Morsure du tatouage o la Duda de Santo Tomás, que primero fue cuento y ahora poema. A Frank Tamayo
Gente en desbandada; Putas, locos y fantasmas, en su sano juicio nadie abraza un ron. Otro para el camino pero nunca se van. Disco inferno. Si Dios habita los cielos baje ahora a librarme, en la hora de mi tentación. Siéntame en tu regazo para que dude de este instante, exponme evangelios de tinta, que los santos bajan a cantinas, —Santo Tomás de las masas— —¡Jesús!— hundida en tu carne.
113
114