En la mesa de centro se colocaron objetos sencillos y coloridos, como estos floreros decorados con relieve que llevan unas gipsófilas. Un toque romántico y fresco. En las paredes se colgaron cuadros monocromáticos en distintos tamaños. La idea al ponerlos fue no recargar el ambiente, sino armonizarlo.
Muebles antiguos fueron reutilizados, esta vez en combinaciones diferentes. En este rincón, por ejemplo, luce un viejo baúl convertido en mesa de apoyo sobre el que se colocó una lámpara de estilo moderno y objetos decorativos a tono.
HCDECO 71