había llegado a las colonias británicasdel Nuevo Mundo en 1688, no precisamente como inmigrante, sino designado Fiscal General de Maryland por Charles Calvert, tercer Barón de Baltimore y Gobernador de la Corona en Maryland. Ambos eran católicos, como gran parte de la población, emigrada de Gran Bretaña como parte de la política anticatólica cotidiana que se respiraba en su país desde Enrique VIII. Charles Carroll abuelo había recibido una educación muy buena y exquisita y procedía de ricos terratenientes. Pero a su llegada a la colonia se encontró con la gran revuelta protestante contra todo lo católico, incluido el Gobernador y la Administración. Era la revolución de 1688, que barrió del trono al rey Jaime II de Ingleterra y VII de Escocia, último monarca católico en el trono británico, sustituyéndolo mediante una confabulación masónico – protestante del parlamento por Guillermo de Orange – Nassau, coronado como Guillermo III. Este desastre supondría más de 100 años de persecución anticatólica en Gran Bretaña, y se prolongaría en Irlanda durante varios siglos más, siendo la causa social desencadenante del IRA. Lo que el protestantismo inglés a venido a llamar sin ninguna vergüenza la “ Revolución Gloriosa “ tuvo consecuencias inmediatas en Maryland. Un ejército de milicias protestantes, al mando precisamente de un sacerdote católico renegado, John Coode, marchó contra Lord Baltimore, aboliendo por la fuerza la Administración y todas las leyes que habían otorgado y asegurado libertades por igual a católicos y protestantes desde la “ Maryland Toleration Act de 1649 “, que se basaba en la igualdad de “ todos aquellos que creseyen en Jesucristo Redentor independientemente de su confesión “. En 1692 la nueva administración orangista establecía que los católicos debían ser desprovistos de sus derechos civiles y religiosos. Todos los sacerdotes que no pasaron a la clandestinidad fueron expulsados de la colonia. El mismo año entraban en vigor las mismas leyes anticatólicas como las existentes en Inglaterra, la iglesia anglicana se erigía como la religión oficial en maryland, aún siendo los anglicanos una minoría en la colonia. Este es el marco en el que nace Charles Carrol of Carrollton en 1737. Su familia había sobrevivido como célula católica a las leyes de subyugación gracias a una profunda e inquebrantable Fe en la Verdadera Iglesia de Cristo. Las familias católicas como los Carrollton se unieron ante el acoso y constituyeron un frente sólido contra las actividades para erradicar la presencia de la Iglesia desarrolladas por los orangistas desde 1688. Desde 1777 hasta 1783 fue miembro del Congreso de los EE.UU. En 1783 aceptó ser Presidente del Senado de Maryland, para ser posteriormente por dos años senador por Maryland en el Senado de los EE.UU. En 1800 Charles Carroll of Carrollton se retiraba de la vida pública. Medio siglo después de la Independencia Americana, a la edad de 89 años, Carroll se había convertido ya en el último de los hombres vivos que hicieron posible el origen de los Estados Unidos de
Busto de Jefferson Davis.
América, las 13 colonias independizadas como nuevos países soberanos, unidos sólo por un marco de convivencia llamado Constitución. En próximos análisis veremos cómo este ideal de Unión se fue desvirtuando y los ideales de hombres como Carroll o Thomas Jefferson, tan preocupados en una nación descentralizada del todo, con los poderes legislativo, ejecutivo y judicial separados y limitados en lo posible dentro de la soberanía de cada Estado, con un principio de subsidiariedad que empezase a nivel municipal, asegurando así una vida y un proceso constante de libertades vividas bajo la responsabilidad de la ciudadanía, que no del gobierno federal, se fueron transformando antes, duarnte y después de la Guerra Civil por el nuevo concepto federal unitario del partido Republicano de entonces y su espolón llamado Abraham Lincoln, y que ahora es modelo a seguir por el Presidente de la Unión , el demócrata: Barack Hussein Obama. Durante los últimos tres años de su vida, Charles Carroll pudo ver y participar en dos grandes actos que simbolizan su legado de libertades religiosas basado en Cristo creadas en América. La Catedral de Maryland en Annapolis y el comienzo de una universidad católica el Mount St. Charles College. Los Estados Unidos de hoy y sus futuros líderes, para poder gobernar con verdad y justicia, no pueden olvidar el legado de Charles Carroll of Carrolton, ni desconocer el verdadero origen de su Nación si quieren conservarla y deben evitar acciones como la antes mencionada de prohibir símbolos como la Bandera Confederada que recuerda a muchos un periodo de la historia querido, ni hacer tampoco, como hizo el aún Presidente Obama duarnte un discurso en la Universidad Católica de Georgetown en abril de 2009, el cubrir la cruz y el anagrama IHS ( Iesus Hominum Salvator ) con tela negra para que no apareciese detrás del orador, envuelto, eso sí, detrás de banderas estadounidenses. Teniendo estos dos hechos presentes, nos acercamos a pasados muy oscuros que pueden paliarse conociendo la Historia Americana y con la ayuda de Dios, y de su Hijo Jesucristo, como siempre tuvo en cuenta la familia Carrollton.•
Diplomacia Siglo XXI
47