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Sin front ras
Han pasado más de 18 meses desde la llegada al poder de Castro, periodo tras el cual había prometido unas elecciones, pero todavía no han llegado. Habrá que esperar hasta 1974 (aunque serán al estilo comunista).
En los libros de texto de sus hijos aparece el alfabeto cirílico junto al latino y la cara de Lenin sirve de preámbulo en cada volumen.
En el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) le han dado un folleto instructivo sobre cómo quemar la caña. “La quema requiere ante todo, organización”. El plan es el siguiente: 1º Preparar los campos a quemar. 2º Quemar. Lo está estudiando con sus compañeros.
Colecciona las 16 postales soviéticas que la revista Mella, clandestina entre 1953 y 1959, reparte en honor a la ciencia ficción.
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Se empiezan a erigir estatuas y bustos de José Martí, considerado el gran ideólogo de la Revolución cubana. A veces se pregunta cómo, porque murió en 1895, antes de que esta comenzara.
1960
El 16 de abril de 1961, el día siguiente a la invasión de Bahía Cochinos, escuchó entre una multitud extasiada declarar a Castro el carácter socialista y marxista de la Revolución. Algo que tantas y tantas veces había rechazado.
Se le ha grabado en la piel la frase del Ché “seamos realistas, soñemos lo imposible”, pero nunca podría imaginar que, en el año 2000, el precio de una camiseta con su cara superará el salario mensual de un cubano.
Entre 150 y 200 dólares le costaría tramitar los permisos de salida y la carta de invitación necesarias para poder abandonar el país, una de las novedades del nuevo Gobierno. Eso contando que su salario anual es de unos 1.200 dólares.