Una historia llena de sonrisas “Es una historia llena de bendiciones para nosotros, comenzó un día en el cual Dios nos tenía preparada una gran sorpresa o más que eso, una gran bendición: puso en nuestras vidas a una familia bondadosa, generosa y lo más importante, con un corazón inmenso”.
Ese día conocimos a dos personas que desde ese entonces han dibujado miles de sonrisas en nuestros rostros y vieron en nosotros más allá de lo que los demás veían: “niños en la calle, niños delincuentes”. Nos invitaron a desayunar con ellos y más que hacer el buen acto del día, desde ese entonces hicieron un cambio en nuestra vida y como si no fuese suficiente, tiempo después nos sorprendieron con otro acto que cambiaría la vida de muchos niños más, me llamaron para pedirme que les ayude reuniendo más niños para hacer un festejo en Navidad. Juan Pablo y su esposa Paola se han convertido para nosotros como en unos segundos padres, unos amigos de corazón, al igual que sus hijos. Y qué decir de todas las personas que se han unido a ellos a esta
labor y nos han dado la mano a todos nosotros, solo les puedo decir que, “Dios les dé mucho más, que se lo merecen”. Nos ayudaron para seguir adelante en nuestros estudios, porque no todos podíamos hacerlo, pero gracias a sus buenos corazones ya todos van al jardín, escuela y colegio llenos de ilusiones por tener lo necesario para dar lo mejor de ellos y con sus listas de útiles nuevas. Gracias a su ayuda muchas familias han podido dejar de preocuparse de cómo obtener el dinero para comprar los materiales para estudiar a sus hijos. No uno, ni dos, sino muchos padres han podido dormir sin esa preocupación. Por todo lo que nos han apoyado no me alcanzarían las palabras para decir Dios les pague por ser como son. En nosotros han dejado una huella imborrable y siempre recordaremos y daremos gracias a Dios por haberlos puesto en nuestras vidas. William.
Noviembre 2015
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