Sociedad
DICIEMBRE’05
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protección oficial y el adecentamiento de las deterioradas. Además los barrios en llamas de estas pasadas noches, alojan índices altísimos de desempleo, violencia y precariedad sanitaria, así como fracaso escolar en la 2ª y 3ª generación de estos inmigrantes. Incluso esconden
penosas realidades de extremismo islámico, incluidas las prácticas de ablación del clítoris en niñas. Aunque ya se sabe que “a río revuelto…” El caldo de cultivo es ideal para los capos de las mafias y las bandas callejeras que han sacado partido de la depresión social y que ahora
instrumentan la guerrilla urbana. Ante la posibilidad de que estas revueltas se puedan extender al resto de Europa, sería conveniente recapitular en algunas situaciones en las que no debemos incidir. En nuestro país es ahora cuando estamos sufriendo la mayor afluencia de inmigrantes, por lo que debemos evitar la formación de guetos como los que existen en Francia (barrios enteros formados por etnias). Combatir la inmigración clandestina debería ser prioritario, ya que es una fuente de explotación y miseria. Todavía estamos a tiempo de invertir en la construcción de un Estado social, con un buen modelo de integración y proceso de
interculturalidad, donde los partidos políticos cuenten entre sus representantes con miembros de comunidades de inmigrantes, elemento que puede contribuir a frenar la violencia. Porque… ¿hasta que generación ha de durar la condición de inmigrante para poder catalogar a estas personas como ciudadanos de primera? De todos es conocida la sabiduría de los refranes antiguos, por lo que quiero terminar con este tan popular: “CUANDO VEAS LAS BARBAS DE TU VECINO CORTAR, ¡PON LAS TUYAS A REMOJAR!”
Nelly Gómez Márquez, Escritora