Revista ERRATA #15 - PERFORMANCE, ACCIONES Y ACTIVISMO

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o deben llegar a ser; «un espacio de discusión y generador de obras con un carácter social donde su condición de arte no era lo importante», según arguye su gestora. Mediante talleres impartidos por expertos de Cuba y otras partes del mundo,3 los artistas jóvenes trabajaban en una exposición a realizar al final de cada semestre lectivo. Así ensayaban sus ideas, corroboraban o cuestionaban la validez de lo aprendido, proponían nuevas vías de expresión que derivaran en instancias performáticas, instalativas, objetuales, audiovisuales, o simplemente en acciones capaces de involucrar a distintas personas cada vez (modo en que expresaban una nueva actitud ante el hecho creador). El resultado de su sostenida labor pudo constatarse de La Habana en el 2009, esta última vez con presentaciones diarias de su trayectoria en una galería. La Cátedra duró seis años durante los cuales se realizaron más de veinte exposiciones y presentaciones, la mayoría de ellas en Cuba.4 La libertad de elegir sus propios medios expresivos, sus caminos a seguir, caló hondo en los estudiantes y en el escenario cubano. Esta experiencia pedagógica, única y singular, que se propuso reconocer tradiciones en el arte cubano y al mismo tiempo estructurarse desde el análisis crítico, se unía así a esfuerzos anteriores con tono y características muy especiales, sin ataduras de ninguna especie, al centrarse en la conducta del individuo en medio de un contexto social y político específico. Paralelamente, surgió en el 2002 el grupo 609, integrado por Amarilys González, Yailin

Mayim-B (José Miguel Díaz Pérez), Sin título. 2014. Festival Rencontre international d’art performance de Québec. Foto: Francis O'Shaughnessy.

González, Anahis Martínez, Yanna Palomino y Aida Serrantes, también estudiantes del ISA, orientado a reflexionar fundamentalmente sobre cuestiones de género en franca actitud polémica y cuestionadora. Aunque su performance más conocido, Strip-piss (2001) tuvo lugar en el ISA, realizaron performances en varios espacios institucionales de La Habana y otras ciudades de Cuba como Cienfuegos, o en Camagüey, donde la acción concebida como performance-protesta fue censurada —al presentarla luego en Matanzas, la misma les valió el premio del festival—. De corta vida, el grupo se disolvió al siguiente año. En la ciudad de Cienfuegos, al sur de la isla, se llevaron a cabo las Jornadas de Performance, organizadas por artistas jóvenes, a las que durante cuatro días asistían

3 Antoni Muntadas, Adrián Paci, Christine van Assche, colectivo La Pocha Nostra, Humberto Vélez, Jacob Fabricius, Nicolás Bourriaud, Rirkrit Tiravanija, Santiago Olmos, Stan Douglas, Thomas Hirschhorn, Boris Groys, Orlando Hernández, Gerardo Mosquera, Alexander Arrechea, Elvia Rosa Castro, Magaly Espinosa, entre decenas de otros nombres. 4 En el año 2003 estuvieron funcionando un total de cuatro experiencias pedagógicas en este campo. Esos primeros años del nuevo siglo fueron sustanciales para todo lo que tenía que ver con el arte de acción. No ha habido otro momento así en las artes visuales cubanas de los últimos treinta años, donde se viviera tal experiencia colectiva, grupal, en el sentido pedagógico, a un mismo tiempo. En lo que respecta a la literatura cubana sobre el género, sin embargo —y a excepción de Glenda León, quien ganó el Premio de las Letras Cubanas en 2001 con su texto «La condición performática»—, son pocos los artistas que conozco que teoricen o adelanten producción escrita o crítica sobre la práctica del performance.

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ERRATA# 15 | Acciones, performances y actitudes en el arte contemporáneo cubano | NELSON HERRERA YLSA

con las invitaciones a participar en la Bienal de Gwanju en el 2008 y en la 10a Bienal


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