Revista G7
Música
FRANCISCO GARAMONA
Bueno, en tu música puede advertirse tanto esa canción romántica como noise, punk-rock… ¿Cuál
ÁRBOLES Y LIBROS
es tu ADN musical?
Desde la adolescencia, Garamona vivió entre
Cuando era chico vivía en San Nicolás de los
cajas de libros usados, anteojos y anaqueles de
Arroyos. Como estudiaba inglés, me daban
dos metros. O más. Sin embargo, su horizon-
unos casetes para las traducciones y la pro-
te siempre fue otro: la planicie semitropical de
nunciación, entonces en mi casa compraron
su infancia. Los mosquitos del verano. No ca-
un grabador. Yo tenía 8 o 9 años y no tenía
sualmente, cuando editó Parafern (2000), su
música en casete (teníamos el tocadiscos, pero
primer poemario, los muchachos nucleados
ya estaba hecho mierda) pero en casa había un
alrededor de Ediciones Deldiego (la editorial de
casete de Perales, uno de Nicola Di Bari, de Ro-
Daniel Durand donde militaban Cucurto, Juan
berto Carlos, de Favio. Así que escuchaba mú-
Desiderio, Fabián Casas, Fernanda Laguna,
sica romántica, ¿viste?
Manuel Alemian y otros) le pusieron un apodo
Si naciste en el interior, esa música es parte de tu
digno de ser lucido como una diadema. “Nunca
formación: está en la radio AM y en el aire. Los sen-
me habían dicho nada y me hicieron una devo-
timientos parece evocar ese paisaje.
lución muy linda”, recuerda. “Daniel me dijo
La sensación de estar frente al paisaje: como
que yo era ‘un poeta de los espacios abiertos’”.
ese vacío que se llena con música. Como que el
Casas dice que durante la infancia cargamos el
recuerdo del paisaje, al final, es música.
combustible existencial para toda la vida. ¿Qué recordás de tu infancia? Los árboles. Me gustaban muchos los árboles y vivir en el paisaje de campo con plantas y pas-
“COMO BUEN CANTANTE MELÓDICO, DIRÍA QUE MI DISCO HABLA DEL AMOR. DEL AMOR Y DE TODAS SUS VARIANTES: LA BÚSQUEDA DEL AMOR, LA PERSECUCIÓN DE LA FANTASÍA, DEL SUEÑO, DE IMÁGENES COMO CON SOL DE TARDE. EN ESE SENTIDO, TIENE UN AIRE LITORALEÑO: HÚMEDO, PEGAJOSO”.
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to. San Nicolás era muy frondoso en una época. La gente también tiene un lugar importante, pero no es lo que me llevé. Los amigos los perdí. Cuando me mudé, no los vi más. Los quería reencontrar por Facebook y no me acuerdo los apellidos. Solamente tengo apodos: no sé ni quiénes eran.