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SOSTENIBILIDAD Y FUTURO DE LA CAZA

Hablar de caza en los últimos tiempos es conversar… de valores. Una puesta en escena que pone de manifiesto la necesidad de la preservación y manifestación cultural de la venatoria y el control óptimo de la demografía de la fauna silvestre.

La importancia de la actividad cinegética se desarrolla en multitud de facetas empresariales, que aparte de generar economía y por consiguiente su aportación al aumento del PIB, su máximo común denominador es la España rural.

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Una cadena de valor cuyos eslabones esenciales son cultura, gastronomía, medio ambiente, industria, pero en torno a ellos giran dos factores; respeto por la naturaleza y pasión por una forma de vida. Emociones y sentimientos en cada jornada de caza. Recechos, esperas, nuestra ancestral y tan querida montería, modalidades de caza que van más allá del trofeo. El lance; paciencia y espectáculo sin precedentes que nos brinda la naturaleza. Sonidos, olores, pasos, y en un abrir y cerrar de ojos el hombre se enfrenta a la más noble de las justas. El campo, escenario perfecto entre los chaparros o a campo abierto para el cara a cara más esperado; el humano y la fauna se unen por amor a lo terrenal.

Gastronomía, arte culinario; ciervo en escabeche, lomitos de corzo, jabalí en adobo, gamo con setas, etcétera… Muchos son los restaurantes y multitud son las recetas que inundan la geografía española de auténticos manjares cinegéticos. Industrias cárnicas y su capacidad exportadora son la máxima para su conocimiento a nivel global.

La necesidad de la caza es un factor imprescindible a nivel social. No solo económico, pero al poner en valor términos populares como cultura y sostenibilidad, tenemos que tener en cuenta que la caza es uno de los atractivos turísticos, junto al campo bravo, por antonomasia en España, siendo importante la actividad cinegética para el aprovechamiento y mantenimiento de los ecosistemas abriendo cortaderos que sirven de limpieza del monte como de barrera para la no propagación de incendios, así como su vital aporte al control demográfico evitando la superpoblación de especies, principalmente por los daños que provocan al sector agrícola.

Ahondando conocimiento social en cuanto a demografía de la fauna. Pongamos como ejemplo el corzo, que para su desarrollo una pareja necesita una extensión de 50 hectáreas aproximadamente, y a veces nos encontramos diez corzos en menos de 40 hectáreas. Sin duda, mala gestión de precintos por parte de las administraciones.

Ignacio Isidoro Benítez Blanco. CEO www.argataca.com

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