En uno de sus artículos para The New York Tribune de 1885, “La filosofía del vestido”, Oscar Wilde escribe sobre la diferencia entre el arte y la moda: “La moda es efímera. El arte es eterno. De hecho, ¿qué es la moda en verdad? ¡Una moda es una manera de fealdad tan absolutamente insoportable que tenemos que alterarla cada seis meses!”. Es una afirmación muy fuerte para alguien que fue un referente del estilo de su tiempo; luego continúa con una digresión sobre las cualidades que debe tener un vestido para estar bien hecho. Habla del color, del corte, de la decoración, etcétera. No significa que despreciara la moda: despreciaba el sistema en el que se manejaba culturalmente la ropa, pues él también había dicho: “Uno debe ser una obra de arte, o traer una puesta”.
En este número de la revista Lee+, queremos analizar esta paradoja. ¿Cómo la moda, al ser una forma de expresión artística, resulta también un sistema que oprime y estandariza?