Revista Decisión Empresarial No. 54 Enero 2010

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jor los problemas mundiales de salud, de aquí a 50 años el mundo podría tener niveles de infección más elevados que hace 100 años, dice. “Creo que el Gobierno americano debería prepararse para comprar medicamentos y donarlos a los países pobres, ya que ellos no tienen medios para pagar los medicamentos. El Gobierno americano —por el bien del país— podría tratar más eficazmente las enfermedades. Si los países ricos ayudan a los más pobres, se estarán ayudando a sí mismos”.

Mejor utilización de los recursos

Neal Nathanson, rector adjunto de salud global de la escuela de medicina de la Universidad de Pensilvania, dice que los desafíos para la salud mundial se encuadran en tres categorías principales. En primer lugar, hay problemas de dimensiones muy amplias —como es el caso de la contaminación, superpoblación y agotamiento de los recursos— que afectan a todo el planeta. Cuando falta lo básico para las personas, inclusive alimentos y agua, es muy probable que padezcan problemas de salud, destaca Nathanson. El segundo problema es económico. Con 1.400 millones de personas viviendo con 1,25 dólares al día, según datos del Banco Mundial, la pobreza es un factor de peso en la salud mundial. “Aunque toda esa gente viva por debajo de la línea de la pobreza, el presupuesto en salud es minúsculo, y el resto de cosas que afectan a la salud será menos que óptimo”, dice Nathanson. El obstáculo final para la mejora de la salud global es lo que Nathanson llama “desarrollo social”. Las preocupaciones de carácter no económico, como la alfabetización y los derechos de la mujer, pueden ayudar a crear los cimientos para los sistemas de salud basados en la comunidad incluso con recursos financieros limitados. “No conseguiremos sacar de la pobreza a esos millones de personas de la noche a la mañana, pero es posible hacer muchas cosas con desarrollo social. Creo que ésta es un área en que se puede intervenir y hacer algo que sea práctico y no sólo hipotético”. Nathanson dice que aunque las instituciones multilaterales, como la Organización Mundial de Salud y las Naciones Unidas, junto con instituciones de caridad y fundaciones, estén intentando aliviar los problemas de salud de todo el mundo, siempre topan con dificultades a la hora de distribuir eficazmente los recursos que poseen. En algunos países, organizaciones bien intencionadas están trabajando sin licencias y sin coordinación. “Es todo más o menos caótico”, dice él. “No se trata sólo de recaudar dinero, sino también de usar mejor los recursos”. En muchos casos, se dispone de la voluntad y los recursos para tratar las enfermedades en el mundo en desarrollo, pero a esos países les faltan las infraestructuras básicas. Sin carreteras, energía, agua limpia y proveedores de servicios básicos de salud —inclusive profesionales de enfermería— es simplemente imposible llevar medicamentos y tratamientos que puedan salvar vidas hasta los pacientes que los necesitan, observa Nathanson. Marjorie Muecke, rectora adjunta de relaciones globales de salud de la escuela de enfermería de la Universidad de Pensilvania, dice que los proyectos de salud de escala mundial en el mundo en desarrollo están siempre buscando nuevos medios que permitan la mejor utilización posible de la tecnología y de los proveedores de salud de que disponen. En algunos casos, dice ella, los países están creando redes comunitarias de salud formadas por voluntarios, la mayor parte de ellos mujeres. Muchas de esas voluntarias son esposas de líderes influyentes de la comunidad en posición de hacer de la salud una cuestión prioritaria. En India, se están empleando profesionales de enfermería en áreas rurales para ayudar en la clasificación de poblaciones y para identificar pacientes que puedan necesitar desplazarse para recibir tratamientos más avanzados en el consultorio médico o en el hospital. Las organizaciones de filantropía bien intencionadas han acabado creando dificultades para el suministro de servicios de salud a escala global, observa Muecke. Organizaciones no-gubernamentales se insenero 2010


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