Nuestro club enfrenta hoy los desafíos que imponen las nuevas generaciones y la realidad del contexto económico y social actual. Teléfonos inteligentes, Redes sociales, tecnología, mezclado con necesidades y carencias. En ese entorno dinámico competitivo y extremo, nuestro club se gana un lugar, y ese lugar está reservado para vivir emociones, para compartir el espacio con los amigos, para vivir el sentimiento único de compartir la alegría de un triunfo, o la bronca de una derrota deportiva, con amigos y familia. Seguirán pasando los años, y este club seguirá fundándose día a día, volviendo a nacer todos los días, cada vez que un padre o una madre, se acerca a asociar a sus hijos, averiguando como se hace para jugar al hockey o al rugby en MGRC. En ese acto, estamos asegurando la posibilidad de seguir trabajando para el futuro de la institución. Finalmente les quiero transmitir un deseo: mantengamos siempre una actitud positiva, enamorémonos de lo que hacemos día a día por el club, seamos realistas, actuemos con convicción, perseverancia y conciencia, busquemos adelantarnos y trabajemos en equipo desde el lugar que nos toque, y so-
bre todo con el orgullo de pertenecer a esta gran institución. Nuestra obligación fue, es y será, construir un club cada vez más grande en valores, cada vez más importante desde lo social y deportivo, en homenaje a sus fundadores, para nuestro orgullo, y para que lo disfrutemos junto a nuestros amigos, hijos y nietos.
Fragmento del discurso de Héctor Goizueta, presidente de MGRC, el día del aniversario