Revista Montes. Número 140, II trimestre 2020

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Técnica y Divulgación

V. Badillo Valle, A. Tortosa Lagares, R. Soria Martínez y M. E. Lucas Borja

Adecuación de las infraestructuras viarias tras el incendio de 2005 en la sierra de las Villas (Jaén)

Discusión y conclusiones El capital más importante de los montes es el suelo y su banco de semillas, de manera que el futuro monte dependerá en gran medida de su adecuada conservación. El éxito de los planes de restauración después de un incendio, depende de una correcta planificación, de la calidad de las soluciones técnicas adoptadas, de la rápida actuación sobre la vegetación incendiada y la protección del suelo, con lo que se posibilitará una mejor regeneración natural. Las actuaciones planteadas deben dar respuesta a la demanda social, que rara vez es ajena a la realidad y casi siempre está ligada a alguna actividad tradicional y/o económica, debiendo llegar al equilibrio entre esta demanda y la realidad ecológica de los paisajes a restaurar. En primer lugar, se debe abordar la planificación de los rodales de actuación en función de su urgencia desde el punto de vista de la regeneración natural. La restauración de ecosistemas afectados por incendios, debe ser planteada tras comprobar que la regeneración natural no ha sido suficiente en cantidad o en diversidad de especies. En este sentido, se debe tener en cuenta que la realidad ecológica de cada lugar es diferente, por lo que los rodales de intervención deben tener en cuenta todas las premisas posibles. La

adecuada zonificación de los rodales de actuación apoyados en la división dasocrática es un elemento muy a tener en cuenta. Aquellas zonas donde la probabilidad de que la regeneración natural se instale sea baja, deben ser las áreas donde se realicen los trabajos que la fomenten y mejoren, en primer lugar. No se ha de olvidar dentro de este esquema restaurador, el paisaje. Este elemento es integrador de valores estéticos, emotivos, culturales, científicos y ecológicos de una zona. Debe ser tenido en cuenta de forma transversal y estudiado a mayor nivel que el propio incendio para intentar conseguir un modelo integrado e integrador. Una vez finalizadas las actuaciones proyectadas debe realizarse el no menos importante seguimiento de las obras ejecutadas. En toda zona restaurada, el programa de seguimiento de las obras nos permitirá no solo conocer la eficacia de las soluciones adoptadas y su adecuada conservación, sino documentar qué tipo y en qué cuantía son más eficaces para los objetivos perseguidos, generando una base de datos para futuras actuaciones y evitando que el paso del tiempo y la incorporación de nuevos técnicos suponga la pérdida de conocimiento y, en consecuencia, de la eficacia y eficiencia que debe presidir toda actuación pública.

Nº 140 | Segundo Trimestre 2020 | Páginas 16-22

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