Revista Conocimiento 115

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CONOCIMIENTO

fARMACOLOGÍA

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Una perspectiva histórica

Tratamiento farmacológico de la depresión J. Alfredo Saldívar González

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Doctor J. Alfredo Saldívar González Fisiólogo, Psiquiatra, Neurofarmacólogo Jefe del Laboratorio de Neuropsico farmacología Jefe del Departamento de Farmacología Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México

a depresión es una entidad médica frecuente y de gran actualidad, por su gran impacto en la salud física y psíquica. Es conocida desde tiempos remotos. A ella hacen referencia médicos extraordinarios de la antigüedad, como el griego Hipócrates, o de la Edad Media, como el musulmán Avicena o el sefardita Maimónides (1). Sin embargo, la enfermedad que ellos identificaban, tal vez, era diferente a la que conocemos en nuestros días. El procedimiento regular para el diagnóstico moderno de la depresión se lleva a cabo mediante criterios clínicos ya establecidos, que consisten en la aplicación de un instrumento desarrollado por la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), conocido como Manual de Diagnóstico y Estadística de las Enfermedades Mentales (DSM IV), (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, por sus siglas en inglés).

especialistas han objetado la capacidad de este instrumento para identificar algunas formas de depresión, es indudable que la introducción y uso del DSM constituye un hito de especial relevancia en la historia de la psiquiatría.

La versión vigente es la cuarta (2). Este manual se actualiza cada 10 años. Dentro de poco tiempo, deberá aparecer la quinta versión. La primera edición del manual fue publicada en el año de 1952. Desde hace 59 años, los especialistas en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales disponen de un instrumento de medición invaluable para identificar este padecimiento. Antes de este referente clínico, cada psiquiatra era soberano en su propia república clínica, con su propia constitución y sus propias leyes, de manera que el diálogo y el consenso entre ellos eran materialmente imposibles. Alcanzar consensos y llegar a acuerdos respecto a temas clínicos y clínico-epidemiológicos en psiquiatría fue posible gracias a la introducción del DSM. Aunque algunos

Este hombre dedujo que si esto ocurría en personas con tuberculosis, la sustancia podría ser útil para tratar a personas que presentaban los síntomas característicos de la depresión. De tal suerte, en la década de los 50 del siglo XX, dos eventos en apariencia aislados, transformaron radicalmente el horizonte de la práctica psiquiátrica. El primero de ellos es la publicación del DSM en 1952, y cinco años más tarde, en 1957, el surgimiento del primer tratamiento farmacológico eficaz para combatir la depresión (1, 2, 3). Sin embargo, es importante subrayar que el primero de los tratamientos farmacológicos de la depresión se debió a un hallazgo fortuito, y no fue consecuencia del desarrollo teórico y conceptual, explicativo de los aspectos neuro-

IPRONIAZIDA CONTRA LA DEPRESIÓN Además de los avances relacionados con el diagnóstico de la depresión, algo muy importante ocurrió a finales de los años 50. En el año 1957, el psiquiatra norteamericano Nathan Klein observó que un grupo de pacientes con tuberculosis, que recibían tratamiento con un medicamento llamado iproniazida, presentaban una mejoría sensible en el estado de ánimo (3).


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