Relato de una excursión contra el hambre
Transcurría el año 1943 y mi padre, maestro nacional en el pueblecito de Villaquirán de los Infantes (Burgos) pasaba, junto con mi madre, mi hermana y yo; las estrecheces y el puro hambre, que su exiguo sueldo de maestro nacional de la época, le obligaba a pasar. Llegado el verano, se recibió carta de los queridos tíos Julio y Benita, invitándonos a sus sobrinos a pasar una temporada en su cálida compañía. La oferta se valoró por mis padres con el agradecimiento que el gesto merecía, pero ¡ah!, existía un problema logístico prácticamente insalvable. El costo del viaje desde Villaquirán a Castrillo de Duero (Valladolid) exigía un desembolso inasumible. Después de una extensa deliberación, decidieron mis padres que: ¡”hay que ahorrar”!. Y, desde ese momento, el habitual ajuste del cinturón, quedó convertido en estrechez estrechísima, para tratar de reunir las pocas pesetas necesarias para el viaje en tren, desde la estación de Villaquirán hasta el apeadero de Bocos. Hay