Opinión
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Pagar por estar quieto Por Paul Brito / britopaul@hotmail.com
Para que pueda moverse, el mundo gasta diariamente cantidades enormes de combustibles fósiles. Para nadie es un secreto que estos no son renovables, que tarde o temprano se van acabar y que su uso significa la emisión descontrolada de dióxido de carbono que el medio ambiente no puede seguir tolerando. Se vienen promoviendo los biocombustibles para reemplazar un importante porcentaje de los combustibles tradicionales, con Estados Unidos y Brasil a la cabeza. Sin embargo, estos biocombustibles que supuestamente tienen poco impacto ambiental producen incluso más dióxido de carbono por litro que la gasolina, dado su menor poder energético. Además, provienen de cultivos agrícolas y procesamientos industriales que requieren igualmente de vehículos y máquinas a base de petróleo. Y su producción a gran escala terminará elevando el precio de los alimentos, poniendo en peligro la seguridad alimentaria de los países que la amparan y repercutiendo en la erosión del suelo, en el abuso del agua y en el desmonte de selvas y bosques. Se necesita entonces un verda-
dero cambio energético en armonía con el planeta y creo que ese cambio sólo puede provenir de una inversión del problema, que a final de cuenta ponga las cosas en su sitio. ¿A qué me refiero? A que en el futuro lo que debería costar no es el movimiento sino el reposo, pues el movimiento es el estado más extendido del universo, el más natural, y lo que debería reclamar energía y esfuerzo es lo que va contra él. La premisa de una revolución energética, por ende, debería dirigirse a anular la fricción o el rozamiento más que a propulsar el movimiento. La física moderna enseña que la única constante en las relaciones de energía y masa es la velocidad de la luz, lo cual es un dato más que elocuente. Ya desde hace un tiempo hay trenes de levitación magnética que eliminan la fricción con los rieles. Otro dato elocuente es que el hidrógeno se viene proyectando con fuerza como el combustible del futuro y para probarlo hay multimillonarias investigaciones en torno a él... El hidrógeno, fíjense, que es junto con el movimiento, la cosa más simple y extendida del universo.