades; Lucas, en su evangelio, cuenta que echó de ella siete demonios. A raíz de ese hecho, se convierte en una fiel seguidora de Jesús hasta su Pasión y Muerte, y principal testigo de su Resurrección. Acompañó a Jesús durante su calvario junto a María, Juan, María Salomé y María de Cleofás. Una vez descendido el cuerpo de Jesús acompañó en su entierro y quedó sentada frente al sepulcro junto a las otras Marías. Al amanecer del tercer día, fue junto a María Salomé y María la de Cleofás al sepulcro con perfumes para embalsamar el cuerpo de Jesús, descubriendo la losa del sepulcro abierta a su llegada y saliendo corriendo para comunicárselo a los discípulos. Regresó al sepulcro y se quedó fuera llorando pensando que alguien se habría llevado el cuerpo. Al asomarse, vio a dos ángeles en el interior del sepulcro que le preguntaron el motivo por el cuál lloraba, a lo que ésta respondió que se debía a que se habían llevado el cuerpo de su Señor y no sabía donde lo habían puesto. Al decir ésto, se giró hacia atrás y vio a Jesús que lo confundió con el hortelano. Le dijo: -Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quien buscas? Y María Magdalena respondió: -Si te has llevado el cuerpo de mi Señor, dime donde lo has puesto y yo iré a recogerlo. Jesús respondió: -¡María! Y fue en ese momento cuando lo reconoció y se le encomendó la tarea de comunicarle a los discípulos que había visto al Señor. La tradición de la Iglesia oriental afirma que fue a vivir a Efeso con María y Juan y que murió allí. En el año 886 sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla. En occidente, se cree que viajó a la Provenza francesa para evangelizarla y que sus reliquias se hayan en el convento de Saint-Maximin de Vézelay. Su festividad se celebra el 22 de julio.
Santa MarĂa Magdalena Miguel de Sales, 1973
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María Salomé Esposa de Zebedeo y madre de los apóstoles Juan y Santiago; prima de María. Es una de las mujeres que seguían a Jesús y citada con frecuencia en los evangelios. Al quedar viuda, vendió los pocos bienes que tenía y su importe lo puso a los pies del Señor; no abandonándolo desde entonces ni si quiera durante su Pasión y Muerte. Acompañó a María, madre de Jesús, junto a María de Cleofás, María Magdalena y su hijo Juan. Estuvieron presentes en el descendimiento, entierro y sepultura de Jesús, acompañando a partir de ahí a su madre. Junto a las otras dos Marías, se dirigió el Domingo de Resurrección al sepulcro con aromas para embalsamar el cuerpo de Jesús. Al ver el sepulcro vacío, corrieron a avisar a los apóstoles. Esa mañana se le apareció Cristo Resucitado al estar junto a María la de Cleofás diciéndoles “¡Dios os guarde!”, reconociéndolo ellas en el momento y anunciando su Resurrección a partir de ahí. Se desconoce con certeza el resto de su vida a partir de la resurrección de Jesús. Se sabe que sufrió persecuciones y existen teorías sobre que murió en Jerusalén, en la Provenza francesa o en Veroli (Italia), donde Pio IX indicó que allí se conservan sus restos. Su festividad se celebra el 22 de octubre.
María Salomé (del paso Santas Mujeres Piadosas) Valentín García Quinto, 1989
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María de Cleofás María de Cleofás o Cleofé recibe este nombre debido a su primer marido, Cleofás o Afeo, primo hermano de José de Nazaret, padre de Jesús. Con él tuvo tres hijos: Simón, Santiago y Judas Tadeo, además de un hijastro llamado Mateo. Con su segundo marido, Sabas, tuvo un hijo llamado José Barsabas, y de su tercer matrimonio con Jonás nació Simeón. Todos ellos fueron seguidores de Jesús. María de Cleofás también tuvo dos hijas llamadas Lidia y Lisia. Según la tradición, María, que era una mujer de hermoso porte y atrayente, habló con Jesús para que hiciera a sus hijos discípulos suyos, consolándola Jesús y diciéndole Él que sus hijos le acompañarían. María de Cleofás fue una de las Santas Mujeres que acompañó a Jeús en sus viajes y estuvo presente en todo momento en su Pasión, Muerte y Resurrección junto con María Salomé, María Magdalena y Juan acompañando a María madre de Jesús en el camino del calvario, muerte y sepultura de Jesús, así como en las horas posteriores. En la mañana del Domingo de Resurrección acudió al sepulcro junto con María Salomé y María Magdalena para embalsamar el cuerpo de Jesús encontrando el sepulcro abierto y vacío, siendo poco después una de las primeras testigo de la resurrección de Jesús. Su festividad se celebra el 9 de abril.
María de Cleofás (del paso Santas Mujeres Piadosas) Valentín García Quinto, 1989
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Verónica Mujer piadosa de Jerusalén de la cuál se desconocen todos sus datos biográficos al no ser mencionada si quiera en los evangelios. Su nombre, que no es el real, procede del latín “vera icon” que significa verdadera imagen, refiriéndose a la de Jesús. También existe otra teoría menos extendida, en la que su nombre original sería Benerice, que posteriormente derivó en Verónica, ya que según el apóstol Bartolomé dice en sus escritos que una mujer llamada así se encontraba entre las mujeres que fueron al sepulcro. La tradición dice que fue una mujer valiente que se acercó a Jesús durante su camino al calvario y le secó la cara con un paño con tres dobleces en el que quedó impreso su rostro en los tres pliegues. Éstos se conservan en Roma, Jaén y el Monasterio de la Santa Faz de Alicante. Son muchas las leyendas que se ciernen sobre la Santa Faz, pero parece ser que llegó al cuidado del Papa Clemente (cuarto sucesor de San Pedro), y a partir de ahí a sus sucesores. En el siglo XVI el acontecimiento de la Verónica se convirtió en la sexta estación del Vía Crucis. Su festividad se celebra el 12 de julio como Santa Verónica.
Santa Ver贸nica Jos茅 Romero Tena, 1940
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El ángel Los ángeles son seres espirituales inmortales creados por Dios por una libre decisión de su voluntad divina. Su misión es servir a Dios, ser mensajeros y cuidar y ayudar a los hombres; es por ello que en ocasiones han sido vistos y oídos. La Biblia narra numerosos hechos en los que intervienen estos seres, de los que destacan la anunciación a María, a San José, a Jesús en el Huerto de los Olivos y a María Magdalena en el Sepulcro vacío. En la Pasión de Jesús aparece en el Huerto de os Olivos para confortar la condición humana de Jesús, quién pedía al Padre que pasara de Él aquel cáliz de amargura que estaba a punto de comenzar a beber. También en la resurrección se aparecen dos ángeles a María Magdalena al asomarse al sepulcro, minutos antes de su encuentro con Jesús Resucitado. Son representados con forma humana en el siglo IV, y a partir del siglo V se le añadieron las alas. Su festividad se celebra el 2 de octubre.
テ]gel (del paso Oraciテウn en el Huerto) Talleres de Arte Religioso de Olot, 1941
テ]geles (del paso Santo Sepulcro)
テ]gel de la Resurrecciテウn Anテウnimo, siglo XVIII
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Samaritana Mujer Samaritana o Jesús y la Mujer Samaritana en el Pozo es la denominación convencional de un episodio bíblico neotestamentario representado frecuentemente en procesiones de Semana Santa del sureste de España a pesar de ser un pasaje cronológicamente anterior a la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. En este pasaje, Jesús que es judío, le pide de beber a una mujer samaritana, aún a sabiendas de que ambos pueblos contaban con fuertes enfrentamientos. En el diálogo, Jesús compara el agua del pozo con la gracia divina “El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré nunca más volverá a tener sed”. También compara los diferentes rituales de adoración de judíos y samaritanos, indicando la superación de tales diferencias en una nueva forma de relación con Dios. Tras comprobar la sabiduría de Jesús, que le demuestra conocer incluso detalles de su vida, la Samaritana le induce a identificarse como el Mesías. A raíz de ahí, actúa como evangelizadora, corriendo a extender la noticia tras la que muchos samaritanos creyeron en Él por la palabra de la mujer. Se le atribuyen varios nombres, pero la tradición más conocida la denomina Fotina, existiendo una leyenda piadosa en la que se relata su vida posterior como mártir y santa. Según esta leyenda, Fotina, junto a sus dos hijos y sus cuatro hermanas, evangelizaron Cartago y Roma, donde fueron perseguidos por el emperador Nerón, tras haber convertido a una de las hijas del emperador y a cien de sus sirvientes. Su festividad, según el santoral católico, se celebra el 6 de mayo.
Samaritana (del paso Jesús y la Samaritana) José María Sánchez Lozano, 1979
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José de Arimatea Miembro del sanedrín y discípulo secreto de Jesús, rehusó de aprobar la condenación de Jesús por parte del Sanedrín. En los evangelios es nombrado como “hombre rico” según San Mateo e “ilustre” según San Marcos. Cuenta con una breve aparición en la historia de Jesús reducida al juicio y su sepultura. Después de la crucifixión pidió a Pilato el cuerpo de Jesús, lo envolvió en un lienzo y lo colocó en su propia tumba, haciendo rodar una piedra delante de la puerta del sepulcro., Según una leyenda, recogió el Santo Grial en el Gólgota con la sangre de Jesús. Según la tradición cristiana, es patrón de embalsamadores y sepultureros. Su festividad se celebra el 17 de marzo.
José de Arimatea (del paso Santo Traslado del Cuerpo de Jesús al Sepulcro) Francisco Gil Andrés, 1972
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Nicodemo Dirigente judío y seguidor de Jesús. Fue uno de los pocos fariseos que creyeron en las enseñanzas de Jesús. Le visitó una noche en la que fue instruido sobre la naturaleza del bautismo y la causa de la encarnación. Fue el único que habló en defensa de Jesús cuando el Sanedrín dispuso su detención. Después de la crucifixión ayudó a José de Arimatea a bajar el cuerpo de Jesús de la Cruz, trasladarlo al sepulcro y enterrarlo, colaborando económicamente de forma generosa en su embalsamado. Fue expulsado de la sinagoga por los judíos debido a que creía en Jesús, por lo que se retiró con Gamaliel a una casa de campo, donde, según San Agustín, murió. Su festividad se celebra el 3 de agosto.
Nicodemo (del paso Santo Traslado del Cuerpo de Jesús al Sepulcro) Francisco Gil Andrés, 1972
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Cirineo Natural de la región de Cirene, en el norte de África, y que le da el sobrenombre por el que lo conocemos, en realidad se llamaba Simón. Aparece en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, en los que se narra que cuando venía del campo con sus dos hijos, Alejandro y Rufo, se encontró con el cortejo que acompañaba a Jesús camino del calvario. Fue ahí cuando los soldados romanos le obligaron a cargar con la cruz de Jesús hasta el lugar de la crucifixión, ya que Jesús se encontraba muy debilitado a causa de las torturas a las que había sido sometido, y temían que muriera por el camino y no llegara a ser crucificado. Según la tradición, se convirtió en seguidor de la doctrina de Jesús y murió como obispo de Bosra, mientras que sus hijos se hicieron misioneros.
Cirineo (del paso CaĂda de JesĂşs) Talleres de Arte Religieoso de Olot, 1983
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Sanedrita El sanedrín era la corte suprema de la ley judía, con la misión de administrar justicia interpretando y aplicando la Torah. A la vez, ostentaba la representación del pueblo judío ante la autoridad romana. De acuerdo con una antigua tradición, tenía setenta miembros, herederos de las tareas desempeñadas por los setenta ancianos que ayudaban a Moisés. Era presidido por el sumo sacerdote. En la época de Jesús, bajo el mandato de Poncio Pilato, el sanedrín ejercía sus funciones judiciales en procesos civiles y religiosos dentro del territorio de Judea. En esa época sus relaciones con la administración romana eran fluidas y gozaban de cierta autonomía. No obstante, la capacidad de dictar una sentencia de muerte estaba reservada al gobernador romano. Previamente a la captura de Jesús, realizaron reuniones en las cuales le consideraban una amenaza y creyeron conveniente apresarlo y solicitar su ejecución. La reunión de sus miembros durante la noche para interrogar a Jesús no fue sino una investigación preliminar para perfilar las acusaciones de que merecía la pena capital para presentarlas a la mañana siguiente ante el prefecto romano. En aquel momento el sumo sacerdote era Caifás, que junto a Anás, su predecesor y padre de su esposa, fueron los principales líderes de la conspiración que logró la condena a muerte de Jesús y que, posteriormente, se dedicaron a perseguir a los apóstoles.
Sanedrita (del paso Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo en su Sagrada Presentación al Pueblo). Fernando Aguado Hernández, 2006
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Poncio Pilato Gobernador de Judea entre los años 26 y 36 después de Cristo, fue nombrado por el emperador Tiberio. Pronto se ganó la enemistad del pueblo judío, tiendo que trasladar su cuartel general de Cesarea la Marítima a Jerusalén, para poder controlar mejor las revueltas. Durante la Pasión de Jesús, que fue apresado por los soldados del Sanedrín, como éstos no podían condenar a nadie a muerte y era la pena que deseaban imponer a Jesús, acudieron a Poncio Pilato. Éste, tras interrogarlo, como no encontraba nada malo en Jesús, lo mandó azotar, creyendo que así apaciguaría a quienes lo habían llevado hasta el. Quienes lo azotaron se burlaron de Jesús colocándole una corona de espinas, un manto púrpura y una caña como centro. Poncio Pilato lo presentó al pueblo diciendo “Ecce Homo” que significa “Aquí tenéis al hombre”. Pero los sacerdotes no se conformaron y continuaban pidiendo su muerte. Al acercarse la Pascua judía y siendo común liberar a un preso en esas fechas, con la intención de salvar a Jesús Poncio Pilato trató de dar a elegir entre liberarlo a Él y al peor de los presos en ese momento: Barrabás. Sin embargo, la multitud liberó a este último. Al ver Poncio Pilato que ya nada podía hacer por salvar a Jesús, mandó a un esclavo que le llevase agua en un recipiente, lavándose las manos dijo: “Soy inocente de la sangre de este justo” y lo entregó a sus soldados para que lo crucificaran. Tras una dura represión a los samaritanos, fue destituido y desterrado por el emperador Calígula a las galias. Según la leyenda nació en Tarraco (Tarragona) y su mujer se llamaba Claudia Prócula. La Iglesia Etíope cree que se convirtió más tarde al cristianismo y lo venera como santo, no siendo así en la Iglesia Católica.
Poncio Pilato (del paso Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo en su Sagrada Presentación al Pueblo) Fernando Aguado Hernández, 2005
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Claudia Prócula Esposa de Poncio Pilato, aparece en el evangelio según San Mateo durante el momento de la sentencia a Jesús para pedirle a su esposo que no se metiera con ese hombre justo, pues había tenido un sueño horrible. Según la leyenda, Claudia Prócula tenía habitualmente sueños premonitorios. En uno de ellos un cordero era atacado por lobos hambrientos mientras que una multitud contemplaba la escena satisfecha. Ese cordero, sangrado, la miraba fijamente como si le suplicara ayuda, mientras que su vestido se iba llenando de sangre y la gente la miraba por no ser partícipe de tal tortura. En ese momento despertó sobresaltada por el ajetreo de la calle. Era el momento de la condena a Jesús. Al darse cuenta de ello entendió el significado de su sueño, pues ya sabía que era el profeta de Galilea, y por no darle tiempo para efectuar sus arreglos personales, envió a una criada para que le diera un mensaje a su esposo: que no condenara a ese justo, porque había tenido un sueño horrible, esperando que Poncio Pilato, conocedor de sus sueños premonitorios, rechazara la condena a muerte. Pero Poncio Pilato cedió a la presión, lo entregó y se lavó las manos eximiéndose de toda responsabilidad. En ese momento, Claudia Prócula llegó al lugar, tomó la vasija y la quebró contra el suelo con furia, salpicando el agua a Pilato y a los que allí se encontraban.
Claudia Pr贸cula (del paso Nuestro Padre Jes煤s del Ecce Homo en su Sagrada Presentaci贸n al Pueblo) Fernando Aguado Hern谩ndez, 2008.
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Romanos Los soldados romanos eran voluntarios de todo el imperio que se alistaban por un período de 25 años. Formaron el primer ejército profesional del mundo. Se dedicaban a la luchan, y cuando no lo hacían, construían acueductos o calzadas, siempre a cambio de un sueldo. El ejército romano se dividía en legiones de aproximadamente 5.500 hombres dirigidas por un legado. Las legiones se dividían en cohorte, y estas a su vez en centurias dirigidas por un centurión que tenía a su cargo a unos 80 hombres. Los romanos partícipes de la Pasión de Cristo pertenecían a la guarnición romana de Jerusalén, que ocupaba por aquel entonces Judea, estando bajo las órdenes del gobernador romano Poncio Pilato.
Romano (del paso Flagelación del Señor) Juan Antonio Martínez Matáix, 1942
Romano (del paso Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo en su Sagrada Presentación al Pueblo) Fernando Aguado Hernández, 2008.
Romano (del paso Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo en su Sagrada Presentación al Pueblo) Fernando Aguado Hernández, 2008.
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Sayones Los sayones o esbirros tenían por oficio prender a personas y ejecutar las órdenes de la autoridad, llevando a cabo amenazas y actos violentos. Todas las autoridades contaban con sus sayones, por lo que en la Pasión de Cristo participaron diferentes de ellos: los que fueron a prender a Jesús en el Huerto de los Olivos eran los lacayos del Sanedrín; los que aparecen a partir de la entrega a Poncio Pilato pertenecían a la soldadesca mercenaria. Fueron los encargados de enfingir sobre la espalda de Jesús la pena de los azotes en la que los judíos no daban más de 40 golpes, pero los mercenarios romanos no tenían límite. Para ello utilizaban correas que solían tener en las puntas huesos o bolas de plomo o hierro que se clavaban en la carne del azotado. Fueron estos mismos sayones los que, una vez acabada la tortura de la flagelación, coronaron de espinas a Jesús y le colocaron una túnica púrpura y una caña como cetro burlándose de Él. Durante el camino al calvario también aparece la figura de los sayones hostigando a Jesús.
Say贸n (del paso Flagelaci贸n del Se帽or) Juan Miguel Mart铆nez Mataix, 1942
Sayón (del paso Caída de Jesús) Talleres de Arte Religioso de Olot, 1983
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Barrabás Barrabás es un personaje citado en el Nuevo Testamento, concretamente en relación con el proceso de Jesús ante Poncio Pilato. Según Marcos y Lucas, estaba encarcelado por haber participado en un motín en el que se había cometido un homicidio; Juan indica que era un bandolero; y Mateo, se refiere a él sencillamente como “un preso famoso”. La pena para su crimen habría sido la crucifixión, pero según las escrituras de los evangelios habría existido una tradición que permitiría o requeriría que Poncio Pilato indultara a un preso sentenciado a muerte durante la Pascua mediante aclamación popular. A la gente reunida se le ofreció la opción de liberar a Jesús o a Barrabás. Se habría aclamado popularmente la liberación de Barrabás, con la consecuente crucifixión de Jesús. La historia de Barrabás es utilizada con frecuencia para justificar el antisemitismo, atribuyendo por la misma al pueblo judío la posible responsabilidad de la crucifixión de Jesús. Otras fuentes consideran que fue utilizada en los primeros tiempos del cristianismo para limpiar de culpas al Imperio Romano, para facilitar la adopción de dicha religión por los romanos y finalmente su oficialización.
Barrabás (del paso Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo en su Sagrada Presentación al Pueblo) Fernando Aguado Hernández, 2008.
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Cruz La crucifixión es un método antiguo de ejecución donde el condenado es atado o clavado en un poste o cruz de madera, dejado allí hasta su muerte. Este sistema de ejecución era habitualmente usado en la antigua Roma y otras culturas mediterráneas. En el año 337 d.C. Dejó de utilizarse en el Imperio Romano tras la legalización del cristianismo en el 313. Este fue el método de ejecución de Jesús tras ser prendido por el sanedrín judío y entregado a Poncio Pilato para su juicio. Tras ser flagelado y torturado, fue conducido hasta un lugar denominado “Gólgota” junto a dos malechores que fueron crucificados a ambos lados de Jesús. Según el Evangelio de Marcos Jesús fue crucificado en la hora tercera (las 9 de la mañana), mientras que en el de San Juan se indica que fue a la hora sexta (las 11). La versión mas aceptada por la fe cristiana es que a Jesús se le crucifico en una Cruz immissa, es decir, con el travesaño abajado. Sobre su cabeza se colocó una inscripción en la que se leía “Iesus Nazarenus Rex Iudæorum”. Tras la crucifixión, los romanos y el centurión se repartieron las vestiduras de Jesús, como se venía haciendo tradicionalmente en la época y se le ofreció vino con hiel acercándoselo en una esponja sujeta a una caña, pero que Él rehusó de probarlo. La muerte de Jesús tuvo lugar alrededor de las 3 de la tarde. Normalmente los crucificados tardaban varias horas e incluso días en morir, pero Jesús llegó ya en una situación muy precaria debido a las torturas previas a las que había sido sometido. A raíz del entierro de Jesús poco se sabe acerca de lo ocurrido con la Cruz. Existe la leyenda de que Elena de Constantinopla, Santa Elena, mandó demoler en el año 326 el Templo a Venus que se encontraba en el Gólgota y excavar allí hasta que aparecieron tres cruces. Santa Elena hizo llevar allí a un hombre muerto, y éste, al entrar en contacto con la Santa Cruz, resucitó. En la actualidad, hay numerosas reliquias por todo el mundo atribuidas a fragmentos de la Santa Cruz. Es pues, el principal símbolo del cristianismo. Sin embargo, no fue así durante los dos primeros siglos, en los que el símbolo identificativo de los cristianos era el ictus.
Monte Calvario 2000
Santísima Cruz Mario Álvarez Dewey, 2002
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