EL DERECHO A LA SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
{
A FINALES DEL SIGLO XVIII CON LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN EUROPA}
A finales del siglo XVIII con la REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN EUROPA se desencadena el paso desde una economía agraria y artesana a otra dominada por la industria y la mecanización, lo que permite darnos cuenta de la realidad laboral y la necesidad de abogar POR LA INTEGRIDAD DE LOS TRABAJADORES EN EL DESARROLLO DE SUS ACTIVIDADES. DURANTE ESTE TIEMPO NO EXISTÍAN REGULACIONES LABORALES como las existentes en los Convenios Internacionales de la Organización Internacional de Trabajo, OIT y en los códigos laborales, por lo que los trabajadores que se encargaban del proceso productivo eran todos aquellos que podían realizar la actividad, es decir, varones, mujeres y niños, de edad indistinta trabajando más de 12 horas al día, en un mundo de explotación laboral. Un mundo donde no existían las regulaciones de remuneraciones básicas, jubilación, edades mínimas para el trabajo, tiempo de jornadas de trabajo, mucho menos lo relacionado con seguridad y salud ocupacional como vigilancia de salud, protección de maquinaria, prohibiciones y restricciones de trabajo con asbesto y benceno, entre otros. CONSIDERANDO LOS RIESGOS EXISTENTES EN LAS ACTIVIDADES LABORALES
ILUSTRACIÓN REFERENCIADA DE: Academia Play “La Revolución Industrial
de ese tiempo, donde el trabajador era cualquiera “que pudiera trabajar”, es fácil comprender que los accidentes de trabajo incapacitantes los sufrían también niños, mujeres embarazadas y personas de edades extremas. La energización y operación de las máquinas representaba un problema de accidentes de trabajo y fatalidades laborales, por lo que las comunidades protestaban generando pérdidas significativas en el sector productivo y el cierre de las mismas. Con estos antecedentes se crearon las primeras leyes laborales que buscaban REGULAR LAS RELACIONES ENTRE EMPLEADORES Y TRABAJADORES DONDE SE ESTABLECÍA QUE “LOS RIESGOS LABORALES ESTABAN A CARGO DEL EMPLEADOR”, lo que pretendía controlar los riesgos mencionados.
52 POR UNA CULTURA DE INNOVACIÓN, LIDERAZGO Y CERO DAÑO