120 - Revista Medica

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t ema del mes vía la edad adecuada, enfermos en los que está contraindicada la vacunación)”, asegura García Sicilia. “Es una postura insensata, poniendo en un serio riesgo a sus hijos pequeños sin capacidad de decisión, así como insolidaria y egoísta al aprovecharse de la protección generada por aquellos que sí se han vacunado”, añade.

La vacunación infantil, un aval a cuidar

“No hay un descenso de la vacunación infantil. Somos un país donde el porcentaje de aplicación de las vacunas que se incluyen en el calendario vacunal es muy elevado, uno de los más altos del mundo (por encima del 90 por ciento. Ver tabla)”, asegura Josep Mares, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. Otra cosa, agrega Mares, es que aparezcan grupos que empiezan a apoyar una cultura antivacunas y que puede dar lugar a que personas adopten una actitud de rechazo. “Hay dos argumentos básicos, el primero se basa sobre sus dudas sobre la seguridad de las vacunas y sobre los efectos secundarios, y el segundo sobre una percepción de falta de riesgo de enfermedad”. En relación a la seguridad hay un error de concepto, asegura Mares, respecto a pensar que las vacunas no tienen efectos secundarios.

“Necesariamente han de tenerlos, ya que estimulan el sistema inmunitario para que fabrique defensas. Pero son efectos conocidos y predecibles. El beneficio de la vacunación es tremendamente superior a que aparezca la enfermedad, que puede dar complicaciones graves, secuelas y mortalidad. Otra tema es cuando se han atribuido a las vacunas algunas reacciones como la que se le atribuyó a la triple vírica su relación con el autismo, hecho que está absolutamente demostrado que es falso”. Pero, ¿qué consecuencias puede tener un aumento de grupos antivacunas? “Si siguen aumentando llegaran a romper la ‘inmunidad de grupo’, que se genera al alcanzar un determinado nivel de vacunados que impide la proliferación y la transmisión de gérmenes, evitando el contagio de las enfermedades que provocan, evitables con vacunación, y que se infecten sujetos que no han podido ser inmunizados (pequeños que no han alcanzado toda-

El aumento de los grupos antivacunas puede llegar a romper la “inmunidad de grupo” que se genera al alcanzar un determinado nivel de vacunados e impide la proliferación y transmisión de gérmenes

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Casos como el ocurrido en Granada con el brote de sarampión (ver anexo) han disparado la voz de alarma. Y es que no se puede bajar la guardia. En la Reunión del Grupo de Expertos de Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización de la OMS, realizada en octubre de 2009, se llegaba a algunas conclusiones preocupantes, como que se habían registrado “retrocesos hacia la eliminación de la enfermedad” en Europa. Señalaban que mientras que en la mayoría de países de la región se ha logrado y mantenido una cobertura de más del 95 por ciento con dos dosis de vacuna, en muchos países esto no ha ocurrido, como en España, donde se habían registrado brotes. Y entre las conclusiones más importantes: “Los retos particulares que plantea la eliminación del sarampión son, entre otros, la falta de apoyo político y social a este objetivo”.


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