Taimni_I.K.___El_Hombre,_Dios_y_el_Universo

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De lo que se ha dicho arriba vemos que un número infinito de vibraciones, cada una con su longitud característica de onda es divisible en siete grupos, derivados de los colores primarios de acuerdo con la ley septenaria. También vemos que el hecho de la unicidad individual de vibraciones es más fundamental y cala más hondo. Cada vibración es, en primer lugar, única y por lo tanto pertenece a uno de los siete grupos de acuerdo a cómo afecte al ojo humano. El fenómeno luminoso utilizado es una imagen o ilustración casi perfecta de las dos verdades que forman parte de la Doctrina Oculta acerca de que cada Mónada es individualmente única y diferente de toda otra Mónada, y de cada Mónada pertenece a uno de los siete grupos o rayos, el que determina su carácter en el sentido más amplio del término y la naturaleza del papel que habrá de desempeñar en el drama de la manifestación durante el largo y casi interminable transcurrir de su desenvolvimiento espiritual. Es verdad que este papel está confinado dentro de los límites de nuestro sistema Solar, pero ello en las primeras etapas de su desarrollo, pues tenemos que recordar que ella habrá de convertirse, en última instancia, en un Logos Solar y desarrollar un papel aún más tremendo en el vasto drama del Universo. También vemos, como en el caso de la analogía del fenómeno luminoso que utilizamos, que la unicidad individual de la Mónada es una verdad primaria y que la de su clasificación en siete grupos es una verdad secundaria, por decirlo así. ¿Cuál es la base de esta clasificación en siete grupos o rayos? O para decirlo con otras palabras: ¿en qué difiere un rayo de otro? Hay un misterio que rodea a esta cuestión, pero creo que una solución razonable al problema puede formular se basándose en los tres aspectos de la consciencia que se designan con las palabras sánscritas SAT-CHITANANDA. En cualquier parte en que encontremos una agrupación de siete cosas debemos siempre buscar u grupo de tres cosas primarias de las cuales las siete cosas derivan, por diferentes combinaciones de las tres en base a la ley septenaria. Observamos, en el caso de los siete colores del espectro que estos colores se relacionan con la consciencia y son de carácter subjetivo. Nada hay en las vibraciones en sí mismas para justificar su agrupación en siete grupos. Es sólo cuando las vibraciones afectan a la consciencia y se convierten en sensaciones que ellas pueden separarse en siete grupos, de modo que debernos buscar la base a este agrupamiento en siete colores, o en siete rayos, en el dominio de la consciencia y correlacionarlos con los tres aspectos de la consciencia. Si se hace esto, se verá que los siete rayos se habrán de basar en las siguientes siete combinaciones de SAT, CIT y ANANDA de acuerdo con la ley septenaria. Los primeros tres rayos, de acuerdo con esta clasificación, serán expresiones puras de Sat, Cit y Ananda respectivamente, y las Mónadas pertenecientes a ellos exhibirán, por consiguiente, muy marcadamente las características de estos rayos, porque no están mezclados con las características de los otros aspectos; los siguientes tres rayos se basan en la mezcla de dos de los tres aspectos, y las Mónadas pertenecientes a ellos mostrarán, por lo 100


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