En un mundo dominado por lo efímero, cómics y videojuegos sobreviven como formas modernas de entretenimiento. A pesar de que sus estructuras no resultan tan novedosas, puesto que se basan en los mismos principios desde que se crearon —conflicto, desarrollo y resolución—, cómics y videojuegos poseen un punto de unión que los fortalece: los superhéroes. Herederos directos de las mitologías, los superhéroes viven un mundo que no se limita sólo
al entretenimiento, sino que han trascendido a diversos niveles
culturales convirtiéndose en objetos de estudio para especialistas,
como los filósofos.