Es muy común escuchar que los jóvenes no encuentran trabajo porque les falta experiencia y que los adultos, cuando rebasan cierta edad, tampoco son contratados porque ya se pasaron de tueste. ¿Entonces? ¿Cuál es el punto medio entre uno y otro extremos? Experiencia y juventud son dos conceptos en lucha o en colaboración permanente, como el presente y el pasado que nunca se desligan del todo. La experiencia puede representarse como un maestro que nos enseña a andar por un camino, el que mejor conoce, el que ha recorrido una y otra vez. Sin embargo, cuando se llega al final, el maestro nos deja ahí para que empecemos, por nuestra cuenta, a explorar una nueva ruta. Hemos dejado de ser jóvenes y ahora nos toca enseñarle a alguien más los atajos y los peligros, si es que existen.