Ciencia UANL 19-81

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diera dirección a las investigaciones aeroespaciales. No fue sino hasta 2005 que unos jóvenes entusiastas fundaron una sociedad llamada Aexa, para impulsar la creación de una agencia espacial en México. Presentaron una iniciativa de ley ante la Cámara de Diputados, la cual fue aprobada en 2006 y turnada a la Cámara de Senadores, en donde se organizaron foros de consulta nacionales para integrar a la comunidad científica. Después de una serie de modificaciones, la iniciativa fue aprobada por el Senado el 4 de noviembre de 2008. El proyecto fue regresado a la cámara de origen para someterse a un segundo análisis y ronda de votaciones (Agencia Espacial Mexicana, 2015). Así es como, para el 31 de julio de 2010, la ley que crea la AEM fue promulgada, sin embargo, este organismo no comenzó a funcionar de manera inmediata. Se conformó primero la Junta de Gobierno, integrada por secretarías de Estado e instituciones de educación superior, se crearon nuevos foros de consulta pública a nivel nacional, a los que se invitó otra vez a la comunidad científica y se publicaron las líneas generales de política espacial de México. No fue hasta el 2 de noviembre de 2011 que se nombró a su primer director general, el Dr. Francisco Javier Mendieta Jiménez, quien tuvo que presentar un proyecto de programa nacional de actividades espaciales y un estatuto orgánico para la agencia, por lo que la Agencia Espacial Mexicana, prácticamente comenzó sus funciones reales el 1 de marzo de 2013 (ProMéxico, 2012). Como se puede apreciar, la Agencia Espacial Mexicana es un organismo muy joven, con un presupuesto muy limitado y con menos de cuatro años de estar en funciones, sin embargo, ha logrado ser un gran impulsor del sector, creó el primer plan nacional para la industria aeroespacial del país, llamado Plan de Órbita que, junto con ProMéxico, promueve esta industria y la vincula al sector aeronáutico existente a través del llamado Plan de Vuelo. Estos dos planes representan las principales guías de la industria aeroespacial nacional. En la actualidad, cada año, la AEM promueve decenas de proyectos con universidades e instituciones de investigación, por lo cual se generó un fondo sectorial, en coordinación con Conacyt, y un fideicomiso público para poder financiar dichos proyectos (ProMéxico, 2012). De igual forma, se ha impulsado el reconocimiento internacional de México como un gran sector dentro de la industria aeroespacial mundial, se han creado víncu24

los con las principales agencias espaciales del mundo. Tan sólo a un año de su funcionamiento como agencia espacial, se logró que México ganara la cede para el 67 Congreso Internacional de Astronáutica a celebrarse en Guadalajara en 2016, considerado como uno de los eventos internacionales más importantes dentro del sector aeroespacial internacional. CONCLUSIONES

La industria espacial en México tiene sus orígenes en la industria aeronáutica, si bien en apariencia tienen objetivos distintos –una en el área de las telecomunicaciones y en el estudio del espacio exterior, la otra en el campo de la aeronáutica– están vinculadas y son inseparables, por lo que el término correcto es industria aeroespacial. La historia de la industria aeroespacial en México es muy antigua y tiene sus orígenes en el virreinato, principalmente con fines militares. Sin embargo, ha tenido altas y bajas, y no se ha podido consolidar de manera fuerte, nacional e independiente. Por motivos presupuestales no se le ha permitido despegar de manera constante. Desde finales de los años sesenta, hasta la década de los noventa, se logró un avance muy importante en estudios en el área satelital y de las comunicaciones. México ha logrado establecerse de manera exitosa en la producción manufacturera, lo que ha generado un capital humano de técnicos y profesionistas a nivel nacional que pueden competir con cualquier país en el ramo. No obstante, en la actualidad se sigue dependiendo de la tecnología extranjera. Hoy en día, contamos con instituciones de educación superior dentro del sector aeroespacial y con organismos que impulsan el sector como la Agencia Espacial Mexicana, por lo que la industria está viviendo un resurgimiento; cada día se generan nuevos proyectos impulsados por jóvenes entusiastas –egresados precisamente de estas instituciones–, por ello, es muy probable que en los próximos años podamos ver que nuestro país logre consolidarse y obtener cierta independencia tecnológica dentro del sector aeroespacial. Pero, para poder ver este sueño hecho realidad, es necesario que todos los participantes en esta industria –instituciones educativas, estudiantes, ciudadanos, empresas, entidades paraestatales, así como los goCIENCIA UANL / AÑO 19, No. 81, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2016


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