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PATAGONIA
Llegando al Calafate, luego de un viaje de 3 horas desde Buenos Aires, uno queda atónito viendo la inmensa llanura y los ríos y lagos de la Patagonia. Un territorio supremamente extenso e inhóspito por su clima recio, sus vientos huracanados y sus ríos y lagos enormes. De hecho, es una zona muy seca y árida. Lo primero que uno visita del Calafate es el majestuoso glaciar Perito Moreno.
Una extensión de hielo de más de 250 km2 y de 4.5 km de ancho. De ella se desprenden grandes trozos de hielo continuamente, dando un fabuloso espectáculo al visitante.
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Partimos del Calafate hacia El Chalten, lugar donde se en cuentra el maciso del Fitz Roy. No hay palabras para describir estos cerros con sus picos puntiagu dos y hechos de granito macizo. Imponentes y maravillosos cuan do al amanecer el sol de oriente empieza a iluminar sus picos y el naranja encendido que emite la montaña mientras sus valles permanecen semioscuros.
Ríos caudalosos que llevan las aguas de los deshielos de sus glaciares y van trastornando de una lago a otro hasta finalmente cruzar toda la Patagonia e ir al Atlántico.
Lagunas y cascadas por do quier hacen del Chalten un lugar muy apetecido para los trekkers.
Su nombre se lo debe a la mítica montaña que se desta ca del resto de los picos que la rodean. Chaltén es un término de la lengua aonikenk con la que los antiguos Tehuelches nombraban a esta montaña que consideraban sagrada. Su significado es monta ña humeante, pues ésa es la impresión que da cuando las nubes se encolumnan con el viento en su cima.
Río de las Vueltas.
Luego de permanecer varios dias en El Chalten (necesario porque hay días de buen clima y malos con lluvia y mucho vien to) partimos a Chile a Torres del Paine. Otro macizo enorme en las estribaciones de la Cordillera de los Andes y junto al Hielo Continental Patagonico, único en el mundo porque sus glacia res están por debajo de los 1500 msn. Este hielo viene desde el norte de Argentina hasta el sur de Chile.
Mientras que en el hemisferio norte para hallar masas de hielos comparables a los hielos continentales patagónicos es necesario aventurarse a los 60° de la latitude, en el hemisferio sur la tercera masa glaciar del planeta (después de la Antártida y Groenlandia) se ubica desde los 47 a los 51° de latitud. Este fenómeno no se debe a la alti tud de la cordillera sino al efecto del viento. Los contundentes vientos patagónicos recorren la Patagonia en dirección oesteeste. Cargados de humedad después de su viaje oceánico sobre el Pacífico, encuentran a su paso la cordillera como único obstáculo del hemisferio sur. Sobre los Andes, los vientos descargan su humedad a través de precipitaciones abundantes que adquieren forma de nieve con la altura. La nivosidad de estas zonas alcanza los 5.000 mm anuales, creando así las condiciones necesarias para la formación de numerosas len guas glaciares, que por el lado oeste llegan hasta el nivel del mar en los fiordos chilenos y por el este hasta los lagos argentinos.
Huanaco entre cuernos del Paine.