Asia Sur - Edición 152

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En escena

Cuando Micaela Gálvez era niña, llevaba clases de tejido y bordado en su colegio. Le encantaba crear cosas con esos dos palitos de coser, y podía tejer medias, mitones o chalinas. «Tenía complejo de ancianita», recuerda, y ríe la modelo que desfiló en el Oslo Fashion Week del 2012 frente a un público importante encabezado por la princesa Marta Luisa de Noruega. Así aprendió a hacer las ropas para sus muñecas: reunía retazos de diferentes telas, las cortaba con paciencia y luego las amoldaba a esos pequeños cuerpos de plástico. « De niña siempre supe que quería ser diseñadora –dice Micaela–; lo tenía claro. Creo que uno nace sabiendo lo que hará de grande».

Falda BCBG, accesorios Micaela Gálvez

La niña creció, y, aunque siendo adolescente quería algo más que crear ropa para muñecas, su camino se inclinaría hacia las pasarelas. En el

Polo rojo BCBG, accesorios Micaela Gálvez

2004, mientras comenzaba a estudiar Diseño de Modas en Mod’Art de Lima, un amigo le avisó de un casting que hacía una famosa marca de gaseosas. Ella se presentó e intentó probar suerte sin tener mayor expectativa. La marca la escogió.

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Luego seguirían más fotos publicitarias, más fotógrafos que hablaban de su nombre, el que no tardó en llegar a oídos de diseñadores de modas y directores de arte. Micaela estaba en boca de todos. En el 2008, mientras era elegida la mejor modelo del año por El Comercio, la colección con la que se graduó del Mod’Art fue escogida por una famosa revista limeña para una editorial de moda que salió en portada. Pero nunca perdió su sencillez: aquella con la que ahora confiesa que hace pocos días salió a la calle con dos sandalias diferentes porque es un poco distraída, aquella con la que dice que su hombre perfecto es aquel

que no ronque mucho y la haga reír, y aquella con la que reconoce que ya se acostumbró a su característica voz nasal, que antes le avergonzaba un poco. Micaela Gálvez sube a un auto que la llevará a la playa La Herradura, donde le tomarán fotos. Sus ojos pardos lucen como si fueran verdes por la luz tibia de la tarde que le salpica en el rostro. La modelo, imagen de las marcas argentinas Prüne y Jazmín Chebar, tiene un plan para este año: quiere que su marca de accesorios Metrica, que se vende en las tiendas Lama y Andrea Llosa, siga creciendo y que a futuro también abarque la producción de carteras, adornos para la casa y ropa. Es cuestión de tiempo, dice, para que eso suceda. Produccion: Mariana Chamot Asistente de produccion: Luciana Gamio Maquillaje: Liz de Sono Salon Encuentra la sesión completa y el making of en www.asiasur.com


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